Antes de que otros jugadores japoneses como el pionero Kazuyoshi Miura, Tahamara, Nakata, Nakamura, Oso u Ogasawara comenzaran a llegar a Europa en los años 90, el Cádiz quiso adelantarse mucho antes, y realizar uno de los que hoy llamamos “fichajes mediáticos“, trayendo, en el verano de 1981, a un jugador del país del sol naciente. Pero todo quedó en meros fuegos de artificio, en un episodio más para la prensa rosa que la deportiva. Ahora puedes conocer todos los detalles.
Milosevic alecciona a Kinoshita |
Esta historia comienza el verano de 1981, con el épico ascenso en Elche todavía reverberando en el cadismo. Los amarillos se afanan en la preparación de la vuelta a Primera División, para intentar que esta vez la aventura durara más de nueve meses. El fútbol español se abre al mercado internacional, que deja de estar reservado únicamente para los grandes: países con menor nivel económico y futbolístico (especialmente al otro lado del Muro) ofrecen excelentes futbolistas ávidos de dar el salto a ligas más profesionales y con proyección europea.
El Cádiz, quizás con un poco con el complejo de equipo pequeño, y tras la tremenda reestructuración que sufrió el verano anterior, en la que tuvo que rescindir a la mayoría de sus futbolistas y completar la plantilla con muchos canteranos, no quiere quedarse atrás, y se embarca también en la búsqueda de talentos foráneos, que por decirlo de alguna manera, “lucen” más que el producto nacional.
Durante el verano se desata el culebrón Pivarnik-Gallis, una pareja de checos que terminaron finalmente firmando por el conjunto amarillo, después de un mes de julio de continuos dimes y diretes. Pero además de los centroeuropeos, el Cádiz pone sus ojos, de una forma totalmente fortuita, en un mercado mucho más exótico y totalmente virgen en el Viejo Continente, con el que esperaba conseguir una gran repercusión en los medios: Japón.
El protagonista es Masakasu Kinoshita, que por una feliz casualidad totalmente inesperada, terminó probando en un equipo de Europa. Su padre, empresario japonés, tenía relaciones comerciales con Diego Grimaldi, conocido empresario gaditano y aficionado cadista. En uno de sus encuentros de negocios, surgió el tema del fútbol, y tras las gestiones del industrial español, le fue ofrecida al nipón una oportunidad para convencer a los técnicos amarillos. Grimaldi (convencido de las posibilidades del joven japonés) pagó el vuelo, mientras que el club cadista pagaría su estancia en Cádiz hasta que se le diera una respuesta.
El 7 de julio la prensa gaditana anuncia que Kinoshita debe llegar a Madrid en vuelo desde Tokio, para estar a prueba en el Cádiz. La prensa gaditana toma referencias del jugador, al que describen en Tokio como "un excelente rematador de cabeza que puede jugar por ambas bandas", y que había marcado 18 goles en 23 partidos en la liga de Kanegawa, en el club “J” de Tokio, equipo patrocinado por un empresa privada, en un fútbol todavía no profesionalizado.
El jugador se presenta en el día acordado, acompañado por un colega de equipo (Masahiro Inoue), y es recibido en el aeropuerto de Jerez, además de por numerosa prensa, por Kiyohari Kobayashi, un japonés afincado en Barbate que hará las veces de intérprete. Se sigue muy de cerca todo lo que hace, ya que constituye toda una sensación. El asiático es la gran sensación en la presentación del equipo (un día después), y son muchos los medios nacionales que se acercan a Cádiz para contar su historia. Es toda una revolución en el Cádiz: después de una temporada ascenso con jugadores de Cádiz, hay un japonés, y se ficha a dos checos. De repente la escuadra gaditana habla idiomas.
Kinoshita, junto a Pivarnik y Gallis |
Su único partido con el Cádiz |
Enseguida se nota en los entrenamientos de doble sesión que Kino es futbolista amateur, y las pasa canutas. Cada jornada acababa totalmente exhausto, aunque no ceja en su empeño. En los entrenos se le aprecian algunas carencias técnicas, pero destaca sobre manera por su potente salto y su efectivo remate de cabeza.
Por un documento privado, el Cádiz tiene prioridad absoluta del fichaje hasta el día 2 de agosto, tiempo que debe ser suficiente para saber si reúne las condiciones necesarias. Con el paso de los días van surgiendo más y más dudas sobre su fichaje, ya que aparte de cabecear muy bien, parece que técnicamente "deja mucho que desear", según podemos leer en el Diario esos días. Una opción que toma fuerza es la ficharlo para cederlo a un club de Segunda.
Todo lo que hace se registra casi al minuto. El 17 de julio Milosevic prepara un partidillo en la playa, y todas las lupas están hacia él. Marca buenos goles de cabeza, es luchador en el área, pero le sigue faltando técnica. Milosevic comenta que "me gusta trabajar con él, porque es una experiencia nueva. Como todos los japoneses es muy disciplinado y entiende todo a la perfección (me refiero a lo que hay que hacer en el campo)”.
Una semana más tarde, el Cádiz juega un amistoso en Trebujena, pero el nipón no toma parte en él, por decisión de Milosevic. Si lo hacen en cambio los checos, que parece bastante obvio que serán finalmente los que ocupen las dos plazas de extranjero. No sabemos si fue por verse en el banquillo, por pensar que la decisión ya estaba tomada con los chechos, o porqué, pero lo cierto es que ese mismo día el joven asiático se descuelga con unas declaraciones más propias de un niño que de alguien que aspira a ser jugador profesional: “Quiero ir a Japón para ver a mi novia, la echo de menos. Estoy esperando a la decisión (sobre su fichaje) porque me gustaría ir con mi familia de viaje a América. Y además, tengo ganas de ver a Atsuko”.
Las conclusiones de Diario de Cádiz son demoledoras: “Así pues, parece que poco a poco el show del japonés se está acabando. Kino no tiene nada que hacer ante profesionales de la categoría internacional de Pivarnik y Gallis. La comparación es, además, pueril. El oriental cabecea bien, pero no está hecho para jugar en Primera División, por muy original que fuese tener al único japonés del fútbol español”.
Sin embargo, un día después, el sábado 25, en El Palmar ante el Atco. Sanluqueño, Kino disputa por fin su primer partido con el Cádiz en un terreno de juego, y no sólo destacó por su movilidad y lucha, sino que además marcó el único gol de los amarillos (1-1), de cabeza como no, tras rematar un centro de Chano. El juego del japonés ha gustado y a falta de unos pocos días para la decisión final sobre el oriental, parece que la balanza se ha equilibrado un poco.
Sin embargo al día siguiente protagoniza la "espantá". Sólo 24 horas después de su partido en Sanlúcar, decide, por su cuenta, no acudir a los entrenamientos, y sí a la sede social del club para explicar que tenía problemas familiares y que quería hacer uso de su billete de vuelta (que estaba abierta y que justo caducaba ese día). Un desenlace que no costaba imginar, tras las declaraciones hechas muy poco tiempo atrás.
La prensa apuntaba la posibilidad de que volviera en septiembre (tras, entre otras cosas, ver a su novia y realizar el añorado viaje por América con sus padres), ya que no había desagradado a los técnicos, para estudiar una posible cesión. Pero vamos, como era de esperar, no volvió a aparecer nunca más por Carranza.
CREACIÓN FICHA: 09/10/2008
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 09/10/2008
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