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AQUÍ VIVE LA HISTORIA DEL CADIZ CF

Juanito Mariana

Jugador de gran talento, y gaditano hasta la médula, de los que sus vecinos vieron jugar desde pequeño, Juanito Mariana mereció mejor suerte en el fútbol. Su carrera prometía grandes éxitos cuando fichó por el Barcelona, pero una grave lesión en uno de sus brazos truncó su carrera y a pesar de que se recuperó y pudo volver a la práctica del fútbol, el daño sufrido fue demasiado. Así puede definirse la historia de uno de nuestros héroes locales que a veces queremos buscar fuera cuando los tenemos en casa
 

 

EQ. TEMP. EQUIPO CAT PJ G
64-65 CÁDIZ 2ªDIV.   23     10  
65-66 CÁDIZ 2ªDIV. 21 4
66-67 CÁDIZ 2ªDIV. 27 9
67-68 CÁDIZ 2ªDIV. 26 10
68-69 BARCELONA 1ªDIV. 12 3
69-70 GRANADA 1ªDIV. 14 0
70-71 GRANADA 1ªDIV. 0 0
71-72 CÁDIZ 2ªDIV. 29 3
72-73 CÁDIZ 2ªDIV. 30 3
73-74 LEVANTE 2ªDIV. 10 3
 

 

Juan García Torres nació en Cádiz el 10 de febrero de 1946. ¿Qué de donde viene lo de Juanito Mariana? Pues fue el mote que desde pequeño tuvo en su barrio, Santa María, por ser ese, Mariana, el nombre de su abuela, con el que todo el mundo identificó desde pequeño al menudo Juan García.

Las calles de su barrio, y el colegio de La Salle fueron testigos de sus primeras carreras con el balón. Desde muy joven Juanito muestra un gran interés por el deporte, y su padre lo inscribe en diversos equipos infantiles, tales como Pastora o Santo Domingo.

 

En el Pastora En el colegio Mirandilla
(Pedreño en esquina inferior derecha)

 

Con 12 años Juan es enviado por su padre a Barcelona, donde residen unos tíos suyos. En la Ciudad Condal, Juanito pasa tres años en los que, lejos de abandonar su pasión, continúa ejerciéndola, en la Peña Kubala, situada en el barrio de Collblanc. En aquellos años, era muy común que los diferentes barrios de la ciudad estuvieran representados en las pequeñas competiciones de juveniles, por nombres de las peñas más representativas de los mismos, en lugar de por el barrio en sí.

Tras tres años en Cataluña, Juan regresa a nuestra ciudad, y nada más llegar, se enrola en las filas del CD Berchmans. Muy poco después, el Balón de Cádiz se interesa por su situación, y lo incorpora como jugador cuando éste cumple apenas 16 años, edad con la que comienza su andadura por Tercera División. A pesar de no tener un gran físico (lo que suponía un grave problema al enfrentarse a equipos de jugadores mucho más veteranos que él), Juanito destaca por una habilidad endiablada con el balón, y comienza a despuntar y a mostrar de lo que es capaz. En la posición de interior diestro, donde siempre había jugado, demuestra un desparpajo impropio de su edad, una velocidad tremenda y una conducción de balón magistral.

Su papel en el equipo filial del Cádiz CF es brillante, así que el principal conjunto de la ciudad decide, sin mayor dilación, que Juanito Mariana dé el salto al primer equipo, en el verano de 1964, contando por tanto, 18 primaveras. La estancia de Juan en el cuadro amarillo se prolongaría por cuatro temporadas, en las que “hubo de todo, pasamos por muchos sinsabores, pero también hubo momentos muy buenos”.
En su primera temporada como profesional, tuvo que lidiar con una temporada complicadísima, en la que el Cádiz se libró por los pelos de no descender a Tercera División, (tras una dura promoción contra el Eibar), algo que seguramente habría ocurrido de no ser por sus diez tantos, una cifra simplemente escandalosa para alguien que está en la temporada de su debut. Uno de esos goles forzó el desempate de la promoción en el campo de Metropolitano de Madrid, y que a la postre posibilito a la escuadra gaditana mantener la categoría. Sin duda esta experiencia le sirvió para curtirse en posteriores campañas.

