Temporada sobresaliente la que analizamos hoy. La campaña 84-85, en la que Benito Joanet continuaba como técnico después de haber intentando rescatar al equipo en Primera el año anterior, se saldó con un rápido retorno a la máxima categoría.
No sólo eso, en el torneo copero el equipo hizo un papel más que digno, llegando a octavos de final, meta nada fácil para una escuadra militando en la división de plata, y en un año en que la competición fue larguísima, con muchas rondas, todas a doble vuelta.
Los amarillos no tuvieron problemas para deshacerse con relativa facilitad de Coria, Betis Deportivo y Extremadura, hasta llegar a Las Palmas, duro rival que de hecho sería campeón en Segunda con solvencia y por tanto, acompañando a los cadistas en su salto a Primera. Tras perder en el Insular 1-0, los gaditanos le dieron la vuelta a la eliminatoria en Carranza ganando 2-0.
Finalmente nos encontraríamos al Zaragoza, que esa campaña no sería la más brillante en su historia, pero hablamos ya de un Primera con mucha enjundia. El Cádiz dio la campanada ganando en La Romareda por 1-2. Por desgracia, en la vuelta, los maños vencieron por 0-1 tras el tiempo reglamentario y la prórroga. Entonces no aplicaba la regla de valor doble de los goles fuera de casa en caso de empate, así que tocó ir a los penaltis.
Los zaragozanos no perdonaron en ninguno de los lanzamientos, mientras que Pepe Mejías (cosas del destino, el rubio jugaría años después con esa camiseta) erraba el suyo, que costaba una injusta eliminación, que no empañaba la más que digna participación cadista en la Copa.