Criado en la cantera del Sevilla (llegó a debutar en el primer equipo, aunque de forma testimonial), ha desarrollado casi toda su carrera en Segunda División, en los equipos de Getafe, Lorca y Salamanca.

Es un mediocentro de corte defensivo, aunque puede también participar en las labores de construcción. Se entrega al máximo en cada partido.

En su primera campaña con el Cádiz, fue absolutamente indiscutible para Jose González en la primera mitad de campeonato, pero luego fue perdiendo protagonismo. Su rendimiento no era del agrado de todos, y muchos aficionados empezaron a criticarle e incluso silbarle en el estadio. En el mercado invernal el Granada empujó mucho para hacerse con sus servicios, pero el club se negó, algo de lo que después se arrepentirían, seguramente, tanto entidad como jugador.

Su segunda temporada en el Cádiz fue bien distinta. Con el desembarco de Quique Pina, no es que perdiera sitio en el once, es que ni siquiera tuvo ficha, cuando sólo hacía unos meses, curiosamente, el mismo empresario había intentado, como acabamos de comentar, ficharlo para el Granada. Se pasó la mitad de la campaña entrenando a sabiendas de que vería todos los partidos desde la grada (a pesar de lo cual, no tuvo una sola palabra de protesta, lo cual le honra), hasta que por fin, en febrero, llegó a un acuerdo para rescindir su contrato y marcharse a jugar en Polonia.

Allí tampoco tuvo suerte. Tras un primer éxito con el ascenso a Primera de su equipo, nada más comenzar el siguiente ejercicio liguero se rompió el ligamento cruzado, lo que le supuso pasarse casi todo el año en blanco, y finalmente, tener que volver a España a buscar nuevamente equipo.

Fue internacional sub16.

Foto: portalcadista.com