El partido entre la Real Balompédica Linense y el Cádiz C.F. se marcaba en el calendario como imprescindible por varios motivos: es el desplazamiento más corto desde Cádiz en toda la temporada, es el único derbi provincial al que podremos asistir en esta campaña, el viaje tiene varios atractivos turísticos y la aficiones siempre han estado muy hermanadas.

El inicio liguero de los “amarillos” había sido bastante titubeante con tres empates seguidos (Jaén, Ceuta y Villanueva) y una única victoria ante el Betis B, mientras que los “blanquinegros” habían vencido en sus cuatro partidos, por lo que estas trayectorias no invitaban al optimismo.

 

Así que salimos de El Puerto de Santa María una pequeña expedición formada por mi persona y Pedro Simeón (que debutaba en esto de los desplazamientos con el Cádiz) para luego encontrarnos en La Línea de la Concepción con más aficionados. El día amanecía claro y despejado con bastante calor y con apenas levante lo que invitaba a hacer una primera visita a la ciudad de Tarifa, donde desayunamos por el centro y visitamos alguna de sus playas y el casco antiguo. Uno de los mayores errores que comete la gente es creer que Tarifa no ofrece atractivos turísticos para el que no sea “surfero”, “hippie” o “perroflauta”. Una opinión que pienso no se corresponde con la realidad y es que esta ciudad ofrece múltiples posibilidades para pasarlo bien.
Estábamos paseando por la ciudad más al sur de la península, cuando pensamos en la figura de Guzmán “El Bueno” que en el famoso cerco de Tarifa tuvo que sacrificar a su hijo antes que dar la villa a los árabes. Aplicando la historia y tomando este paralelismo, así debería comportarse el Cádiz esta temporada y darlo todo antes que entregar la derrota.

Salimos de la villa más meridional de Europa para llegar a la colonia británica de Gibraltar. Y es que en estos viajes la visita a “La Roca” es imprescindible. No hacía demasiado tiempo que había estado en “el peñón”, ya que este verano asistí a festival Rock the rocks, dónde actuaban Alan Parsons Project y Simple Minds, entre otros. Pues una vez pasamos la frontera (que en el Campo de Gibraltar llaman verja) y antes de llegar a Main Street, asistimos al despegue de un avión de British Airways justo delante de nosotros y es que la pista del aeropuerto se sitúa cruzando la calle de entrada, por lo que cada vez que despega o aterriza alguna aeronave se tiene que parar la circulación de automóviles y peatones hasta que pase el peligro.

 

Ya en Main Street aproveché para comprar unas botellas de ginebra “Premium” y Vodka “de marca” (no diré cuáles) pensando en los deliciosos cocktails preparados con tan espirituosas bebidas. Y es que realizar un curso de cocktelería tiene estas “cosas”, uno no puede parar de hacer combinados para mejorarlos o darlos su toque personal.
Con esta compra de Gibraltar se han preparado hasta ahora unos estupendos Gimlet, unos poderosos White Russian o unos reconstituyentes Bloody Mary.
Una vez realizadas las compras y visitada “la Roca”, fuimos a comer a La Línea, donde degustamos la magnífica pata asada y otros platos en algunos lugares de la calle Real y donde se nos informó que había un hermanamiento de aficiones en los alrededores del estadio, así que hacia allá marchamos. El hermanamiento era en la sede de la Balona, que se sitúa dentro del Campo Municipal de La Línea y el ambiente era inenarrable. Hordas de aficionados con las camisetas de sus respectivos conjuntos charlando amigablemente sobre fútbol y comiendo y bebiendo tranquilamente.
Nosotros nos hicimos fuertes en la barra interior y pedimos unas tapas y unas cervezas, pero, ¡ay, amigos!, los camareros estaban bastante estresados y sólo nos dieron de beber, las cervezas salían sin parar terminando en nuestros secos gaznates, sin que nada sólido los acompañara. Tras unas seis rondas y al ir a pagar, el camarero, con un bochorno manifiesto al no traer nada de las tapas pedidas, decidió con un gesto “torero” con la mano no cobrarnos nada. Magistral. Así que decidimos ir a un chiringuito en la playa a rematar la frugal comida con unos gin tonics. ¡Qué bien se está en la playa cuándo se acaba el verano!

Al no estar Chele o Bixo, llegamos con una antelación inadmisible para estos dos señores (cerca de media hora antes del inicio) y comprobamos la marea amarilla allí congregada, estábamos nada menos que unas ¡1500 personas! A parte de nuestra peña pudimos comprobar que también asistían nuestros amigos de “Los cuatro gatos”. Del partido tenemos que comentar que la afición de la Balona no paró un instante de cantar y animar a su equipo y “el buen rollo” reinó durante el encuentro. La red en el centro del campo que tejió Jose González surtió el efecto deseado y los linenses no llegaban a los dominios de Aulestia con claridad. La expulsión de Óscar Pérez y un jugador rival mediada la primera parte podría trastocar el planteamiento, pero un excepcional Toti se adueñó del centro del campo durante los sesenta minutos restantes. Al descanso se llegaba con el 0 a 0 inicial, pero con buenas sensaciones.

 

La segunda mitad comenzó con el mismo guión. Un Cádiz que generaba peligro y una Balona que se estrellaba con unos “amarillos” muy bien posicionados. En estas que un balón de Aulestia llega a Akinsola en una esquina del medio campo y tras driblar a su marcador se planta en velocidad en el área, vuelve a regatear a otro defensor y bate al guardameta por debajo de las piernas. 0-1. Delirio. Semejante golazo, despierta a todos que confirmamos que podemos asistir a la primera victoria a domicilio de la temporada. El Cádiz se replegó algo a raíz del gol, pero gracias al extraordinario trabajo de Goicoetxea y Baquero, los locales no creaban peligro.

En las postrimerías del encuentro, una jugada de Juanse finalizaba con el 0 a 2 de José Miguel Caballero que certificaba el triunfo en este difícil campo, si bien es verdad que antes se pudo haber sentenciado, sobre todo con una jugada de Toti.

Con el 0-2, los tres puntos “en la saca” y el buen día pasado regresamos a El Puerto haciendo cábalas sobre posibles desplazamientos. Pero esa es otra historia.

 

 

Jose Luis