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AQUÍ VIVE LA HISTORIA DEL CADIZ CF

David Vidal

La década más importante de la historia de nuestro club no puede entenderse del todo sin tener en cuenta la figura de David Vidal. Tras una carrera discreta como futbolista, ingresó como técnico en los escalafones inferiores del club, siendo el gran responsable de la década más prolífica de la cantera cadista. Hasta catorce chavales llegó a catapultar al primer equipo, al que luego dirigió hasta en tres ocasiones, firmando dos permanencias en la máxima categoría. Por eso, y por su relación de amor-odio con Mágico, con anécdotas que han dado la vuelta al mundo, a pesar de que aún le queda mucha mecha en los banquillos de España, el homenaje por parte de 1910 no podía hacerse esperar más

 

Ayudando a Benito Joanet (83-84)

 

Ejerciendo su derecho de gaditano que nace donde le da la gana, David Vidal Tomé ve la luz el 2 de agosto de 1950 en Portosín (A Coruña). Como cualquier niño de su edad, jugaba interminables partidos de fútbol en la playa. Así pasó su infancia y pubertad, alternando la escuela con el balón y con la mar, donde parecía claro que estaba su futuro profesional, como ya lo habían hecho su padre y su hermano. Sin embargo, al joven David aquello no le iba mucho, como confiesa en esta entrevista en AS: “Me esperaba el mar y yo le tenía pánico. Mi padre me había llevado alguna vez en el barco y recuerdo aquellas olas gigantes. Y los seis meses pescando bacalao en Terranova a 40 bajo cero. Para huir de eso me presenté con un amigo a hacer una prueba con el Depor”. Por aquel entonces contaba 17 años, y toda su experiencia futbolística se limitaba a una liga amateur en la costa coruñesa, siempre como central. Se presentó en la capital coruñesa con un amigo, y allí les recibió nada menos que Arsenio Iglesias, que entonces se encargaba de la cantera deportivista, cargo que simultaneaba con el de segundo entrenador de la primera plantilla. O Zorro de Arteixo vio condiciones en Vidal, y éste pasó a formar parte del Fabril, filial blanquiazul.

 

  Con Mané y Milosevic (82-83) Jornadas Deportivas Cope
(foto: esecadizoe.com)
 

 

Allí pasó seis temporadas, sin duda su etapa más larga, tanto de jugador como luego de entrenador, sin cambiar de aires. Las cuatro primeras campañas se formó en el segundo equipo deportivista, el quinto estuvo cedido en el Lleida, y el sexto volvió a Riazor, para dar el salto al primer equipo. Tras esta única temporada, se produce el hecho que serviría de génesis para la leyenda de Vidal en el Cádiz. Gracias a Alfonso Guillén, también coruñés y directivo entonces del club cadista, vio jugar al central y lo propuso como jugador para el cuadro de Sabino Barinaga. A pesar de no destacar especialmente como jugador en una fantástica temporada amarilla, David puso los cimientos para convertirse en la figura dentro del club que llegaría a ser años después: se casó en nuestra capital, donde estableció su residencia, hecho que continúa así hasta hoy, y donde se propuso volver en cuanto le fuera posible.

 

  Su equipo en el filial (86-87) Entrenando al primer equipo (88-89)  

 

A partir de aquí, comienza un periplo inagotable de viajes y traslados, en los que Vidal luchó siempre por hacerse un hueco, anteponiendo siempre su ilusión y ganas de triunfar. Villarreal, Xerez, Melilla, Cartagena, Logroñés, Jerez Industrial y Ceuta fueron las camisetas que defendió a lo largo de su movida carrera como futbolista, a la que puso fin con 32 años, con el sabor amargo de no haber jugado nunca en Primera División.

Sin embargo, el gallego se resarciría con creces como entrenador. Colgadas las botas, Vidal regresa a Cádiz en el verano de 1982 para ingresar como técnico de los equipos juvenil y filial del club que ya entonces presidía Manuel Irigoyen. Fue una de las mejores decisiones que dicho dirigente pudo tomar, y es que Vidal tuvo así una visión completa de toda la cantera, a la que se dedicó en cuerpo y alma, lo suyo era vocación pura. Desde aquí pudo detectar el ingente talento que desprendían los que luego serían la columna vertebral del conjunto cadista en la década de los ochenta, la edad de oro del Cádiz CF. El propio protagonista lo explica de forma meridiana: “no hay que ir a buscar jugadores más allá de los mares, los tenemos aquí mismo. Hay que tener vocación, y hay que saber, comprender, conocer a la cantera y a los jóvenes jugadores, hay que darles oportunidades”. Esa fue su política durante los cuatro años en los que fue el máximo responsable de la cantera cadista, a la vez que hacía de segundo de los Milosevic, Joanet o Paquito entre otros.

 

  Con L. Buenaventura (88-89) Declaraciones post-partido (88-89)  

 

Su implicación entonces era ya absoluta, cuidando y mimando a sus futbolistas. Visitaba a los padres y familias de los futbolistas, se preocupaba por su bienestar, se aseguraba de que mantuvieran una vida ordenada, de que no dejaran los estudios…Por recordar una de las muchas anécdotas que pueblan aquella etapa, a Moisés Arteaga, que entonces jugaba con el nombre futbolístico de “García Arteaga”, le recomendó que pasara a llamarse únicamente “Arteaga”, que vendía más. Además, solicitó al presidente cadista, Irigoyen, que le pusiera un sueldo al joven zurdo (al que le auguraba un gran futuro), para que pudiera llevar una vida más holgada, pudiera comer mejor, y tener así todos los sentidos puestos únicamente en el balón: “Irigoyen me dijo que estaba loco, me lo dijo muchas veces, pero me hizo caso y ahí está el resultado: capitán del Español en Primera durante muchísimas temporadas”.

