20-ENERO-2007
Coincidiendo exactamente con el primer aniversario de la inauguración de este premio, Carmelo recibió el galardón en un día en el que todo salió redondo

Parece mentira, pero ya ha pasado un año. 365 días (que gran coincidencia que al Cádiz le tocara visitar al filial madridista el mismo sábado que el año pasado le tocara con el primer equipo) desde que inauguramos oficialmente nuestra peña, y nuestro premio anual: Personaje Histórico del Cadismo. Un premio que este año recae, con todo merecimiento, en la persona de Carmelo, el Beckenbauer de la Bahía. Las gestiones y trabajo previos han sido arduos y duros, pero cuando nos vemos compartiendo nuestro local con una figura tan importante de nuestra historia, rodeados de nuestros amigos, nuestros esfuerzos se ven recompensados con creces. Hasta última hora intentamos que Pepe Mejías, receptor de nuestro premio la pasada temporada, hiciera de padrino de ceremonias, y pasara el testigo a Carmelo. Pero pese a la enorme predisposición de Pepe, motivos laborales lo impidieron. No obstante, ¡te esperamos el año que viene!

Poco a poco nuestro local, el Segunda Base, se va llenando como un hervidero, ultimando los preparativos mientras poco a poco empiezan a llegar amigos y conocidos, aficionados que no quieren dejar pasar la oportunidad de charlar un rato con el Beckenbauer y medios de comunicación que se interesan por nuestro acto. A todos ellos agradecemos su presencia.




Y por supuesto agradecemos también a Antonio Muñoz y Enrique Huguet, presidente y consejero, máximos responsables de la expedición cadista en esta ocasión, que apretaran al máximo sus agendas para visitarnos, aunque fuera de forma relámpago. Sus homólogos del Castilla esperaban para el tradicional almuerzo entre directivas, pero un abrazo a Carmelo bien valía el retraso. La foto merece sacar el premio (como el año pasado, una lámina enmarcada del Carranza con una placa conmemorativa), pero le pedimos a Carmelo que no la mire mucho para no estropear la sorpresa.

Pasado los minutos de rigor para dar margen a todos a llegar, se produce el momento estelar del día: la entrega del galardón a Carmelo. Pasamos a exponer los motivos que nos han llevado a reparar en su figura para este reconocimiento. Carmelo será ya, por los tiempos de los tiempos, una bandera de la época más dorada de nuestro equipo, un estandarte de aquel Cádiz inverosímil que forjó lo que somos hoy, y que levantó simpatías por toda España. Junto a Mágico y Pepe Mejías, su nombre figurará siempre en la memoria colectiva de aficionados, cadistas o no, de un equipo y un modo de vivir el fútbol irrepetibles y únicos, y a los que Carmelo se dedicó con toda devoción pese a haber nacido allende nuestra Bahía, haciendo una vez más válido aquello de que "el gaditano nace donde le da la gana".




Carmelo parece casi más contento y emocionado que nosotros (si es que eso es posible) para de forma breve aunque muy sentida, agradecernos que nos acordemos de él después de tanto tiempo desde que colgó las botas, y que para él ha sido un placer acudir al llamamiento, aunque reconoce, con mucha guasa, que le habría gustado más venir "para jugar, aunque el míster ya no cuenta mucho conmigo".
Lo cierto es que su predisposición para acudir, pese a tener que recorrer para ello una buena distancia, fue la mejor de todas, y somos nosotros los que más tenemos que agradecerles a él.




Finalizado el acto principal del día, el ambiente vuelve a ser totalmente distendido, y poco a poco vamos calentando motores, picando un poco allí, hablando ahora un rato con los de allá, mientras el reloj poco a poco nos va trayendo la hora de marcharnos a la cercana Ciudad Deportiva del Real Madrid (estadio Alfredo Di Stéfano), para presenciar el encuentro entre el Castilla y nuestro Cádiz, partido que ha servido de excusa para traernos a todos aquí hoy.

El día, al que ya nada podría quitarle el calificativo de indolvidable, recibe su guinda con el resultado de Valdebebas: victoria por 0-1 frente a los pupilos de Míchel, y el Cádiz duerme ese sábado a tiro de piedra de los puestos de ascenso, justo cuando concluye la primera vuelta. Quien nos lo hubiera dicho dos meses antes, pero lo cierto es que ahí estamos de nuevo. Pero eso es ya una historia que contaremos en otra parte (pinchando aquí puedes ver la crónica de cómo vivimos ese partido).

Finalmente Carmelo nos deja para regresar a su casa con los suyos en El Puerto, no sin antes agradecernos mutuamente el excelente día que hemos podido compartir, y citándonos para un nuevo encuentro en la tercera edición de nuestro premio. Que así sea.