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AQUÍ VIVE LA HISTORIA DEL CADIZ CF

Raúl López

Poco se puede decir que no se haya dicho ya de Raúl López para presentar esta biografía. Record-man absoluto en cuanto a partidos jugados con la camiseta cadista (la cifra final no podía ser más bonita, 400, entre Liga y Copa), su estilo de juego habrá podido gustar más o menos, pero ni una sola persona ha tenido nunca el coraje de sostener la mirada de Raúl y espetarle que no siente los colores, que no lo ha dado todo en cada partido, que, en definitiva, no le ha echado cojones. Que se haya hecho popular, entre la hinchada amarilla, la frase de "queremos once Raúl López" no es gratuito: tras el desfile de caraduras, desidiosos, vividores o simplemente, jugadores sin más (que no dejan recuerdo alguno) que Carranza ha visto en las dos últimas décadas, ver al jerezano rebañando balones en la banda y empujándolo hasta arriba con todo su ser ha sido una de las pocas alegrías que hemos tenido

 

 

 

EQ. TEMP. EQUIPO CAT P G M
escudo1

1995-1996

Melilla

2ªB

  21  

  1  

    

escudo2 1996-1997

Cádiz

2ªB

  15  

  0  

  1350  

escudo3 1997-1998

Cádiz

2ªB

  33  

  0  

  2861  

escudo4 1998-1999

Cádiz

2ªB

  32  

  1  

  2710  

escudo5 1999-2000

Cádiz

2ªB

  33  

  0  

  2926  

escudo6 2000-2001

Cádiz

2ªB

  38  

  1  

  3420  

escudo7 2001-2002

Cádiz

2ªB

  13  

  0  

  1170  

escudo8

2001-2002

Racing Ferrol

  20  

  0  

  1752  

escudo9

2002-2003

Racing Ferrol

  33  

  0  

  2857  

escudo10 2003-2004

Cádiz

  37  

  0  

  3280  

escudo11 2004-2005

Cádiz

  31  

  0  

  2554  

escudo12 2005-2006

Cádiz

  27  

  1  

  2379  

escudo13 2006-2007

Cádiz

  32  

  0  

  2880  

escudo14 2007-2008

Cádiz

  23  

  0  

  1934  

escudo15 2008-2009

Cádiz

2ªB

  29  

  1  

  2494  

escudo16 2009-2010

Cádiz

  16  

  0  

  1273  

escudo17 2010-2011

Cádiz

2ªB

  25  

  1  

  2206  

 

 


Nace el 17 de septiembre de 1976 en Jerez, y ese es ya el primer dato a resaltar. Desgraciadamente, en los últimos tiempos hemos asistido a una radicalización de la rivalidad entre vecinos, que hace que haya que pensarse bien lo de ser cadista en la ciudad del sherry. Raúl no ha tenido ningún problema en pregonar su cadismo dónde y cuándo ha hecho falta. Algo que era una obviedad, pues viéndolo en el campo, ya se veía que lo suyo no era exclusivamente desempeñar una profesión. Por desgracia, como él mismo nos confiesa "siempre hay algún tonto que no sabe poner cada cosa en su sitio, pero por lo general, no he tenido mayores problemas".

Toda su formación como futbolista transcurre en el Pueblo Nuevo (que por cierto, le rindió homenaje en el 25 aniversario de la entidad verde), uno de los clubes de cantera con más solera de Jerez (de ahí también salió Kiko), al que llega con ocho años. Casi desde el primer día eligió como su demarcación el lateral izquierdo, de la que ya no se movería nunca. Llega al Cádiz en 1994, en edad juvenil (17 años), avalado por Pepe Salado y Manolo Lapi, que adivinaron pronto que la garra y la energía que demostraba aquel rubio de pelo largo era un capital que había que cuidar y dar forma para aprovecharlo para el primer equipo.

