Tristes porque el Cádiz fue mejor en el cómputo global de la eliminatoria, pero como bien decía Cervera, aquí lo que vale son los goels, y ahí los amarillos estuvieron muy limitados. Hoy no se pudo marcar después de dos horas jugando, a pesar de tener varias ocasiones para ello. Podemos analizar más en profundidad pero, ¿para qué? El equipo de Cervera llevaba viviendo en el alambre varias semanas, pendientes de un milagro en forma de zapatazo de Aitor o Aketxe, con un Ortuño ya seco, y a expesas de los fallos de sus rivales. En un playoff las distancias se reducen mucho más y al final la balanza se desniveló por el detalle de la clasificación en liga. Más apretado imposible.
Pero a la vez, como reza el título, orgullos hasta henchirse el pecho de lo que este entrenador y plantilla han conseguido. Sin contar para nadie en esta pelea, se metieron en el playoff desde casi el principio y ya nunca lo abandonaron. Creyeron siempre en lo que hacían, y nos hicieron soñar con tocar el olimpo cuando hace unos meses estábamos hasta el cuello de barro y mierda. Hoy duele, más aún porque se mereció más sobre el campo. Pero mañana, pasado...cuando pase el tiempo, empezaremos a estar alegres y agradecidos. Sólo habrá que mirar a Mallorca, Alicante, Elche, Miranda, Murcia, Santander, Huelva y un largo etcétera para recordarlo.
Se ha hecho lo más difícil. Sigamos siendo nosotros. Sigamos siendo humildes. Sigamos apoyando al equipo. Sigamos agradeciendo haber salido de la inmundicia de la Segunda B. Y con esa actitud, llegarán otras noches en las que la ilusión no nos deje dormir
SIEMPRE CADIZ CF