Esta crónica va a ser un poco sosa, pero es que el desplazamiento, por llamarlo de alguna manera, no da para mucho más. El viaje desde Madrid apenas son dos horas, y me fui yo solo, ahí como los locos, ante la deserción generalizada de los miembros de la peña, ¡COBARDES! Aún así, da para contar algunas cosillas!

Lo dicho, ya el año pasado me quedé con ganas de ir a La Roda (no me acuerdo que pasó) y en este, estaba totalmente decidido a ir. Después de la inevitable (y fallida) consulta por Whatsapp para ver quién se venía conmigo, viendo que nadie respondía a mi llamada, decidí igualmente realizar el viaje, puesto que apenas son 200kms, todo autopista, desde Madrid. El factor que terminó de decantar la balanza a animarme fue que el partido se jugara por la mañana, lo que permitiría estar de vuelta en casa relativamente temprano.

En lo que no caí es el madrugón que iba a tener que darme también el domingo, aunque un padre de dos criaturas pequeñas está ya hecho a estas cosas. Dicho y hecho, me armé de valor, vi que hacía buen día (aunque el grajo volaba bien bajo), cogí mi pancarta, mi cámara, y enfilando la A3. Bicho, con la de veces que te has hecho esa carretera, una más....

Los augurios al llegar no fueron buenos. A poco de llegar a La Roda cayó una niebla muy densa, lo que hacía que el día estuviera óscuro, húmedo y muy frio. Aunque lo peor estaba a la hora de pasar por taquilla. Fue imposible hacerse con un pase de invitación, y atención señores, porque parece que está de moda esto de atracar este año en Segunda B. Igual que nos pasó en Córdoba, la entradita, para esta categoría, y este campo, ¡COSTABA OTROS 20 EUROS!!! Menudo robazo!!

Los Brigadas compraron entradas juveniles, y cuando amenazaron con irse si no se las admitían, apareció un ¿empleado? del club, que lo "arregló" todo en el único acceso al campo. Maravillas de esta categoría.
Yo, que iba solo y que estoy muy cascao, tuve que sufrir el enésimo atraco en nuestras vistias a rivales lejos de Carranza.

Para colmo, como había desplazamiento de Brigadas, había más presencia de Guardia Civil que de costumbre. Llego con mi bufanda de amarillo, así que...¡pa dentro! Nos metieron a todos en una especie de polideportivo, y allí nos registraron. He de decir, eso que, por lo menos el agente que me tocó (en ambos sentidos: caer en suerte, y utilizar el sentido del tacto) se mostró muy amable y respetuoso.

Bueno, ya estamos dentro. El escenario del partido, en fin....tampoco quiero ahondar en ello. Es la categoría en que estamos y a la que nos han llevado nuestros dirigentes, y hacemos mejor en concentrar nuestras iras en ellos, que en nuestros rivales, que humildemente compiten con lo que tienen (en su caso, tienen un marcador electrónico, mientras nosotros seguimos siendo la vergüenza y el cachondeo de los que nos vienen a ver a Cádiz por este motivo). Pero no puedo evitar cabrearme por la evidencia de la reforma urgente que necesita esta categoría, donde conviven escenarios tan dispares como La Roda o El Carpio, con otros como el Carlos Belmonte, el Carlos Tartiere o el Carranza. No es de recibo.

Así que planto mi pancarta, me hago mis fotitos, y me dedico a lo mío, que es ver el partido, que es lo que me gusta. A mi lado están los Brigadas y los Bukaneros, que estuvieron animosos como siempre, pero bastante menos que en otras ocasiones. Yo nunca he sido mucho de grada de "gallinero", y ahora que estoy mayor, menos todavía. Señorito de tribuna :-)

Respecto al partido, ya contamos en su momento que fue un baile del Cádiz a un rival que está en barrena y que tenía muchas bajas. La Roda apenas tosió al Cádiz en todo el partido. Los nuestros tenían el balón todo el tiempo, tenían más fuerza física, mayor calidad, y encima, se nos dio bien de cara a puerta. Para colmo, su defensa nos hacía unos regalos de cárcel. Un golito a los 23 minutos, otro justo antes de ir al descanso, y otro al poco de empezar la segunda mitad.

Por lo menos, para la segunda parte salió el sol, y nos pudimos calentar un poquito, porque en la primera, faltaban guantes y bufandas por todas partes. Como en el césped ya no pasaba nada, la chavalada se dedicó a divertirse como podía, en su caso, a emular aquel Cádiz-Villarreal de hace 20 años, persiguiendo al juez de línea. En estas estábamos cuando llegó el 0-4, desatándose la alegría otra vez. Tuve la suerte de grabarlo todo en vivo :-)

A partir de ahí, ya sí, aquello se convirtió en los minutos de la basura, pero demasiados minutos. La Roda hizo su golito, pero que fue meramente anecdótico. Al final, cántidos de ánimo entre aficiones, entre las que no pasó absolutamente nada. La Guardia Civil nos intentó retener, y que saliéramos por otra puerta distinta al resto del público, pero aquello era ridículo: hacía ya un buen rato que la gente se iba marchando, ante el aluvión de goles en contra, y no había pasado absolutamente nada que hiciera pensar que pudiera haber problemas. Cinco minutos después de acabado el partido no quedaba nadie por los alrededores, como si allí nunca hubiera pasado nada, una calle más. Qué bonita es la Segunda B

Manolain