También en estos años, Vidal comenzó a dar forma a su fama de hombre carismático y de gran carácter. En el verano de 1987, tras haber dirigido de forma efímera al primer equipo en la liguilla de la muerte, Camilo Liz le comunicó que, ante la inminente llegada de Víctor Espárrago (que venía con su propio cuerpo técnico), pasaría a dedicarse en exclusiva al Cádiz B. Ni corto ni perezoso, el gallego ordenó dar baja a absolutamente todos los jugadores con los que contaba entonces el segundo conjunto amarillo, para colocar en el mismo a los que habían sido sus chicos en el juvenil: “los chicos del filial no tenían vocación, no valían para esto. La prueba es que ninguno llegó lejos. Sin embargo, los del juvenil, eran otra historia, di la cara por aquella gente, porque estaba claro que tenían un gran porvenir”. Muy poco se equivocaba. Por citar algunos nombres, aquel verano pasaron al filial amarillo hombres como Arteaga, Jose González, Quevedo, Cortijo, Calderón, Barla, Raúl Procopio, Poli,…, así hasta nada menos catorce jugadores que tras pasar por sus manos, todos ellos debutaron en Primera defendiendo el amarillo y azul, y la mayoría serían más tarde traspasados a equipos de mayor entidad. Vidal sabía lo que hacía.

 

  De vuelta a Carranza
con el Logroñés (90-91)
Dirigiendo al Rayo
con Paco Baena de segundo (94-95)
 

 

Como ya hemos citado, Vidal ya dirigió al primer equipo amarillo en el ocaso de la temporada 86-87, la que concluyó con la famosa liguilla de la muerte, con la que el coruñés consiguió salvar un descenso que parecía ya inevitable.

Tras el paréntesis que supuso la 87-88, en la que Espárrago consiguió la mejor clasificación del Cádiz en su historia, Vidal regresó a la primera plantilla en la temporada 88-89. Si bien fue el austriaco Helmut Senekowitsch el que comenzó en el banquillo de Carranza, el gallego le sustituyó ya en la octava jornada. Recibió al equipo como colista, para terminar firmando la permanencia sin pasar por el angustioso trámite de la promoción.  En la siguiente temporada pudo por fin estar desde el principio, planificando desde la pretemporada. Por desgracia, no pudo completar dicha campaña, al ser cesado tras disputarse la jornada 29, con el equipo en la posición 17.

En estas casi dos campañas completas, confirmó su fortísimo carácter y su filosofía de cantera (“para meter a un jugador de 17 años, hay que sacar a otro de 32, y para eso hay que tener carácter, por no decir otra cosa. Yo lo hice y gracias a eso llegaron muy lejos la mejor generación que ha dado la cantera cadista, pero la prensa nunca me lo reconoció, porque no soy de los que se callan”), pero sin duda, lo que quedará para la posteridad para el resto del planeta fútbol, fue su relación de amor-odio con ese genio que era Mágico González, convirtiéndose en el técnico que más y mejor lo conoció, dejando historias que han quedado ya para la memoria del colectivo futbolístico español. Eternas son ya las anécdotas en las que Vidal perseguía al genio salvadoreño por los locales de la noche gaditana. Vidal nos cuenta como fue aquella relación con el singular futbolista: “ha sido lo más recordado de mi paso por el Cádiz. Yo soy el que mejor lo ha conocido aquí en España. Ambos llegamos en el verano de 1982, y los dos nos fuimos del Cádiz casi a la misma vez. Yo era el máximo responsable y tenía que llevar la nave a buen puerto. Los jugadores deben cuidarse, e intenté hacérselo ver y llevarlo por el buen camino. El fútbol hay que disfrutarlo y trabajarlo, pero él había meses que no aparecía por los entrenamientos, pero aún así el público y la prensa me pedían que lo pusiera. Técnicamente era de lo mejor que he visto nunca, mejor que Maradona, pero un futbolista es mucho más: es físico, es táctica…y Mágico pasaba de todo eso. Si el entrenamiento era sin balón, no se dignaba ni a aparecer. No me hizo caso y se juntó con cabezas locas como él. Pudo serlo todo en el fútbol, jugar en uno de los grandes, pero eligió ese camino. Nunca podrá decir que yo al menos no le tendí la mano, pero él era de otra forma”.

 

  Trofeo en Granada (94-95) Su último equipo: Elche (06-07)  

 

Tras la inolvidable experiencia en Carranza, Vidal ha sido tan trotamundos en los banquillos, como lo fue sobre el césped. Logroñés (dos permanencias quedando en décimo lugar), Rayo Vallecano, Villarreal (permanencia en Segunda cuando los castellonenses estaban muy lejos de ser el imponente equipo que son hoy), Hércules (permanencia en Segunda), Compostela, Real Murcia (ascenso a Primera), Las Palmas, Lleida y finalmente Elche, de donde ha sido destituido en la temporada en la que redactamos estas líneas. Sin duda, quedan aún muchos nombres que añadir a esta lista, porque ya avisa que le queda cuerda para rato. Vaya donde vaya, el Cádiz estará siempre en deuda con él.

 

 

 

 

 

 

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CREACIÓN FICHA: 09/11/2008

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 09/11/2008

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