Un año más y tras la exitosa entrega de nuestra entrega de premios a los Personajes Históricos del Cadismo, nos dirigimos al Teresa Rivero para disfrutar del Rayo-Cádiz. Desde aquí, agradecemos de nuevo a la Peña Rayista 2004 su colaboración a la hora de acogernos en su local para poder celebrar nuestro acto y recibirnos con los brazos abiertos, ¡¡esperemos que haya muchos más!!

Un par de horas antes del partido (ya se intuía que esta vez sí que cabía la posibilidad de llegar al saque inicial), nos fuimos congregando peñistas y amigos en el Bar Castilla, situado en los aledaños del estadio, y donde mayor afluencia de aficionados cadistas había. Cabe destacar el gran número de camisetas amarillas que había en Vallecas; parece que había muchas ganas de venir a Madrid tras la temporada de 2ªB! Así que allí nos juntamos nosotros y cientos de cadistas más, agotando las reservas del bar que se quedó sin hielo y todo de tanto “refresco” que se sirvió.

 

Acercándose la hora del partido, vimos más que de cerca el hermanamiento (aunque la palabra creo  que se queda corta) entre las aficiones del Cádiz y del Rayo y, más específicamente, entre Brigadas y Bukaneros. Juntos y unidos llegaron a la puerta del estadio para hacer su entrada juntos. Nosotros, que queríamos por una vez llegar con tiempo al partido, hicimos por localizar al Bixo, que era el último que quedaba por llegar, y aunque parecía que costaba encontrarlo, a media hora del comienzo del partido, aunque no estaba delante de nosotros, parece que estaba cerca.  Así que teniendo controlado al Chele para que no se escapara a pedir la penúltima, Maite, Miguel, Silverio, Manoli, Manolo y quien escribe, fuimos en busca de Sergio, sufriendo por la pancarta, ya que se suponía que la tenía él…A quién se lo ocurre hacerle responsable, hombre!! Menos mal que iba acompañado de dos coleguillas un pelín más conscientes que él y, para alegría nuestra, aparecieron con la pancarta en la mano.

Así que todos juntos allá que fuimos a entrar al campo (y quedaba cuarto de hora por lo menos, oiga!!!), pero en la entrada perdimos a Maite, Chele y Miguel. Qué le vamos a hacer. Una vez dentro, descubrimos que, aunque creíamos que veníamos sobrados de tiempo, no fue así ni mucho menos, ya que las gradas estaban más que repletas y nos fue imposible encontrar un hueco para sentarnos todos juntos. Tampoco pudimos colgar la pancarta porque, para variar, no teníamos con qué atarla…Así que una vez situados, cada uno un poco por su lado, vimos el saque inicial, yuhu!!!

 

Desde el principio, el partido pintó bien para el Cádiz, ya que parecía que se tenían bastante ocasiones aunque no materializara ninguna por el momento. Con el partido aparentemente controlado, llegó el primer gol del Rayo, cachi en diez, vaya despiste defensivo. Ocurrió lo que venía pasando en partidos anteriores, mucha llegada pero poco gol y pasa lo que pasa, que el rival llega y a las primeras de cambio, enchufa. Con estas se llegó al descanso y parece que Chele, Maite y Miguel nos encontraron, así que un poco más juntitos nos pusimos a ver el 2º tiempo. Tempranero gol de Cádiz, así que gran alegría para la afición cadista, y mayor cabreo aún para los aficionados del Rayo que teníamos al lado; madre mía, más que animar lo suyo era “discrepar” por así decirlo con su equipo y sus jugadores…parecía que estábamos en el Bernabeu…Poco duró nuestra alegría porque en seguida el Rayo volvió a adelantarse. Pero las ocasiones seguían llegando y llegando para esperanza nuestra, y con estas el Cádiz volvió a empatar, ahí estamos!!! El último cuarto de hora transcurrió deprisa, con un Cádiz al que le parecía bien el puntito sacado en Vallecas. Justo en los últimos minutos, hubo alguna polémica absurda con el árbitro que ni siquiera se explicar, pero que acabó encabronando a las dos aficiones, aunque con el pitido final, las decisiones arbitrales no empañaron el buen ambiente en la grada entre las dos aficiones, que corearon durante un buen rato sus respectivos nombres y haciendo presente el cariño existente entre las dos aficiones. Así da gusto ir a los estadios!!!!

Hasta aquí la crónica del partido vivida por Merche que, una vez acabado el encuentro tuvo que ausentarse para cumplir con sus funciones de madre. Cedo el testigo a Maite para que cuente qué tal fue el post partido y la noche del sábado.

Gracias Merche, recojo el testigo, aunque un poco tarde, ay Manolo qué paciencia, si es que llevo ya una semana y todavía no he escrito na, claro que para 2 meses que curro al año ...

Haciendo memoria, y ya es mucho decir porque antes del partido ya nos habíamos tomado algún que otro peloti, recuerdo que salimos del estadio Miguel, Silver, Manoli y yo, Chele se nos había despistado por ahí y según salimos nos cerraron las puertas por lo que fuimos al bar de enfrente en el que habíamos quedado con gente venida de Cádiz para la ocasión. En esos momentos yo también me hacía la pregunta de si Chele iría a través de algún pasadizo secreto desde el estadio que le conectara directamente al bar, pues nadie le había visto salir, pero en lo que nosotros tardamos en subir hasta el semáforo, cruzar y volver a bajar él ya había llegado, misterios de la vida.

