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El Madrid...pidiendo la hora

11 de noviembre de 2022

Ficha en la web:
Real Madrid - Cádiz (2022-2023)

Volvió a dignificar el Cádiz su camiseta, en un escenario de los más complicados de toda Europa. Pero por desgracia, no le dio para sumar un punto al menos que, de haberlo conseguido, le hubiera sacado de los puestos de descenso antes del parón del Mundial. En cualquier caso, este partido volvió a dejarnos lo que llevamos viendo en los últimos duelos: como casi siempre, hay vergüenza torera (salvo el día del Rayo, casi nunca se ha perdido), lucha, pelea y actitud, acompañada de una evidente falta de calidad técnica arriba, que si no se soluciona, hará inútil todo lo que hagan los compañeros en el resto de líneas.

Planteó el Cádiz su partido y lo ejecutó según el plan trazado. Encomendarse a que Ledesma (que volvió a hacerlo) salvara ocasiones que otros recogen de las redes, tratar bien el balón en la medida de lo que dejara el rival, y esperar agazapados a que llegara la ocasión propicia para hacer daño arriba. La clave, no encajar, porque arriba, se llega poco, y se marca menos.

Sin embargo, fue el conjunto visitante el que primero tocó arrebato. El Pacha (otra vez inmenso, que buena noticia su vuelta a su forma habitual) recogió un rechace en la frontal y mandó un mísil que acarició el larguero por arriba. Tremenda exclamación de la grada cuando apenas se llevaban diez minutos.

A partir de ahí, el Madrid dominó por completo la primera parte, ensuciada por las habituales salidas de tono de Vinicius, que por fortuna, no pasaron a mayores. Tenía el conjunto blanco el balón todo el rato, pero es verdad que salvo alguna ocasión aislada, no lo hacía inflingiendo daño a su rival.

Todo apuntaba al empate inicial para el descanso, pero en una jugada que la zaga y el portero no terminan de despejar bien, Kroos le pone un balón mágico a Militao en la cabeza, que el central cabecea certero a puerta. No hay perdón de los merengues, que se marchan así con ventaja al vestuario.

Nada cambió tras la reanudación. Siguió el cuadro de Sergio González con su itinerario, convencido de que llegaría, antes o después, la ocasión para empatar. La tuvo Sobrino en sus pies en el minuto 52, pero una vez más, el 7 cadista, necesitó muchísimo tiempo para controlar, dando tiempo a Courtois a echársele encima y abortar la ocasión más clara de los cadistas.

Los visitantes tendrían su oportunidad y lo sabían, y así iban navegando el partido. Pero no se podían encajar más goles. Por desgracia, Kroos de nuevo salió al rescate para los blancos. Otra vez en segunda jugada tras rechace, el alemán, con su calidad de clase mundial, caza un balón aéreo y manda un derechazo inapelable que supone el 2-0. Ahora sí, se complica todo muchísimo.

Sergio dio entrada entonces (quizás demasiado tarde) a los suplentes, que subieron muchos enteros la calidad del equipo. Negredo, Lucas Pérez, Ocampo e incluso Bongonda, generaron mucho más peligro ante un rival que por cansancio o por exceso de confianza, se relajó. Con todo y con eso, pudo matar el partido gracias a su calidad técnica, pero las ocasiones de Vinicius y sobre todo Modric (incomprensible que fallara a puerta vacía a escasos dos metros de la línea de gol) se malograron, abriendo la puerta a la sorpresa cadista.

Y en los últimos diez minutos, casi se obra el milagro. Primero Lucas Pérez, tras dos rechaces (a disparos de Bongonda primero y Negredo después) recortó distancias, dando alas a los muchos cadistas desplazados pese a ser día laborable y muy tarde. Y ya en el descuento, los cadistas se llevaban todos las manos a la cabeza cuando vieron al Pacha (que sorprendió por enésima vez entrando desde segunda línea) cabecear alto un servicio de Negredo que le había dejado solo en el área. Ahí morían las esperanzas amarillas.

Sí, el Cádiz se mostró como un rival más que digno en el Bernabéu, pero no hay que ser muy listo para ver que la salvación dependerá de los quilates que el presidente fiche para la delantera. Las cuentas son clarísimas.

Foto: cadizcf.com