EQ. | TEMP. | EQUIPO | CAT | PJ | G |
64-65 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 23 | 10 | |
65-66 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 21 | 4 | |
66-67 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 27 | 9 | |
67-68 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 26 | 10 | |
68-69 | BARCELONA | 1ªDIV. | 12 | 3 | |
69-70 | GRANADA | 1ªDIV. | 14 | 0 | |
70-71 | GRANADA | 1ªDIV. | 0 | 0 | |
71-72 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 29 | 3 | |
72-73 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 30 | 3 | |
73-74 | LEVANTE | 2ªDIV. | 10 | 3 |
Las calles de su barrio, y el colegio de La Salle fueron testigos de sus primeras carreras con el balón. Desde muy joven Juanito muestra un gran interés por el deporte, y su padre lo inscribe en diversos equipos infantiles, tales como Pastora o Santo Domingo.
En el Pastora | En el colegio Mirandilla (Pedreño en esquina inferior derecha) |
Tras tres años en Cataluña, Juan regresa a nuestra ciudad, y nada más llegar, se enrola en las filas del CD Berchmans. Muy poco después, el Balón de Cádiz se interesa por su situación, y lo incorpora como jugador cuando éste cumple apenas 16 años, edad con la que comienza su andadura por Tercera División. A pesar de no tener un gran físico (lo que suponía un grave problema al enfrentarse a equipos de jugadores mucho más veteranos que él), Juanito destaca por una habilidad endiablada con el balón, y comienza a despuntar y a mostrar de lo que es capaz. En la posición de interior diestro, donde siempre había jugado, demuestra un desparpajo impropio de su edad, una velocidad tremenda y una conducción de balón magistral.
En el Balón (con Luis Agüero) |
Con Chacartegui y Lara |
Como ya se ha dicho, tras cuatro temporadas consecutivas en el club presidido entonces por Márquez Veiga, en las que Juanito Mariana no dejó de progresar e ir, poco a poco, incrementando su talento. Sin duda, la temporada que confirmó a Juanito Mariana como un jugador que debía llegar a Primera División fue la 66-67, en la que disputó casi todos los encuentros de liga, anotando nada menos que nueve goles (exactamente uno cada tres partidos). El nombre de este modesto y humilde gaditano, que ya es conocido como “El Niño de Oro”, empieza a sonar en los despachos de algunos de los equipos más potentes de España y del continente.
Juanito Mariana es, a estas alturas, conocido ya en toda España y su fichaje por un grande es sólo cuestión de horas, el Cádiz no puede retenerlo por más tiempo. Equipos como Atlético de Madrid, Valencia o Real Madrid se interesan por él, aunque finalmente es el FC Barcelona el que se lleva el gato al agua. El mítico jugador blaugrana, César, fue el ojeador que apostó por su fichaje, y entre él y la participación de Domingo Balmanya, gestaron el fichaje del gaditano por el conjunto catalán. Tres millones y medio de pesetas, y un partido amistoso (que se terminaría disputando dos años después) son el precio a pagar a un Cádiz que, para variar, tiene sus arcas vacías y recibe el traspaso como agua de mayo.
Ya en pretemporada Juanito despunta, queriendo demostrar que su fichaje era más que justificado, y que los que habían apostado por él no se habían equivocado. Su primer partido lo juega en el campo del Granollers, en el que jugó en el segundo tiempo, anotando uno de los tantos de su equipo, su primer gol con los azulgrana. Cuatro días después Mariana se presenta ante su público en el coliseo barcelonista, en la semifinal del Joan Gamper, en la que, tras ingresar al campo sustituyendo a Zaldua, ponía la puntilla al Werder Bremen con el 3-0. Unos días más tarde volvería a vestirse de corto, esta vez en otro bolo veraniego, en el campo del Sabadell.
