Tenía el Cádiz la oportunidad de colarse en el playoff. A falta de dos jornadas dependía de sí mismo. Ha perdido los dos partidos. Pero lo peor, de largo, es haberlo de la forma que lo hizo, especialmente hoy, sin casi comparecer en el césped, ante un equipo que ya llevaba un mes pensando en las vacaciones, plagado de suplentes.
Como ha reconocido el capitán, el equipo salió ya muerto de Carranza tras perder con el Extremadura. Ahí se acabó, como muchos intuían, la temporada para los amarillos. Solo hubo que ver los primeros minutos hoy, el gol de un rival que apretaba mucho más. Para alguien de otro país, sería impensable que los de amarillo eran los que se jugaban el pan ese día.
Así que temporada calcada a la anterior. Muchos tumbos en mayo hasta terminar de caerse en junio y quedarse a las puertas de todo un premio como el playoff. Desde que se consiguió la permanencia, el rendimiento baja drásticamente. Toca análisis. Y acordarse siempre que hace poco purgábamos por salir de Segunda B.
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