24 de octubre de 2016
Ficha en la web:
Genial frase cuya autoría no es nuestra pero que refleja perfectamente lo que es nuestro equipo a día de hoy.
A falta de mayor calidad, los equipos que se llevaran algo positivo del Carranza deberían irse con varios lesionados, el miedo en el cuerpo y cara de parecer que vienen de la guerra. Ninguna ganas de volver. Sin embargo, los amarillos, en una bisoñez insultante, van regalando puntos como si sobraran.
Los pupilos de Alvaro Cervera, tras un inicio fulgurante en el que por fin parecía que íbamos a poder vivir algo más tranquilos, apabullaron a su rival al que ya ganaban por 2-0 apenas jugado un cuarto de hora.
Pero en la segunda parte, con un miedo a ganar preocupante, y lastrados por unos cambios infames del entrenador (que por muy forzados que fueran por lesión, podía haber tomado otras opciones; a saber, sería conveniente que explicara de una vez cuales son los méritos de Abel Gómez para jugar en este equipo, más aún, para estar en esta plantilla) dejaron que el rival poco a poco se mudara a vivir al área de Cifuentes, hasta que pasó lo inevitable.
Por si fuera poco, los regalos de Carlos Calvo en forma de expulsión (alguien con 31 años ya debería tener experiencia para no ponérselo tan fácil al árbitro, y ya que te echan, por lo menos, pierde tiempo y mete bulla para romper el ritmo del rival) y de Cifuentes por dos veces en la jugada del 2-2. Aunque señalar al portero es injusto, hoy es cierto que estuvo muy desacertado, pero ha dado muchos puntos, este año y el pasado.
Cervera al menos no se escondía en la rueda de prensa: "así no se puede competir en Segunda". Pues con la tontería llevamos un 25% de competición liquidado, y el Cádiz da muy malas sensaciones. Hay mucho tiempo, pero este parece irnos conduciendo cada vez a peor en lugar de al revés.