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Valladolid - Cádiz (13/05/07)

Aprovechando que el Valladolid pasa por Pisuerga...


Un dominguito más nos levantamos temprano para recorrernos unos cientos de kilómetros y no dejar sólo a nuestro querido Cádiz CF en una batalla más.

Aunque esta vez poco nos jugamos en el envite, la honra y medirnos contra un equipo que este año ha arrasado en la división de plata y que el año que viene jugará entre los grandes, son alicientes suficientes para visitar la capital pucelana.

De Madrid salimos Campano, Powers, Maite y el que escribe. Hemos quedado en la serrana localidad de Villalba con otra parte de la expedición.Una vez reunidos con Samuel, Mentxu, José Luis y Sergio en el punto acordado (un bar por supuesto) y tras dar buena cuenta de unas cañas con sus respectivos pinchos de tortilla emprendemos juntos el viaje por la ancha Castilla.

Una vez en nuestro destino nos dirigimos sin dar mucho rodeo al centro de la ciudad, donde habíamos quedado con los que nos quedaban de la expedición: los padres de Lourdes, los cuales habían aprovechado para pasar allí todo el fin de semana aprovechando las fechas festivas de aquellos lares. Incluso habían disfrutado la noche anterior de un multitudinario concierto de la Pantoja. Hay que ver qué cosas, oiga.



Como el hambre aprieta y la hora se nos echa encima, hacemos ruta por los bares típicos para recalar finalmente en un grandioso templo: el Rey de las Raciones. En esta sagrada parroquia establecemos el campo base y hacemos alarde de eso que tan bien se nos da que es el comercio y el bebercio.

Entre caña y caña, algún vinito y raciones de lacón con pimientos, un amable camarero nos indica el camino hacia la mesa en la que debemos sentarnos para rematar la faena. Esta se encuentra en una bonita bodega de la que rápidamente nos hacemos los dueños.

Con preocupación buscamos a Kiko. Pero en seguida nos damos cuenta que, integrándose perfectamente con el entorno, ha hecho buenas migas con una auténtica “zorrilla”.



Una vez en nuestros puestos comienzan a bajar manjares de la cocina, consistentes en unas generosas raciones de ibéricos, las inevitables ensaladas y unos chuletones y solomillos de más de medio kilo cada uno. El paraíso de los vegetarianos, vamos. Impresionante. Todo ellos regado con deliciosos vinos de la tierra castellana. El Ribera del Duero de esta zona es realmente grandioso.

Para pasar el atracón, la casa nos invita a un licor amarillo (en honor al Cádiz, por supuesto) y brindamos por una victoria de nuestro equipo. Alfonso, honorable miembro de la carnavalera Peña Paco Alba nos deleita con unos preciosos y sentidos tanguillos y pasodobles, lo que pone un broche de oro a este almuerzo tan especial.

A la salida del restaurante pasamos por la Plaza Mayor, emblemático rincón de la ciudad, donde había un gran escenario donde habitualmente celebran allí los conciertos durante las fiestas. No nos resistimos a hacernos una foto en este sitio. Los peñistas más intrépidos no dudaron tampoco en subirse al escenario, esquivando algún que otro cordón de seguridad, para hacerse otra fotilla… o quizás para mirar si la noche anterior la famosa tonadillera se había dejado algún billetito de esos que tanto gusta guardarse…

Otro de los nuestros tampoco dudó, ante la mirada atónita de sus compañeros y viandantes hacerle un sentido homenaje a la “diva”.



Una vez superadas todas estas vicisitudes, ponemos rumbo al fin al estadio. Como es tradición en esta peña, llegamos con el partido ya empezado. El Valladolid empujaba mucho y encontró el premio con un gol de Manchev en un saque de falta. Nos acordamos de la maldita manía de defender estas jugadas en zona y nos ponemos a animar a nuestro equipo. El estadio presentaba una media entrada y se veía a los parroquianos locales bastante contentos. Aún así, parece que los ánimos que mandábamos desde nuestra localidad surtieron efecto ya que el Cádiz reaccionó y metió un gol. Lástima que el árbitro lo anulara por un clarísimo fuera de juego.

Los ánimos no decayeron y en otra llegada conseguimos arrancar un penalti. Lanzó Lobos y, aunque falló, consiguió recoger el rechace y materializar el gol del empate. Justo antes del descanso, en una falta del equipo pucelano, el árbitro enseñó una tarjeta amarilla al jugador que no había cometido la infracción, lo que suponía su expulsión. Las iras del público cayeron sobre el colegiado que tuvo que rectificar tras consultar con el linié. Acto seguido acabó la primera parte con una sonora pitada que hizo mella en el árbitro que en la reanudación se volvió aún más casero de lo que ya lo estaba siendo.

Durante el descanso, unas hermosas mancebas, al parecer cheerleaders del equipo de baloncesto local, amenizaron al personal con bailes variados al son de “Rubia ven p’acá y…” o el consabido “A por ellas, oeeee…” . A falta de bocadillo, buenos son estos entretenimientos.



En la segunda parte todo fue un poco más de lo mismo. El Valladolid controlando y el Cádiz montando peligrosas contras. En ellas, de estar Acuña algo más acertado, podríamos haber dado la sorpresa. El joven delantero paraguayo demostró que quizás con más minutos y confianza puede llegar a ser el jugador que todos pensamos que puede. Minutos más tarde el Cádiz pudo haberse adelantado, pero el trencilla volvió a anularnos un gol por un esta vez más que dudoso fuera de juego.

Sin embargo un lance iba a cambiar el partido. A la salida de un corner cajista Fleurquin vio la roja por pegarle un codazo a un jugador vallisoletano. Tras esto, Jose cambió a la referencia ofensiva Acuña por Bezares. El juego pasó a dominarlo el Valladolid definitivamente hasta que Manchev (de nuevo) a la salida de una jugada a balón parado (de nuevo) defendida en zona (de nuevo) nos mete otro gol totalmente solo en el área pequeña (de nuevo).



El partido parece estar finiquitado y la grada empieza a hacer la ola y a cantar aquello de “Campeones oe”. Decidimos unirnos a la fiesta y dedicar algunos cánticos de buen rollo a los locales, los cuales responden animando al Cádiz y a su afición allí presente. Un bonito detalle.

Pero Jose no está para fiestas y quiere algo positivo en Zorrilla. Reacciona desde el banquillo. Salen a escena Pavoni y Enrique y dan un nuevo aire al equipo. El Cádiz vuelve a hacerse con el balón y en una trenzada jugada Sesma consigue el gol del empate.

Acaba el partido y la verdad es que lo hemos pasado muy bien. Intercambiamos bufandas (alguna también quería los calzoncillos de Chele, pero Maite eso no lo iba a consentir) y nos disponemos a volvernos a la capital del reino.

Sin embargo, a la salida del estadio nos encontramos con los pucelanos que conocimos en el desplazamiento a Vitoria. Así que los más partibles decidimos quedarnos un rato más por allí y tomarnos unas jarras de cerveza con ellos. El grupo se separa definitivamente y nos emplazamos para dentro de 15 días en Ponferrada.

Los que nos quedamos en Valladolid entablamos una animada coneversación con los aficionados locales hasta que la hora nos dice que debemos irnos. A pesar de que Fangoria actúa esta noche en “nuestro” escenario de la plaza (parece que esta hijaputa nos persigue), ponemos rumbo a Madrid con el deseo de volver como mucho en un par de años a esta hospitalaria ciudad.


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CREACIÓN FICHA: 20/05/2007

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 20/05/2007

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