Eran finales de septiembre cuando me entró un mensaje personal en mi cuenta de Twitter. Al contrario de lo que pasa con la cuenta de la peña, esto no me suele ocurrir muy a menudo. Entro a mirarlo, es de la peña cadista 4 gatos. Me piden mi teléfono, necesitan hablar conmigo. mmmm...hemos coincidido muchas veces con ellos en varios desplazamientos (Huelva, Huesca, cuando nosotros hemos ido a Cádiz...), pero no atisbo ahora ningún viaje a la vista que pueda detonar esta solicitud. En todo caso, se lo facilito, por supuesto.

Apenas he pulsado el botón de enviar...¡ring! ¿Manolo Gómez? Sí, soy yo....
A los pocos minutos cuelgo, con una sonrisa muy boba en la cara. Los compañeros de 4gatos han decidido, tras votación, que cadistas1910.com es merecedora del galardón al premio Gato con Botas: mejor medio de comunicación cadista del año 2014. Toma moreno.
Me emplazan a recogerlo en persona (o a alguien en representación de la peña, un mes después, el 31 de octubre).

Me tomo unos momentos para saborear la sensación. Dentro de nuestra humilidad, mi papel había sido siempre estar al otro lado. Los años que hemos podido, coincidiendo con las visitas (ya muy espaciadas en el tiempo, si es que ocurren, por la inmersión sin retorno de nuestro submarino en las fosas abisales de nuestro fútbol) del amarillo a Madrid, intentábamos tener una mención a aquellos que habían tenido su página, o su párrafo, o su frase, dentro de nuestro libro de historia (y así pudimos hacer de anfitriones a nombres de la categoría de Pepe Mejías, Carmelo, Milosevic hijo o Paco Baena). Era siempre un orgullo y un regocijo darle reconocimiento a aquellos para los que tú estabas totalmente convencido de que eran acreedores.

Pero esta vez era distinto. Esta vez, otros habían considerado que tú, que tu trabajo, que tu dedicación, merecían el aplauso de otros. Aunque hemos recibido muchos mensajes de ánimo por todos los medios digitales posibles, agradeciendo el trabajo y cariño que hemos puesto al construir nuestra base de datos cadista, nunca pensé que la cosa fuera a ir a más. Hasta ese momento.

El acto tendría lugar un viernes, a casi 700 kilómetros de mi casa, pero esos obstáculos eran apenas pequeños badenes para mí, que no se iban a interponer entre los amigos de 4gatos y nosotros. Día libre en el trabajo, coche, carretera y manta, como se suele decir. Tras los días necesarios para gestionarlo todo, allá que nos vamos los cuatro ("toda la familia", cómo les gusta decir a mis hijos, que por supuesto vienen también). Lamentablemente, una seria de imponderables, van tirando uno por uno al resto de peñistas que nos iban a acompañar en un día tan especial. Una verdadera lástima, porque somos muy poquitos, pero unidos en la "desgracia" cadista de por vida, que vivimos todos en diferido desde otros puntos del suelo patrio, la mayoría en su centro de gravedad. La felicidad no será completa, porque no es compartida por los únicos que saben cómo de verdad se sufre el barro de la Segunda B de mi piel para dentro. Pero aunque no están físicamente, se qué están allí conmigo.

Cuando entro en el recinto donde se van a celebrar los premios...una puñalada de envidia, que enseguida se transforma en admiración y respeto, me desgarra por dentro. Acostumbrado a mendigar en Madrid un local donde nos dejen hacer un acto "para un equipo así muy simpático, pero que no juega ni en Primera ni na", el salón de actos del Colegio de Médicos de Cádiz es para mí como ir al Bernabéu a los jugadores del Cádiz. La champions league de los eventos. Ni en mis mejores sueños. Me abrumo y me hago un poco pequeño cuando me dicen "sí, por supuesto, tú te sientas aquí en primera fila". Miro a un lado, tengo a Federico González; miro al otro, tengo a Airam Cabrera. Miro al frente, está presentando el único en inigualable Quique Lafuente.

