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AQUÍ VIVE LA HISTORIA DEL CADIZ CF

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Golazo. Puntazo. Partidazo

29 de abril de 2022

Ficha en la web:
Sevilla - Cádiz (2021-2022)

Y así, todos los sustantivos que ustedes quieran poner. Porque el Cádiz lo bordó hoy otra vez, creyendo en la idea que tiene, sin complejos, para obtener el botín que buscaban, y que de hecho, fue corto. Los amarillos (que puñetera manía con lo de las calzonas y medias amarillas, y ese empeño en traicionar a nuestra historia todas las jornadas) solo tuvieron un fallo que pagaron muy caro, pero luego generaron peligro para voltear el marcador, anulando por completo a un rival con una potencia ofensiva infinita comparada con la nuestra.

Volvió a sorprender Sergio, como ya lo hiciera en Barcelona, con variaciones significativas en su once inicial, dando entrada a Fali en la zaga, a Jose Mari (como está el roteño otra vez) y Alex Fernández en la medular, y a Lucas Pérez arriba (en detrimento de Negredo). Quizás por esos cambios salieron los visitantes con una caraja importante, que les costó el tanto inicial de los hispalenses, a la salida de un córner (donde el Cádiz nunca puede mostrarse inferior), si bien es cierto que En-Nesiry remataba con cierta fortuna.

Parecía que se ceñían nubarrones sobre las cabezas de los más de 1000 cadistas en las gradas del Pizjuán, pero ahí se acabó toda la lluvia. Salió el sol por la Tacita...y ya no se pondría más.

Poco a poco los gaditanos fueron comiendo metros a su rival, encerrándolos en su defensa y consiguiendo ocasiones con las que avisar. Primero Jose Mari tuvo el empate en un empalme desde fuera del área, aunque la más clara de largo la tuvo Lucas Pérez, que cuando ya fusilaba la portería local, se encontró con una mano simplemente increíble de Bono, que cuajó la que será sin duda una de las mejores paradas de la temporada en la liga.

El Cádiz mostraba sus credenciales, todo lo contrario que su rival, que timorato atrás, apenas arriesgaba, lo que se tradujo en las primeras protestas de su afición. No merecía el equipo de Sergio la derrota, y volvió de los vestuarios con aires más renovados todavía, buscando con ahínco su empate sin mirar el rival ni el escenario. Todos los puntos valen, sin complejos.

Y lo encontró, vaya que si lo encontró. Hubo que poner, eso sí, el balón, en la mismísima escuadra. Pero hasta allí lo llevó Lucas Pérez, en el lanzamiento de una falta que obtuvo Sobrino, atento en la presión y aprovechando el doble fallo de Jordan, que primero le entregó el balón de cara y luego lo tuvo que parar trabándolo al suelo. El delantero gallego sacaba su magia a relucir y hacía otro gol que será vital en las cuentas en la jornada 38 (como todos ahora). Un chicharro tremendo de libre directo que hacía mucho que no veíamos.

El runrun que hasta ahora había sonado en la grada se tornó en pitos cuando los de Lopetegui empezaron otra vez a dar señales de vida, cuando hasta ese momento, habían sesteado de forma descarada. No les sirvió de mucho: el Cádiz no solo no se atrincheró atrás, sino que se planteó ir por el segundo, por una victoria que no era en absoluto descabellada. Sergio daba entrada a Negredo por Jonsson, oliendo la sangre del rival. Mirando de tú a tú a todo un Sevilla de Champions, que no tenemos nada que perder.

Aunque por lógica, los sevillanos impusieron su fuerte, aunque bien es cierto, sin hacer daño de verdad a Ledesma. En la recta final sí tocó apretar el trasero en la retaguardia y sacar balones, algo para lo que se emplearon a fondo los que ya estaban y los que salieron de refresco. Todo para conseguir ese punto que puede ser la vida.

Otro partido y resultado excelente en uno de los campos más difíciles de la liga. Solo cabe pensar que a poco que se hubiera sido algo más regular en casa, posiblemente este equipo estaría salvado ahora, como lo certificado el año pasado a estas alturas. Pero no queda otra que seguir remando con toda la fuerza que quede en esas piernas, en esos brazos, en esos pulmones en la grada.

Se puede, vaya que si se puede

Foto: cadizcf.com