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AQUÍ VIVE LA HISTORIA DEL CADIZ CF

09.Puertollano - Cádiz (19/10/2008)

Esta es la historia de tres intrépidos cadistas que ni cortos pero sí perezosos, se levantaron prontito el domingo para irse a ver a su equipo a una de las pocas ocasiones que iban a tener, en la presente temporada, de verlo relativamente cerca de su exilio en Madrid. Sus nombres son Maite, Chele y un servidor de ustedes, Manolain.

En teoría este iba a ser uno de los desplazamientos “multitudinarios” de nuestra peña (risas no por favor), pero por diferentes motivos que a continuación detallaremos, la expedición terminó siendo más reducida de la habitual:

-  Merche, mi señora, interpretó que era más importante pasar un fin de semana con sus amigos del pueblo, con los que tiene pocas ocasiones de verse al año, que acudir a este duelo en la cumbre. Allá ella con su conciencia

-  Javier Doña quedaba en tierra, sumergido en su vorágine de eventos. Gracias Javier por estar ahí y hacer que el mundo siga girando para el resto de los mortales. Oh pobres de nosotros, que sería de nuestras miserables vidas sin tu providencial concurso en la sombra…

-  Jose Luis la Vampira, si bien podía excusarse en la diferencia kilométrica (perdón, quería decir de distancia, que palabra más fea…), prefirió alegar que tenía que trabajar, cuando ya sabemos todos que él apenas pasa unos días al meses por su lugar de curro, y allí, además, ya sabemos que cuando dicen trabajar, en realidad están diciendo otra cosa

Aunque la mayor condena es para Sergio el Bicho, que a día de hoy sigue sin dar mayor motivo que su imparable descomposición como ser humano, quedando reducido, cada fin de semana que pasa, a un despojo del calibre de Lagartija Nick.

De su deplorable “espantá” nos enteramos la misma mañana del domingo, vía Chele. Lo que a continuación vais a leer, si bien es una reconstrucción, basada en anteriores experiencias, dará una idea bastante aproximada de cómo estos dos elementos, cada uno en su respectivo estado, se comunicaron para llegar a tal conclusión:

-          Groooooouggrrrrrr

-          Mmmmmmm, yaaaaaaammmmmmnnnn

-          Pfffffffffffrrrrrrrrrrrr

-          Zzzzzzzzzzzzzzz

Tras esto Chele nos miró: “Sergio no viene”.

 

  Chele empieza el día durmiendo Cuando tendremos nosotros un local así...  

 

La ausencia de estos impresentables, a los que no dedicaremos más tiempo, se vio compensada con creces con la asistencia, tan inédita como bien hallada, del comando Lourdes, encabezado por la susodicha, y que acudía bien escoltada por su también abatido colchonero marido Poli, así como por sus padres. Cerraba el comando la adorable Diana, que disfrutaba de lo lindo de un sonajero comestible que se rellenaba de pan…una cosa mu rara, y es que la tecnología avanza que es una barbaridad. Pero bueno, todo a su tiempo.

Así las cosas, y después de que Chele despachara a su amigo ucraniano en el aeropuerto (suerte que allí no hacen controles de alcoholemia para subirse a los aviones), los tres nos echamos a la carretera. Tres que enseguida pasamos a ser dos, puesto que Chele no dudó apenas veinte minutos en tirar por la ventana su dignidad (¿digni qué?) y ponerse a dormir, boca abierta y babilla colgante, mientras Maite y yo departíamos tan a gusto.

Una cosa aprendí de esta charla. Cuando Maite os cuente que ha ido al cine, salvo que hayáis visto la película, cambiad de tema tan rápido como podáis: a mí me contó enterita “Sangre de mayo”, y cuándo llevaba ya media hora cascando todo detalle: “bueno, tú no querías ir a verla, ¿no?”. Ahora ya no.

Todo autopista, cuando queremos darnos cuenta estamos ya en Puertollano. Aparcamos prontito y Chele, tras haber reparado algo fuerzas, pone en marcha su GPS particular. Baja una calle, dobla una esquina y… da, como por arte de birlibirloque, con un bar dedicado por entero al Puertollano, el bar de la peña Fondo Marcador, Bar Munich. Impresionante (el bar y lo de Chele, las dos cosas).

