02 de noviembre de 2019
Ficha en la web:
Hubiera sido extraño, pero a veces pasa. Después de la injusta derrota en el Carlos Belmonte, alguno podría tener la tentación de cambiar de receta, de cambiar de plan, o de cambiar de piezas. Pero nosotros tenemos la suerte de contar con el técnico con las ideas más claras de la categoría (así va para su cuarto año en Segunda, algo inédito en el fútbol actual). Y con la misma idea de siempre, el Cádiz volvió a su resultado de siempre este año, la victoria.
Una vez más el entrenador rival tuvo que reconocer la superioridad táctica de este Cádiz que va deshojando a sus contrarios, sin que éstos puedan explicarse muy bien como. Los amarillos continúan engrosando su casillero de puntos de forma imparable, siendo los máximos goleadores de la categoría y los segundos menos goleados. El partido de hoy cabe perfectamente en esos números.
Un córner dio lugar al 1-0 que abría la lata y permitía al Cádiz hacer como que dormía el partido. El Sporting cayó en la trampa y cuando quiso darse cuenta, tenía el segundo en contra, en una jugada excepcional de Salvi y una finalización de Alex Fernández que volvió a demostrar que hace mucho que la Segunda se le queda pequeña.
La alteración con respecto a otras ocasiones vino en la pronta reacción del rival, que solo dos minutos después aprovechaba un corner mal defendido para reducir distancias. En la mayoría de estos casos, el que viene remontando se anima y suele encontrar premio, pero contra el Cádiz eso no vale. Parecía que media hora de partido iba a ser mucho para aguantar una renta mínima, pero Caye, recién salido (ya ha dejado de parecernos suerte que los cambios de Cervera sean protagonistas), se encontró con un penalti que sin VAR no se hubiera pitado, digamoslo claro.
Visto por el trencilla en la televisión, Alex no desaprovechó y sigue incrementando sus increíbles números goleadores. Ahí sí, terminaba definitivamente el partido.
Una semana más el Cádiz mete la directa hacia la Primera División.