 

En el Balón
(con Luis Agüero)
Con Chacartegui y Lara

 

Como ya se ha dicho, tras cuatro temporadas consecutivas en el club presidido entonces por Márquez Veiga, en las que Juanito Mariana no dejó de progresar e ir, poco a poco, incrementando su talento. Sin duda, la temporada que confirmó a Juanito Mariana como un jugador que debía llegar a Primera División fue la 66-67, en la que disputó casi todos los encuentros de liga, anotando nada menos que nueve goles (exactamente uno cada tres partidos). El nombre de este modesto y humilde gaditano, que ya es conocido como “El Niño de Oro”, empieza a sonar en los despachos de algunos de los equipos más potentes de España y del continente.

Finalmente, en la temporada 67-68, Mariana se ratifica y deja de ser un posible, a ser toda una realidad. Anota diez tantos en esta ocasión, firmando un final de liga simplemente espectacular, que casi consigue meter al Cádiz en Primera División. La posición final del equipo fue quintos en la clasificación.

Juanito Mariana es, a estas alturas, conocido ya en toda España y su fichaje por un grande es sólo cuestión de horas, el Cádiz no puede retenerlo por más tiempo. Equipos como Atlético de Madrid, Valencia o Real Madrid se interesan por él, aunque finalmente es el FC Barcelona el que se lleva el gato al agua. El mítico jugador blaugrana, César, fue el ojeador que apostó por su fichaje, y entre él y la participación de Domingo Balmanya, gestaron el fichaje del gaditano por el conjunto catalán. Tres millones y medio de pesetas, y un partido amistoso (que se terminaría disputando dos años después) son el precio a pagar a un Cádiz que, para variar, tiene sus arcas vacías y recibe el traspaso como agua de mayo.

 

 

Ya en pretemporada Juanito despunta, queriendo demostrar que su fichaje era más que justificado, y que los que habían apostado por él no se habían equivocado. Su primer partido lo juega en el campo del Granollers, en el que jugó en el segundo tiempo, anotando uno de los tantos de su equipo, su primer gol con los azulgrana. Cuatro días después Mariana se presenta ante su público en el coliseo barcelonista, en la semifinal del Joan Gamper, en la que, tras ingresar al campo sustituyendo a Zaldua, ponía la puntilla al Werder Bremen con el 3-0. Unos días más tarde volvería a vestirse de corto, esta vez en otro bolo veraniego, en el campo del Sabadell.

Aunque como el propio Juan recuerda emocionado, “se puede considerar, y así lo hago yo, que mi debut con el FC Barcelona fue precisamente en Cádiz, en el Trofeo Carranza de aquel verano”. Juanito tuvo además la suerte de poder marcar en la que había sido su casa, pero esta vez vistiendo la camisola azulgrana, en la semifinal del Trofeo, en la que su equipo eliminó al Real Madrid. Juanito abrió el marcador en el minuto 24, ante los aplausos del respetable, que recordaba al que, hasta hacía muy poco, había sido uno de sus jugadores insignia. En la final, pese a repetir partido completo, no tuvo tanta suerte, y el cuadro entrenado por Salvador Artigas tiene que conformarse con el segundo puesto.

Cuando comienza la liga, el preparador cuenta con él, como demuestra el hecho de que jugara el partido completo con el que los blaugrana iniciaban su andadura en la competición, frente a la Real Sociedad en el Camp Nou. Sellaba así Juanito el sueño de jugar por fin en la máxima categoría del fútbol español. Sólo cuatro días después Mariana veía cumplido otro sueño, al debutar en competición oficial, en la Recopa, frente al Lugano italiano.

 

Firmando autógrafos
en el Barcelona
En el Granada

 

Durante el mes de noviembre Juanito cae lesionado, pero regresa cuál ave fénix poco después, para celebrar su primer gol en competición oficial con el FC Barcelona. Fue el 18 de diciembre de 1968, en un Barcelona – Córdoba que terminó con el abultado resultado de 4-0, siendo el segundo obra del gaditano.