 

En el Pueblo Nuevo (92-93)
Foto: cdpueblonuevo.es
En el Racing de Ferrol
Foto: fundacionracingferrol.net

 

Raúl cumplía así la promesa que se había hecho así mismo años atrás, concretamente, tres años antes, el 11 de mayo de 1991. Aquel día, Raúl y un amigo suyo, acompañados por el padre de éste, fueron al estadio Carranza, para presenciar el Cádiz-Barcelona. Quién les iba a decir que asistirían a uno de los mejores encuentros que habría de disputar el conjunto amarillo en toda su historia, en la locura colectiva que fue aquella goleada al campeón de liga. Desde ese día, la fiebre amarilla había inoculado a Raúl, que con toda su determinación, les dijo a sus amigos, mientras volvían a Jerez: "yo tengo que jugar ahí, en ese estadio, frente a esa afición". Años después, con la promesa hecha realidad, Raúl y su amigo sonríen recordando aquel día y como tanto su amigo como su padre lo habían tomado por loco.
 
Al cumplir 19 años, a comienzos de la temporada 95-96, es cedido a la UD Melilla. López tiene que cumplir con el servicio militar, pero la cesión le ayudará a no perder la temporada, algo que podría haber sido fatal para su carrera. Allí, pese a su juventud, disputa 21 partidos, y lo mejor, se recibe un informe muy positivo de su rendimiento. A su vuelta, la decisión está clara: será miembro de pleno derecho de la plantilla cadista, sin pasar por el filial, con el que no jugaría ni un solo minuto (caso un tanto extraño). Estamos en la temporada 96-97. En este hecho tiene un papel fundamental Ramón Blanco, que siguiendo su instinto para oler el talento entre los jóvenes, insiste a Juan Carlos Álvarez para que cuente con él. De la mano de éste debuta por fin con el primer equipo el 16 de noviembre de 1996, en Carranza frente al Gáldar, y saliendo directamente como titular.  
Sin embargo, el jerezano tendría que esperar un poco más para confirmarse dueño y señor de la banda izquierda. Tras su debut estuvo 13 jornadas sin jugar, hasta que le llegó el turno de saltar de nuevo a la palestra. Sería en la jornada 24, en la visita al Poli Ejido, desplazando del puesto a todo un peso pesado como era Mateos. De ahí a final de temporada, Ramón Blanco (entrenador amarillo tras la destitución de Álvarez) lo tiene claro, y cuenta con él en todos los partidos, perdiéndose sólo uno por sanción. Nacía así el que iba a ser lateral zurdo del Cádiz de forma inamovible durante muchos años.


Cádiz-Cacereño, año 98


 
En la temporada 97-98 Raúl deja de ser una posible promesa para convertirse en una realidad contra la que no se puede rechistar. Su fuerza y su energía no tienen rival, y se convierte en uno de los protagonistas principales, uno de los responsables de que, por fin, el Cádiz alcanzara la liguilla, que habría de ser de muerte ese año frente a los filiales de Madrid y Barcelona. El pero lo ponían las tarjetas. En su afán de recuperar la pelota y comerse al contrario, el cadista muchas veces no sabía medir sus fuerzas, y sus entradas rozaban a menudo el filo de la agresión, traspasando esa línea en más ocasiones de las que sería deseable. Su temperamento no conocía techo una vez que se había desatado.
 
Afortundamente, con el tiempo, el que era su talón de aquiles, canalizando su fuerza en recuperar el balón y subir por la banda, materia en la que se fue aplicando, demostrando temporada a temporada un trabajo y progresión encomiables. Estaba claro que la técnica no era ni iba a ser nunca su fuerte, pero en la medida de sus posibilidades, Raúl se esforzaba por mejorar, sabedor de que, para un lateral, no valía ya solo con recuperar el balón, había además que conducirlo y llevarlo a posiciones de peligro, y llegado el caso, saber centrar al área.