Las intervenciones se van sucediendo hasta que mi tocayo y homólogo de la peña 4 gatos anuncia el turno del galardón que nos reconoce a nosotros. En la enésima muestra de profesionalidad, cariño y planificación que ponen nuestros amigos cadistas en su gran evento, un vídeo de calidad corporativa nos presenta como peña y como medio de comunicación, dicho esto con toda humildad, porque no tenemos aspiración de tal cosa. Veo mi página varias veces al día, y jamás la había apreciado como lo hice aquel día, en un proyector enorme, desde una butaca a varios metros. Aunque algo envejecida, me gustó más que nunca, despertó en mí un instinto paternal hacia ella que se había ido diluyendo (y es que con la tontería, la web está a punto de cumplir su primer lustro, en el que han aparecido dos bichos de carne y hueso que egoístas como les corresponde, nunca ven saciadas sus demandas hacia mi como su padre y protector). Ese día, perdieron un trocito en favor de cadistas1910

Aunque mi profesión me obliga muchas veces a hablar en público, y aunque llevaba varios días con el discurso "ensayado" en mi cabeza, no puedo evitar ponerme nervioso cuando recibo la alternativa del presentador, y encaro la soledad del atril, imán invencible para todos los ojos que tengo delante, que son varias decenas de pares (otro aspecto en el que la comparación con nuestros actos resulta....pues eso, odiosa). Tengo la suerte de tener un audiencia selecta: varios miembros de la plantilla y cuerpo técnico, representantes de muchas peñas, así como de la renovada FPC, periodistas, amigos,...pero mis ojos y palabras van, tras mi enésimo agradecimiento a nuestros colegas gaditanos, a la directiva del club, que casi en pleno, asiste al acto (¿he dicho ya que nuestros actos carecen de tal poder de convocatoria?).

No voy a repetir por escrito todo lo que clamé en aquel estrado en ese momento. Para eso está youtube, que ahí queda para el que esté muy aburrido y tenga diez minutos de total vacío en su vida. No podía desaprovechar la oportunidad que tenía ante mí de reclamar más atención por parte del club a los que un día les precedieron, hicieron nuestra camiseta más grande, y nos permitieron que hoy sigamos teniendo un club, aunque ahora toque penarlo por el barro y paletos de pueblo que han perdido el respeto por un templo como es Carranza.
Las muchas miradas de aprobación que vi entre el público, y que tornaron luego en apretones de manos, me decían que era de ley y justicia lo que estaba pidiendo.

Para rematar la fiesta, y terminar de caerme de espaldas, el "refrigerio", en el patio del convento San Francisco. Una barra enorme, como diez personas trabajando ahí, una plancha sacando comida a destajo....y dos actuaciones carnvaleras de relumbrón. Otra dimensión para este tipo de actos que todavía hoy me tiene boquiabierto. Tiempo para charlar más distendido con los muchos amigos de cuatro gatos, que me cuentan sus avatares para organizar esto todos los años, su procedimiento para elegir a los ganadores, sus ideas para otros años....en definitiva, minutos valiosos que me permiten compartir cadismo, algo que para el gaditano medio puede ser normal, pero que para mí, rodeado de vikingos e indios (y cada vez más culés), que te miran un poco raro cuando respondes que tu equipo en Primera es el Cádiz...cuando juega en Primera.

Pero la noche va avanzando y aunque yo estoy en mi salsa, mi prole, aunque han vibrado viendo a su padre en lo alto de un escenario aplaudido por extraños, sufren ya los estragos de una jornada larguísima para ellos. Ya ni siquiera se pelean por portar el trofeo que nos traemos para Madrid, el premio Gato con Botas, que en cada arreón de esos parece que no va a poder contar sus siete vidas, pero que milagrosamente, resiste. No les puedo pedir más, bastantes horas les robé en su momento para parir a su tercer hermano, éste digital, que no llora y no come, pero que tampoco sabe dar besos y abrazos. Recorro, lleno de agradecimiento, toda la estancia, para decir adiós (o mejor dicho, hasta luego) a tan generosos anfitriones, y a muchos otros amigos cadistas. No olvidaré nunca este día.

A la mañana siguiente tenemos nuestro premio a tantos kilómetros concentrandos en tan pocas horas. Un día entero en la playa Victoria, nuestra Meca de arena, sol y levante, y que amorriñamos tanto desde la meseta. Pocos valientes aguantan allí como nosotros todo el día, seguramente haítos tras un verano de luz tan al alcance de la mano, pero nosotros estamos ávidos, necesitados, exiliados de ese paseo marítimo que cura cualquier enfermedad, y sólo la caída prematura del sol nos saca de nuestro ensueño, de nuestra parada en el tiempo, en la locura rutina diaria que no nos deja ver más allá del siguiente metro, de la siguiente entrada al colegio, de la siguiente reunión con un cliente.

Cádiz, Cádiz CF, amigos de 4 gatos....en el corazón siempre 

Fotos: portalcadista y cadistas1910

Manolain