 

 

Más impresionantes aún fueron las tapitas que acompañaban a las muchas bebidas (todavía no puedo creer que Chele me preguntara si no quería cerveza…lo que corrobora la tesis de que el alcohol mata neuronas…). Como si de la bruja Lola se tratase, el camarero (con el que Chele no tardó en trabar amistad, llamándolo por su nombre, Jose, como si de toda la vida se conocieran) servía las tapas que Maite iba viendo en otras mesas y partes de la barra, con las que salivaba cual perro de Paulov: bocadillitos de salchichas con ketchup, croquetas planas, patatitas, pinchos morunos…

La gente de Puertollano nos saludaba con mucha educación y afecto, y hablábamos de los posibles resultados de la tarde. Nos daba una sana envidia ver el pedazo de local que tenía la peña, y cómo la gente acudía allí a tomarse el vinito previo al partido. Todas las paredes con fotos del equipo…se respiraba mucho ambiente futbolero, se veía que en Puertollano la gran mayoría de la gente era del equipo de su ciudad, lo cual nos encantó (aunque dimos con algún madridista que confesó que si algún día el Madrid jugase allí, iría con los merengues, demos gracias al cielo de que en ese momento Chele pululaba por no se sabe dónde).

Estando aquí el comando Lourdes llamó para fijar su posición, a la que acudiríamos en breve, no sin antes acoger en nuestro seno a Diego, llegado a la tierra del petróleo refinado español vía AVE, todo un señor. Lourdes y compañía no tuvieron tanta suerte en la elección del sitio para rellenar las alforjas, y es que les tocó una camarera que si bien era todo voluntad…la verdad es que la pobre no daba mucho más de sí. Un poco más y llegan para el partido…pero de la liga 2009/2010.

 

Kiko también quiere ver el partido Gato presidente!!!Nos vemos en Cádiz!

 

Como no podía ser de otra manera estando acompañados por Chele y Antonio, apuramos al máximo el bar, que abandonamos ya con la reja echada. Carreras para llegar al campo, pancartas que se olvidan en el coche, ausencia de cuerda para la misma…al final, se ha hecho algo tan nuestro, que te resulta hasta cotidiano, familiar, nuestra esencia, y hasta le coges cariño. Seis minutos transcurridos de partido cuando nos establecemos. Pero es que eso del sorteo de campo es muy aburrido.

Del partido, para que no se me enfade Chele, contaré poco. Para mí (a ver si no me tengo que comer mis palabras), que era muy pesimista antes de que empezara (llevábamos una racha muy buena y parecía que ya tocaba perder) sirvió para convencerse de que este año vamos a subir sí o sí, porque cuando no podemos ganar dominando, ganamos a lo campeón: dando dos zarpazos cuando menos lo mereces. El Puertollano demostró que puede estar arriba, y a pesar de dominar la posesión casi todo el partido, se quedó con la cara “partía”, lo que tantas veces hemos sufrido nosotros en nuestras carnes.

Chele y Antonio salieron encantados con los jugadores cadistas. Bueno, con todos menos con uno, y es que eso de “bien Casilla bien pisha”, por mucho que vaya sin ese final, les daba como repelús. Terminaron adaptándolo a “bien guardameta bien pisha”.

Nuestros amigos del Fondo Marcador nos hicieron muchas fotos, que podéis ver en su web. Como veis, abrimos nosotros el álbum, en el que también salimos en otras fotos como la 37, la 38 y la 45, muy entusiastas todos.

 

 

Pero sobre todo, si hay que destacar algo, es el buen rollo que hubo entre aficiones. Cuando Toedtli soltó el derechazo que dejaba bien claro que el partido era nuestro, los cadistas empezamos a cantar “Puertollano, Puertollano, Puertollano”, a lo que nos respondieron los lugareños con “eso es, afición, de Primera División”. Muchos abrazos, intercambios de camisetas y bufandas (perdiste tu oportunidad Sergio), y múltiples aplausos cruzados. Dónde están los periolistos amarillos y sensacionaloides (que quieren meter a los desgraciados del Marsella, por citar el último ejemplo, y a nosotros, en el mismo saco) cuando pasan estas cosas…ni una mala reseña he visto hoy ni en los periódicos gaditanos.