Raúl López y Duda, año 2000


 
Como todos los cadistas, pasó uno de los peores momentos de su carrera en la campaña 2000-2001 (ya eregido como uno de los capitanes de la plantilla), en la que, ni qué decir tiene, fue un pilar del equipo, no sólo sobre el terreno de juego para conseguir la segunda clasificación para liguilla de ascenso a Segunda, sino fuera de él, cuando llegaron los encierros, los impagos, el miedo a la desaparición. Por desgracia, a pesar de que finalmente el club pudo sobrevivir, el daño ya estaba hecho: la nueva decepción por el ascenso frustrado dejaron un poso de impotencia en el jerezano, que no se quería ver toda la vida en la categoría de bronce.  
 
Comenzó la nueva campaña, pero en el mercado invernal de la 2001-2002 saltaba la noticia que pocos en Carranza querían oír: Raúl López dejaba el Cádiz, para fichar por el Racing de Ferrol, donde además de jugar en superior categoría, esperaba encontrar la tranquilidad, estabilidad y progresión que la entidad amarilla no podía darle. Rompiendo su política de fichajes a coste cero, la entidad gallega desembolsó diez millones de pesetas por los derechos del jugador.
A pesar de cruzarse todo el país a una región y equipo totalmente desconocidos para él, no hubo discusión posible. Estaba en plena forma y no había quién le discutiera el puesto. Jugó casi todos los partidos de esa temporada y la siguiente (los pocos que se perdió, nuevamente, por sanciones, una fue de nada menos que tres partidos). Ese fue lo máximo que pudo aguantar Raúl fuera de su casa. Si bien el jerezano recuerda con cariño que "en Ferrol me trataron de maravilla desde el primer día, y me alegro mucho de haber ido, me permitió tener otra experiencia, conocer otro sitio, otra región, otro equipo", lo cierto es que echaba de menos Cádiz, su clima, y sobre todo, el calor de su afición en Carranza. Con el Cádiz por fin de nuevo en la categoría de plata, el arreglo fue simple y rápido: los amarillos recuperaban a su capitán, cuya ayuda se antojaba imprescindible para intentar la permanencia, y el jugador regresaba con los suyos.


Gol en campo Jerez CF, año 2001

 
Dicho y hecho. Como si no hubiera pasado nada, sin despeinarse, López retornó a la Tacita y convenció a Jose González como había convencido a todos sus entrenadores antes. El lateral zurdo era totalmente suyo. Casi 3300 minutos, que demostraban que el jerezano estaba en plenitud de facultades y que explican cómo el cuadro amarillo, no sólo no descendió sino que no pasó apenas apuros en su vuelta al fútbol profesional.
 
Y así, nos plantamos en la mágica campaña 2004-2005. Nuevo entrenador, mismo lateral. Raúl continuaba devorando competidores por el puesto como si nada, y el uruguayo Espárrago no tuvo más remedio que reconocer la evidencia. Junto con Varela, formó una de las mejores parejas de laterales que ha disfrutado el Cádiz en su centenaria historia. No hace falta recordar a nadie lo que pasó aquel año, en el que se consiguió un ascenso histórico a Primera, que hacía muy poco parecía una quimera totalmente imposible. Raúl López, que había llegado a la Plaza de Madrid diez años antes, jugado en campos totalmente indignos, que había visto al club moribundo, se tenía que frotar los ojos para asegurarse que no vivía un sueño, aunque realmente sí lo era. Tantos años después el Cádiz jugaría en Primera, y él estaría allí para defender la camiseta de su equipo en la máxima categoría. Ni en sus mayores fantasías de adolescente lo habría podido pensar mejor.


Santiago Bernabeu, cubriendo a Beckham


 
Por desgracia, aquello habría de durar un solo año, pero fue un año que nadie le quitará ya al jerezano. Jugar en el Bernabéu, el Camp Nou, Mestalla, San Mamés...todo el esfuerzo, sacrificio y sin sabores anterires, habían valido la pena sólo por defender el escudo cadista en semejantes escenarios. Eliminar al Sevilla en Copa tampoco fue lo que se dice algo que se olvide de un día para otro. Todo ello con la guinda de marcar un gol en la liga de las estrellas, en la jornada 21 para empatar en casa frente al Racing de Santander. No muchos defensas pueden presumir de haber marcado en Primera. Le queda la espina de haberse perdido varios partidos por una inoportuna lesión en el tendón de Aquiles.
 