Tras varios partidos siendo titular, la leyenda negra de Juan empieza a gestarse, en forma de lesión. Su tobillo derecho le hizo apartarse de los terrenos de juego, y su progresión sufrió un frenazo en seco. Para cuando el gaditano regresa, otros compañeros han ocupado su lugar, y su papel queda relegado a la segunda fila.

Concluida la campaña 68/69, el club barcelonista decide prescindir de la perla gaditana, que fue utilizado como moneda de cambio en la operación que llevaría, al también gaditano, Ramoní, al Camp Nou, que abandonaban Pedro Fernández y Mariana para recalar en el club origen de Ramoní, el Granada CF, que milita entonces en Primera División. El propio Juan nos explica cómo se gestó el fichaje: “Ramoní, que estaba en el Granada, les habló bien de mí, y como el Barcelona se interesó por él, al final llegaron a un acuerdo ambos clubes, y cada uno fue a donde estaba el otro. Ya nos conocíamos de Cádiz, y hoy casi se puede decir que somos como hermanos, hemos sido amigos toda la vida”.

 

 

El interior diestro firma un contrato con el club rojiblanco por dos temporadas. Allí conoce a Machicha, con el compartirá vestuario varias temporadas. Si bien su primera campaña en la ciudad de la Alhambra puede calificarse como “buena”, su final no pudo ser más trágico para el jugador. En un entrenamiento, disputó un balón que se iba por la banda, con tan mala fortuna que otro compañero que fue al choque, le empujó contra la valla. El gaditano se llevó la peor parte del choque, ya que debido a la postura en la caída, se fracturó el brazo por tres sitios distintos.  Para colmo de males, la operación a la que fue sometido de forma inmediata, fue una verdadera chapuza, que vino casi más a agravar el problema que a solucionarlo.

De hecho, Juan tuvo que volver a operarse, semanas después, en Barcelona, por el doctor Cabot, al que conocía tras su paso por el FC Barcelona, porque la amenaza iba más allá de truncar su carrera deportiva: el jugador sufría parálisis en el brazo. El doctor Cabot tuvo que intercambiarle tendones, en una intervención realmente complicada, tras la cual, esta vez sí, empezó a ver la luz al final del túnel.

Todo esto que contamos aquí en unas líneas fue un lento y penoso proceso de varios meses, en los que el jugador no perdió la fe, y continúo trabajando para volver al que era su hábitat natural, el verde del césped. “Siempre estaré en gratitud con el Barcelona, que me ayudó en todo y me permitió rehabilitarme con ellos, en especial al entonces entrenador, el inglés Vic Buckingham. Ellos me dieron confianza, aquello fue la vida para mí. Seguramente sin ellos no habría podido superarlo”.

 

 

Fue un trago difícil, pero para cuando por fin completó su proceso de recuperación, y quiso volver al fútbol en activo, su club, el Granada, le comunicó que no contaba con él. Por fortuna, en casa no se habían olvidado de lo que le habían visto hacer muy poco tiempo atrás, y Juan recibió una oferta para regresar al Cádiz, con quien firmó un contrato para las dos siguientes campañas. Dos campañas en las que Juanito volvería por sus fueros, y volvía a poner de pie al estadio Carranza, demostrando que pese a la gravedad de su lesión, todavía tenía mucho que decir sobre el campo.

La primera de ellas, la 71-72, es inmejorable en lo personal, pero pésima en lo deportivo. Hasta tres entrenadores pasaron por el banquillo de Carranza, y ninguno de ellos consiguió enderezar una nave que parecía que iba en picado, y que cada semana que pasaba amenazaba cada vez más con la Tercera División. Salvo un pequeño bache en febrero (coincidiendo con la llegada de Naya al banquillo, que al principio no confió en él, pero que tuvo que terminar rindiéndose a la evidencia), Mariana fue fundamental. Especialmente importantes fueron sus pocos pero valiosos goles en los tres últimos partidos de liga, y que posibilitaron llegar por los pelos a una promoción de infarto contra el Sestao, que concluiría felizmente con la permanencia de los amarillos en Segunda.

