La semana pasada titulabamos que a lo mejor el Cádiz necesitaba un guantazo para reaccionar, en relación a como el equipo se transformó cuando encajó un gol a manos de un rival que jugaba con diez.
Pero se ve que el equipo de Cervera no está fino y necesita de un meneo más fuerte. Porque hoy los amarillos volvieron a su plan de siempre de esperar al rival y a ver que cae (y como el propio Cervera dijo, "el que no sepa ya a estas alturas a qué jugamos no es de Cádiz"), pero cuando se encaja gol, todo el plan se desmorrona, y peor aún, si en días como hoy, el conjunto cadista no muestra la más mínima reacción.
Jugadores y entrenador han sido muy críticos consigo mismos, reconociendo que el Cádiz hoy en Soria no puso apenas argumentos sobre el verde, ni antes del gol local, ni sobre todo después del mismo. Cierto es que el Numancia de este año nada tiene que ver con el del pasado, pero duele recordar como el Cádiz barrió hace un año a su rival en Los Pajaritos mientras que hoy no le hubiera tirado a puerta ni aunque el árbitro hubiera añadido un descuento de un día.
Y todo ello dando como siempre las gracias a Cifuentes, que evitó varios goles cantados de los delanteros rojillos.
Racha muy mala del cuadro de Cervera desde que se perdiera en Alcorcón (ya antes el técnico avisaba, pese a ganar a Granada y Córdoba, que estábamos a punto de dejar de sumar, y ahí estamos) y que nos cuesta la segunda plaza. Le vienen al Cádiz tres de los cuatro colistas actuales en la clasificación. Ocasión inmejorable para levantarse y demostrar que esta banda no se ha dado por vencida.
Foto: La Voz