Celebración tras marcar al Racing


De vuelta a Segunda División, y otra vez con Jose González (tras el breve paso de Oli por el banquillo amarillo) Raúl López continuó siendo pieza fundamental del equipo, aunque en esta ocasión el papel del conjunto se quedó lejos de lo esperado. En cualquier caso, fue infinitamente mejor que lo que habría que llegar un año después, la fatídica temporada 2007-2008. Las cosas ya fueron mal desde el principio: el jerezano tardó mucho en poder entrar en el equipo, debido a una lesión de rodilla que arrastraba del fina de la temporada anterior. García Remón no tuvo tiempo de contar con él, y Antonio Calderón tuvo que esperar lo suyo para poder tenerlo a su disposición. Por desgracia, el equipo no encontraba rumbo ninguno, y el jerezano tuvo que sufrir en sus carnes el descenso más triste, el más indigno, en Alicante, con aquel penalti de Paz que no quiso entrar. Ni él ni nadie daba crédito.  
 
Desde luego, Raúl López fue de los pocos que se salvó de los insultos y la rabia de una afición que hasta hacía muy poco había estado a los pies de sus jugadores y directiva. Y es que como hemos dicho antes, este descenso tuvo múltiples causas, pero entre ellas no estuvo en ningún momento la falta de actitud de Raúl, que hizo todo lo que pudo y más para evitar una debacle contra la que nada parecía funcionar, contra la que nada podía hacerse.




 
Tocaba volver al barro de la Segunda B, pero él no iba a abandonar el barco en un momento tan crítico. Pese a que las lesiones empezaban a aflorar por primera vez en su carrera, Javi Gracia se sumó a la lista de entrenadores que tuvieron claro que no se podían permitir el lujo de no contar con la potencia y decisión del lateral, y otra vez, fue uno de los que llevó al equipo en volandas de regreso a la Segunda División.
 
La alegría duró muy poco. El equipo que se confeccionó no reunía las cualidades necesarias para lograr la permanencia. Y por primera vez en su carrera, el zurdo era desplazado fuera del césped, sin mediar lesión o sanción. La imagen del jerezano en el banquillo, desplazado por Cifuentes, a quién prefería el técnico navarro, era impactante. Raúl López asistía así impotente al desastre general que era el equipo aquel año, especialment en defensa. Regresó Espárrago a Carranza, y el uruguayo volvió a tirar de él, pero el Cádiz había dado demasiada ventaja a sus rivales, y dio con sus huesos otra vez en Segunda B, para desesperación de todos, él también, como un aficionado más.




 
Nuevamente Raúl López dio un paso al frente y fue de los pocos que continuó, decidido a remangarse otra vez y dejar al Cádiz de una vez por todas en la categoría que merece. Aunque las lesiones también le visitaron más de lo que le habría gustado, el capitán no deseseraba y esperó hasta que otra vez Jose González lo tuvo a su disposición. Sin embargo este año habría de ser muy diferente al campeonato de dos años antes. Por momentos el equipo se deshacía, especialmente en defensa, por más que el jerezano se matara a correr para cubrir los huecos que dejaban sus compañeros.
En la segunda vuelta el jerezano volvía por sus fueros. Recuperado totalmente de sus dolencias, jugó todos los partidos de la segunda vuelta, salvo el último en Melilla, cuando la clasificación estaba ya asegurada. Cuánto habría de acordarse poco después de este encuentro para el que él mismo se ofreció a quedarse fuera.




