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Mirando de tú a tú al Barcelona

25 de septiembre de 2021

Ficha en la web:
Cádiz - Barcelona (2021-2022)

El Cádiz pudo ganar al Barcelona. Y por supuesto, solo faltaba, el Barcelona pudo ganar al Cádiz. Pero la noticia es que el hombre muerda al perro. En este caso, el pequeño murdió al grande. Necesitó de la expulsión de De Jong (el bueno) para compensar el desequilibrio de fuerzas, pero cuando las circunstancias le fueron favorables, los amarillos miraron de frente al club blaugrana, y solo su ineficacia ofensiva le privó de haber conseguido todavía más.

La primera parte fue estilo Cervera. Es decir, no se jugó a nada, con un Barcelona totalmente romo y sin apenas inquietar a Ledesma. Infumable para el espectador neutral, pero perfecto para el técnico cadista, que anulaba los primeros 45 minutos cumpliendo el plan a la perfección, con mucha munición en el banquillo (donde esperaban Salvi, Lozano, Perea o Alex), después de que los que fueran titulares se vaciaran en la presión y agobiando al cuadro de Ronald Koeman.

Cervera confimraba esta tesis cuando en el descanso daba entrada a Salvi por Alvaro Jiménez, y poco después, ingresaba a Choco Lozano y Perea. Y ahora sí, el Cádiz se lanzó arriba a buscar incluso la victoria sin complejos. Apenas salir del túnel de vestuarios, Negredo hizo lucirse a Ter Stegen. Este irse arriba conllevaba unos riesgos y es que había más espacio atrás. Eso provocó dos ocasiones de Memphis, en apenas dos minutos, que pudieron haber abierto la lata, pero primero el holandés erró de forma incomprensible cuando ya tenía el gol en bandeja, y a la siguiente, se encontraba con la manopla salvadora de Ledesma. En apenas cinco minutos, ya habíamos visto más fútbol y ocasiones que en toda la primera parte.

En estas estábamos cuando Frank De Jong veía dos amarillas casi seguidas, y era consecuentemente expulsado. Las inmensas diferencias entre ambos equipos se reducían, y el Cádiz, aprovechando las fallas de un Barcelona muy cansado y que se tenía que multiplicar, daba alas a los Salvi, Lozano y Pacha para que encontraran pasillos inmensos para armar sus contras. En cuanto se recuperaba el balón, gracias al excelente trabajo de Alarcón y sobre todo del danés Jonsson, que estaba inmenso, apareciendo en todas las partes del campo, se tocaba zafarrancho de combate. Hubo ocasiones, pero en los metros finales, salía a relucir la carencia de precisión de los cadistas, que no remataban todo lo bueno que habían hecho antes.

Salvi en múltiples ocasiones (ya fuera con el tiro, o con el pase al compañero que llegaba solo), Sobrino en un rechace sin portero, Perea...los delanteros locales no atinaban. Cuidado, porque el Barcelona también sufría el mismo mal, y no era capaz de aprovechar su calidad superior para generar ocasiones.

Como estaría siendo el partido que Busquets realizó una acción totalmente antideportiva, abortando un ataque de Salvi lanzando a su zona un segundo balón, y Koeman, presa de los nervios, fue expulsado. Y con todo, el equipo catalán tuvo el partido en sus botas, con una última ocasión de Memphis en el último segundo. Ese susto en el cuerpo templaba los corazones cadistas, que aplaudían a rabiar a su equipo (ya con el pitido final), y hacía ver el punto como bueno, aunque es cierto que también se pudieron haber ganado tres.

La lucha no se negoció, y se cumplió el plan. Así, además de tener más posibilidades de permanecer, la afición estará siempre con los suyos, diga lo que diga el electrónico.

Foto: cadizcf.com