05 de septiembre de 2017
Ficha en la web:
Entrenador, y su igual en el campo. Alvaro Cervera en la pizarra y Jon Garrido en el centro del campo. Y los otros diez, bueno, ya encontraremos algo que funcione.
El Cádiz introdujo hoy varios cambios lógicos y esperados en el cambio de comeptición y ante la semana tan atípica que tenemos por delante, pero la esencia se mantuvo inalterable. El centrocampista vasco barrió absolutamente todo lo que pasó por su lado. Moha hizo de Salvi (o Alvaro García, elijan ustedes) y destrozó por la banda a su rival hasta que se le acabó la gasolina. En una recuperación de Garrido con pase al africano nació el primer y único gol que dio el pase, y que remató Barral, que es la tercera pata del banco: todo lo que cae cerca del isleño acaba entre los tres palos. Ya van tres dianas y estamos sólo a primeros de septiembre.
El Almería sucumbió a la trampa de Cervera, que le enseñaba el campo pero que no le dejaba jugar. Servando y Kecojevic, en las raras veces que Garrido no llegó, estuvieron infranqueables. Por contra, las subidas a toda velocidad del mencionado Moha, Aitor García, o Salvi y Carrillo en la segunda parte, generaron mucho más peligro que cualquier jugada elaborada de los visitantes, que salvo en un tiro lejano, nunca hicieron nada suficiente para inquietar a Rubén Yañez, el arquero hoy.
En definitiva merecido pase a siguiente ronda que nunca peligró y que confirmó el excelente comienzo liguero y que la idea de Cervera sigue siendo totalmente válida. El viernes, ¡a por más!