Cuando comienza la liga, el preparador cuenta con él, como demuestra el hecho de que jugara el partido completo con el que los blaugrana iniciaban su andadura en la competición, frente a la Real Sociedad en el Camp Nou. Sellaba así Juanito el sueño de jugar por fin en la máxima categoría del fútbol español. Sólo cuatro días después Mariana veía cumplido otro sueño, al debutar en competición oficial, en la Recopa, frente al Lugano italiano.
Firmando autógrafos en el Barcelona |
En el Granada |
Tras varios partidos siendo titular, la leyenda negra de Juan empieza a gestarse, en forma de lesión. Su tobillo derecho le hizo apartarse de los terrenos de juego, y su progresión sufrió un frenazo en seco. Para cuando el gaditano regresa, otros compañeros han ocupado su lugar, y su papel queda relegado a la segunda fila.
El interior diestro firma un contrato con el club rojiblanco por dos temporadas. Allí conoce a Machicha, con el compartirá vestuario varias temporadas. Si bien su primera campaña en la ciudad de la Alhambra puede calificarse como “buena”, su final no pudo ser más trágico para el jugador. En un entrenamiento, disputó un balón que se iba por la banda, con tan mala fortuna que otro compañero que fue al choque, le empujó contra la valla. El gaditano se llevó la peor parte del choque, ya que debido a la postura en la caída, se fracturó el brazo por tres sitios distintos. Para colmo de males, la operación a la que fue sometido de forma inmediata, fue una verdadera chapuza, que vino casi más a agravar el problema que a solucionarlo.
Todo esto que contamos aquí en unas líneas fue un lento y penoso proceso de varios meses, en los que el jugador no perdió la fe, y continúo trabajando para volver al que era su hábitat natural, el verde del césped. “Siempre estaré en gratitud con el Barcelona, que me ayudó en todo y me permitió rehabilitarme con ellos, en especial al entonces entrenador, el inglés Vic Buckingham. Ellos me dieron confianza, aquello fue la vida para mí. Seguramente sin ellos no habría podido superarlo”.
La primera de ellas, la 71-72, es inmejorable en lo personal, pero pésima en lo deportivo. Hasta tres entrenadores pasaron por el banquillo de Carranza, y ninguno de ellos consiguió enderezar una nave que parecía que iba en picado, y que cada semana que pasaba amenazaba cada vez más con la Tercera División. Salvo un pequeño bache en febrero (coincidiendo con la llegada de Naya al banquillo, que al principio no confió en él, pero que tuvo que terminar rindiéndose a la evidencia), Mariana fue fundamental. Especialmente importantes fueron sus pocos pero valiosos goles en los tres últimos partidos de liga, y que posibilitaron llegar por los pelos a una promoción de infarto contra el Sestao, que concluiría felizmente con la permanencia de los amarillos en Segunda.
La experiencia en el club valenciano no fue como Juan esperaba. Su condición de equipo nuevo en la categoría pesó, y los blaugranas dieron con sus huesos nuevamente en Tercera. Juanito no tuvo ocasión de aportar mucho para evitar el descenso. Mucha culpa de esto la tuvo su brazo, que a pesar de las dos operaciones a que había sido sometido ya, seguía sin ser el de antes. Juanito no se veía bien, y tomó una decisión tan dolorosa como valiente: con tan sólo 28 años resolvió colgar las botas, y retirarse para siempre de la práctica del fútbol, para no poner más en riesgo su brazo, y poder recuperarlo como era debido.
Resuelta su etapa como jugador, Juan lo intentó como entrenador. Obtuvo el título de entrenador regional, y estuvo a punto de ser contratado por el Cádiz como segundo técnico. No le fue dada esa oportunidad, y a pesar de matar el gusanillo entrenando a otros equipos, como el San Fernando (al que ascendió en la temporada 88-89 a Tercera) o el Paterna, Juan prefirió reincorporarse al mercado laboral y a sus negocios, para asegurar así el bienestar de su familia, algo complicado en el fútbol no profesional.
Tenemos que agradecer especialmente a Álvaro García, hijo de Juanito Mariana, su ayuda para elaborar esta biografía
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CREACIÓN FICHA: 18/01/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 18/01/2009
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