 

De este bar recuerdo más bien poco, sé que nos estuvimos tomando unas cervecitas con el Jhony y colegas y que le dimos la tabarra a los que vimos en el Comes preguntándoles que cuándo se iban y esas cosillas, también sé que pasó por allí casualmente una amiga con la que quedamos en un bar más abajo y a la que dimos plantón posteriormente, y que pasaron también Javi Doña y Pepe Pino con el coche y quedamos en que nos llamaríamos más tarde (era una calle muy concurrida).

La siguiente parada fue otro bar vallecano que se llamaba algo así como el Fonte, donde habíamos quedado con Sergio, Chiki y más peña. Aquí estuvimos en una cómoda terraza atendidos por unos encantadores y simpáticos camareros que se desvivían porque estuviéramos de lo más agustito, de hecho todo eran sonrisas cuando nos llamaban desde la barra a gritos para que recogiéramos lo pedido, claro que mejor eso a que nos lo lanzaran directamente desde allí. Visto que se deshacían en ponernos facilidades, tuvimos que juntar varias sillas y apoyar los vasos en el suelo, alguno incomprensiblemente se rompió. Lo complicación se nos presentó cuando vino la oreja que Chele se había empeñado en pedir y que tuvimos que colocar sobre una silla que además estaba un poco en cuesta, ya no digo más. Después vinieron unas bravas y unos chocos, todo fue a parar a la misma silla.

En esas estábamos cuando no podíamos dejar de fijarnos en que en el bar de al lado, que ponía que era un asador de pollos, no hacía más que entrar y salir gente con muchas pintas, y que cada vez que se abría la puerta se escuchaba reguetón a todo volumen y se veían unas escaleras que bajaban algo así como a los infiernos, el nombre del asador era “Mi Lindo Cielo” (o algo parecido). Los que entraban iban bastante normales, los que salían lo hacían en bastante peor estado. La curiosidad de todos, especialmente la del Bixo, iba en aumento cuando se nos acercó un Chileno con una manta en una mano y un libro de “Conocimiento del medio” en la otra a pedirnos algo de dinero. De eso no teníamos para darle pero le propusimos que bajara al Cielo y nos contara lo qué había allí a lo que dijo que si le financiábamos lo haría encantado. Al final le trajo Chele un botijo y se sentó con nosotros a charlar animadamente de diversos temas, especialmente de futbol, se veía que era una persona muy culta y su conversación resultó muy amena.

 

Nuestro pequeño grupo volvió a crecer cuando esta vez se nos acercó un chino a vendernos unas pelis y también le dimos cobijo. Al nota le ofrecimos los calamares con el pan y al principio no se le veía muy seguro “¿calamaro?”, pero luego enganchó la fuente y no quería soltarla ni cuando la intentamos recuperar, después, con un movimiento felino, agarró la bandeja, se situó en el suelo agazapado detrás de Silverio y Manoli y se puso a engullir haciéndose montaditos con el pan y tomándose lo que nos quedaba de cerveza. Por más que le insistimos en que se sentara con nosotros no hubo manera, ¿tendrían algo que ver nuestros encantadores anfitriones del bar? ...

Al rato, y ya que empezaba a hacer un frío de “cohone” y nadie se decidía a entrar al asador de pollos, nos despedimos de nuestros nuevos amigos, el chileno nos indicó la esquina en la que dormiría esa noche para que le saludáramos si pasábamos por allí, es buena gente, cuando volvamos a Vallecas iremos a verle.

La siguiente propuesta que teníamos era la fiesta en casa de Nacho, que celebraba precisamente que se marchaba a otro piso y quería dejarle un buen recuerdo al vecino, cómo íbamos a rechazar semejante plan: alcohol, música a todo volumen, no importa que se caiga la copa, podeis hacer lo que querais que moleste bien al de al lado ..., menuda golosina !!

A la fiesta se nos unió Pepe Pino y estuvimos metiendo caña hasta que surgió un gran problema para muchos de nosotros, se había acabado el whisky, por lo que había que ir al bar, ¿y a cuál fuimos? Pues sí, exactamente, al Kundun, ¿cuál mejor si no?  Allí nos quedamos hasta que echaron el cierre, momento en el que Sergio se fue al Excalibur , ya que había quedado con una pibita, y los demás tiramos para casita a descansar, pues nosotros también habíamos quedado, pero para el día siguiente.

Y llegó el día siguiente y a las 12 en punto ya estaba llamando Silverio para ir a la Plaza Mayor a tomarnos un bocata de calamares (más calamacas, será que nos habíamos quedado con ganas), pero esta vez sí que estábamos preparados y dispuestos para pasar un bonito día de sol por el centrito de Madrid y no hicimos esperar al personal, y allí estuvimos terminando un fin de semana de lo más cadista de la forma más castiza posible, como a nosotros nos gusta. Y que venga el Cádiz a jugar a Madrid todas las veces que sea posible, que aquí siempre será muy bien recibido !!