Las nubes, que parecían haber esperado educadamente a que terminara el partido, descargaron una tromba de agua monumental nada más finalizar el mismo. Otra vez carreras (al final entendimos para qué estaba la pista de atletismo), invasiones de campo, fotos con el chaparrón a toda potencia, Chele tirando cerveza en mi coche…Nuevamente, lo rutinario se hace entrañable. Apenas hubo tiempo de despedirse de Lourdes y familia como era debido, pero es que aquello no era llover, era jarrear!

Por supuesto, el día no podía terminar sin que Chele tuviera a bien deshacerse de alguna de sus pertenencias, que gran persona, siempre de forma desinteresada, regalando cosas a los que lo de verdad lo necesitan, demostrando un desapego por todo lo material, que lo hace digno de nuestro mayor elogio. Si la última vez que nos vimos alguien anónimo vive hoy más abrigado gracias a la donación de la chaqueta de Chele, en esta ocasión, fueron sus gafas de sol, que cayeron al suelo tras bajarse el coche, para dejar a Diego salir, al que dejamos en la estación del AVE. Nunca había visto a nadie llevar las gafas de sol a un campo que amenaza lluvia, y mucho menos hacerlo con con las gafas en una rodilla, con las patillas a cada lado de la pierna. Ahora entiendo porqué. No deja de ser un capricho del destino que, a boca llena, tras un comentario despectivo por mi parte sobre dichas gafas (“Chele macho, estas gafas son de tía!”), el interesado contestara: “pues son las que más me han durado nunca, más de un año!” (qué cerca estaba de caer el récord…si bien el infeliz no lo sabía todavía).

 

Con la que va a caer y nosotros aquí Y Chele terminó el día durmiendo

 

LA PARADITA

Cuando el día parecía ya abocado a su fin, para desesperación de todos nosotros curritos, el día nos deparó una última anécdota, que quedará por siempre en los anales de esta peña.

Como no, Chele volvió a caer rendido en el asiento del conductor, apoyando incluso algunas veces su mano en mi hombro, en un gesto que todavía en estos momentos me inquieta y me produce escalofríos. Este humilde narrador, a los mandos de la bala roja, dada la parquedad de palabras de mi acompañante, se estaba quedando dormido también, así que decidió parar en una gasolinera a despejarse un poco, y pasarle el testigo a Maite, la más descansada de todos.

Con tan mala suerte que fuimos a dar con un control antidroga de la guardia civil. Los agentes de la ley nos apuntaban con sus linternas, en especial a Chele (natural, el más sospechoso), que de verse soñando felizmente con vete tú a saber qué, se encontró con un picoleto mirándolo con cara de pocos amigos, y enfocándolo a la cara. El respingo y el grito que dio por poco no hacen volcar al coche. ¡¡¡arrghhhhh!! ¿Qué es esto??? Maite, los maderos y yo…en fin….no había aire para nuestro pulmones.

Dentro ya del bar, Chele empieza a rayarse, ya que los guardias civiles, al vernos con los atuendos cadistas, se habían interesado, de forma amistosa, por nuestro viaje y el partido: “pero a ver, si tienen que registrar, que registren, pero pa que se hacen el gracioso, es que me toca los cojones, es que ggrrrrrr”

CHELE, NO ME RAYES MÁS COÑO Y CÓMETE LAS PATATAS!!!!!! (un remake del “Andreita, cómete el pollo, coño”)

Todavía hubo tiempo para que nos obligaran a mover el coche porque estorbaba para entrar en la gasolinera (sería a los trailers), para que Chele se llevara una bronca por fumar donde no debía…Una delicia.

De vuelta al coche, Chele pasó atrás, y a qué no sabéis qué? Se puso a Kiko como almohada, y ya de perdidos al río: a la que Maite me iba contando que estaba encantada con unas tiritas que le había comprado para la nariz y que con eso roncaba menos, aquí el amigo se estaba pegando un concierto excelso de ronquidos y bufidos. “Maite…y por casualidad no tendrás una de esas por ahí a mano no hija???” (lo que da Chele pa estas crónicas).

Después de lo que sufrimos el año pasado, ya nos tocaba disfrutar de nuestro equipo. A ver si para el próximo se anima más gente!!!

 

Manolain

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CREACIÓN FICHA: 20/10/2008

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 20/10/2008

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