 
Después habría llegar la promoción frente al Mirandés y la todavía hoy inexplicable eliminación en Anduva. Como siempre, Raúl López fue de los pocos que se libró de la vergüenza que hizo pasar el Cádiz a los suyos, y que terminaba así con las posibilidades de abandonar el pozo al que nunca debió caer. Por desgracia para él, lo peor estaba aún por venir, y aquel debía terminar convirtiéndose en el epitafio de su carrera. Jamás un jugador que había dado tanto terminaba sus días en activo con un partido tan lamentable y miserable por parte de los suyos.
 
Y es que al poco de acabar la temporada, el jerezano, que había disputado 25 partidos de liga, se entera de que en su contrato dice que, para renovar automáticamente, habría de jugar "más de" esa cantidad. Un solo encuentro le ha faltado, que podría haber disputado en Melilla. El miedo empezó a apoderarse de él, y sus peores sospechan se confirman el día que aterriza Quique Pina en el club, que aunque con buenas palabras, despacha al jugador con más partidos de la historia del Cádiz. El lateral no da crédito y hace lo imposible por reunirse con los nuevos gestores del club, pidiendo una última oportunidad, apelando a su cadismo, a su entrega a esa camiseta durante tantos años, a su escasa ficha como profesional. No hay nada que hacer, la puerta está cerrada para él.


Su último partido, en Anduva


 
Se especula unos días en que ficharía por la Balona o algún otro equipo de la provincia, pero enseguida el jugador sale a la palestra: "me retiro, no puedo vestir otra camiseta que no sea la de Cádiz". Ahí queda eso, para los que se empeñan en alargar sus carreras, para los que no dudan en firmar contratos sabiendo que no están en condiciones, pueden tomar nota de él. Un hombre que se viste por los pies, y que a pesar de cómo se le trató en sus últimos días, no podía traicionar a su escudo. Chapó para Raúl López, al que aplaudimos desde aquí a rabiar por sus años de servicio, por su ímpetu defendiendo el amarillo, por su saber estar en un momento tan duro.
 
A los pocos días, el consejo de la entidad le otorgaba la insignia de oro y brillantes del club (máxima distinción prevista por el reglamento interno de la entidad).

Ahora le toca a Pina responder y organizar el partido homenaje que el jerezano merece, para despedirse como es debido de la que ha sido su afición durante casi dos décadas, y borrar ese mal recuerdo de Miranda, a la par que se le ofrece algún puesto en el organigrama técnico del club. Alguien que vive y siente el cadismo como él seguro que puede aportar mucho.

 

 

DATOS Y CURIOSIDADES
 
- Suma en total 400 partidos jugados con el Cádiz: 385 en Liga más otros quince en Copa. Aunque para obtener esa cifra tan redonda se está contando un encuentro que no figura en la RFEF:  fue en la temporada 2000-2001, frente al Polideportivo Almería, que no figura al retirarse dicho equipo de la competición y borrarse todos sus resultados

- Es el único jugador en la historia del Cádiz que ha militado 14 campañas en el conjunto amarillo

- Su primer gol en el Cádiz se lo marcó precisamente al Xerez ( Ficha del partido )

- En tanto tiempo, Raúl ha visto pasar infinidad de compañeros y entrenadores. Le pedimos que elija a uno del que tenga especial recuerdo, de entre todos. Para el jugador lo tiene claro: "con quien me he llevado siempre mejor ha sido con Velázquez", pero para el entrenador, le cuesta mucho decidirse: "es que todos los entrenadores que he tenido me han aportado mucho y me han valorado". Lo dicho, un señor con mayúsculas.

- Ha hecho sus pinitos en la política, afiliándose el partido Mayoría Democrática, de reciente creación.

 

 

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COMENTARIO

dani

22/11/2011
14:21
Siempre seras recordado en Cadiz porque eres historia. Tu prudencia al no referir nunca las "pu.aditas" que te han hecho dicen mucho de ti. Por eso para mi, eres y seras siempre D. Raul el Gran Capitan.
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en los años 80
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CREACIÓN FICHA: 31/07/2011

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 01/08/2011

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