Un año después, en la 72-73, llega a Carranza nada menos que Domingo Balmanya. Alguien del gusto futbolístico de Balmanya no pasó por alto el talento de Juan, y esta vez sí, Mariana pudo disfrutar de nuevo de una gran campaña tanto a título personal como del equipo, que esta vez sí, firmó una actuación notable.
Concluida esta campaña, el contrato de Juan expira, e incomprensiblemente, pese a su rendimiento sobresalienta en los dos últimos años, el club decide no contar con él para el nuevo asalto al ascenso comandado por Balmanya, y ante la ausencia de oferta de renovación, Juanito busca acomodo más allá de Carranza. Terminó encontrándolo en el Levante, recién ascendido a Segunda.

 

 

La experiencia en el club valenciano no fue como Juan esperaba. Su condición de equipo nuevo en la categoría pesó, y los blaugranas dieron con sus huesos nuevamente en Tercera. Juanito no tuvo ocasión de aportar mucho para evitar el descenso. Mucha culpa de esto la tuvo su brazo, que a pesar de las dos operaciones a que había sido sometido ya, seguía sin ser el de antes. Juanito no se veía bien, y tomó una decisión tan dolorosa como valiente: con tan sólo 28 años resolvió colgar las botas, y retirarse para siempre de la práctica del fútbol, para no poner más en riesgo su brazo, y poder recuperarlo como era debido.

Esta lesión no sólo supuso el punto de inflexión en el rendimiento sobre el césped del fútbol de Juan, sino que se ha convertido en una pesadilla en su vida diaria. Varios años después de abandonar el césped, fue operado una tercera vez, nuevamente en Barcelona, para serle colocada otra prótesis.

Resuelta su etapa como jugador, Juan lo intentó como entrenador. Obtuvo el título de entrenador regional, y estuvo a punto de ser contratado por el Cádiz como segundo técnico. No le fue dada esa oportunidad, y a pesar de matar el gusanillo entrenando a otros equipos, como el San Fernando (al que ascendió en la temporada 88-89 a Tercera) o el Paterna, Juan prefirió reincorporarse al mercado laboral y a sus negocios, para asegurar así el bienestar de su familia, algo complicado en el fútbol no profesional.

Sin duda, un epílogo totalmente inmerecido para un jugador de su categoría, que de haber tenido mejor suerte, sin que nadie le hubiera regalado nada, únicamente estar en las condiciones físicas óptimas para el fútbol, habría llegado muy lejos, y sería recordado hoy de una forma muy distinta. Eso no debe empañar su carrera, que particularmente en el Cádiz CF fue brillante, y en la que por momentos, hizo vibrar de lo lindo a su público. Un jugador de una clase espectacular, de los más técnicos que ha dado nunca nuestra ciudad y cantera, y que merece un mejor recuerdo entre la hinchada amarilla.

 

 

Tenemos que agradecer especialmente a Álvaro García, hijo de Juanito Mariana, su ayuda para elaborar esta biografía

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Luís Fernando

17/12/2023
19:53
Yo jugué con Juanito cuando estábamos en la mirandilla durante 2cursos y el tenía, tiene, que sea por tiempo 2 años más así que cuando el marcho a Cataluña debía tener 14 años mínimo...... Era un fenómeno además de que siempre los mayores de 16 18 querían que jugase con ellos. El quería que yo jugase en su equipo de portero pero yo no lo veía..... Recuerdo que la pelota que usábamos en el recreo era de goma maciza... Y también tenía una afición por la bicicleta siempre que tenía dinero ... Y no recuerdo cuanto costaba.... Se iba a la calle san Rafael que había un local que alquilaba bicis por horas y se enganchaba alguna. En fin yo era el más niño que había en la clase llamada entonces Comercial que era la última y tenía 11 y allí estuve dos años.... Pero los había con 16 y 18. Era un chaval estupendo y en fin me hubiera gustado tener más roce y haberlo traído al Madrid que también estuvo detrás. Un abrazo de Luis Fernando Benito Rafael de la Cruz pongo mi nombre por si lo recuerda por especial.
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CREACIÓN FICHA: 18/01/2009

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 18/01/2009

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