Repasamos en esta biografía la historia de Mariscal, jugador madrileño (aunque de familia andaluza) que militó dos campañas en el Cádiz en la década de los 50, con el equipo recién retornado, después de muchísimos años, a la Segunda División. Tuvo un final trágico en su vida que sin duda no mereció, y no exento de cierta ironía. Hoy os contamos su historia.

Rafael Sánchez Mariscal nació en Madrid el 1 de noviembre de 1933. Su padre era mitad cordobés y mitad sevillano, pero cuando en su familia vieron que se avecinaban tiempos difíciles en España (como así terminaría siendo), emigraron a Madrid, donde el futuro futbolista terminaría naciendo. Aunque no mucho después, toda la familia regresaría de nuevo a Córdoba.

Mariscal era un atleta, un deportista total, que en el fútbol de hoy habría destacado por su condición física inagotable, y seguro que habría tenido una carrera muy longeva.

Comenzó como es de esperar jugando en los equipos de Córdoba, donde como hemos comentado, había vuelto a residir vía su familia. Actuando como defensa central (donde se valía de su poderosa envergadura) o como lateral izquierdo (e incluso alguna vez en el medio), en la temporada 51-52 ya militaba en el primer equipo del C.D. San Álvaro, uno de los clubes con más solera del panorama cordobés, y que en aquellos años formaba a muchísimos futbolistas que luego terminaban dando el salto a la élite.

Militó tres años en el San Alvaro, en los que consiguió dos ascensos (primero a Regional y posteriormente a Tercera División, hasta que dicho club tristemente desaparece. En esos tres años no tuvo que lamentar lesiones, hecho que le ayudó a que no se perdiera un solo partido. Como hemos comentado, era un portento físico, un verdadero animal del césped. Hecho que evidentemente, no pasó desapercibido para el Córdoba CF, primer equipo de la ciudad, que terminar haciéndose con sus servicios para la temporada 54-55, ya en Tercera División.

Hay que remarcar que muchos equipos quisieron hacerse con él ese verano, entre ellos, el propio Cádiz (además Caudal, Algeciras o Lérida), pero el defensa tenía que realizar el servicio militar en su localidad natal, por lo que encontró acomodo en el club de su ciudad, aunque eso le supusiera seguir jugando en Tercera.

Tras dos campañas en el club blanquiverde, llega por fin su salto a la Segunda División, de manos del, ahora sí (a la segunda fue la vencida) Cádiz CF, que acaba de llegar como quien dice de vuelta a la categoría de plata. Los amarillos firman al zaguero para la campaña 56-57, tras haber conseguido una permanencia ajustada en el año de su retorno a Segunda.

Es cierto que Mariscal no termina de asentarse del todo en el cuadro cadista en los dos ejercicios ligueros en los que habría de vestir el amarillo y azul por problemas de lesiones. En ambas temporadas es entrenado por Santiago Nuñez (mito cadista que antes fuera jugador del histórico Mirandilla de los años 30). En las dos temporadas pasó por algo similar.

En la 56-57, tras disputar los dos primeros encuentors ligueros, cae lesionado, y debe perderse varios partidos. Regresa de nuevo para ser titular, con tan mala suerte que cuatro jornadas después vuelve a sufrir una lesión, esta de más duración. Por fin en enero (completamente recuperado y sin que nuevas lesiones se interpusieran en su camino), ya para la segunda vuelta, se hace prácticamente indiscutible. En la jornada 28 (Eldense-Cádiz) sin embargo, es expulsado (entonces era muy raro ver una tarjeta roja), y eso le aparta del equipo seis jornadas, para de nuevo, hacerse con el puesto en el sprint final liguero. El resultado final deja al Cádiz en 12ª posición, más que suficiente para seguir otro año más en Segunda.

En la 57-58, tras jugar la primera jornada de liga, se queda en el dique seco hasta entrada la segunda vuelta, que la juega casi completa, disputando todos los minutos de liga de la jornada 19 en adelante. El resultado final clasificatorio es aún mejor, décimo lugar, prolongando su presencia en la categoría de plata.

Tras su bienio en Carranza, emigra a Almería, donde jugaría de nuevo en Segunda, ahora en las filas del principal equipo almeriense. Ficha ya entrado muy octubre, pero es que antes había rechazado otras ofertas como por ejemplo, del Tarrasa, el Eldense o el mismo Mallorca. No quería irse tan lejos de casa.

En Almería estaría solo una campaña, tras la cual, colgó prematuramente las botas. Una oportunidad laboral, que le llevó a convertirse en marchante de joyas, lo que le obligaba a desplazarse a Las Palmas (donde se terminaría asentando y teniendo a su familia). Con solo 26 años, Mariscal se veía obligado a abandonar la profesión que le gustaba por la que le garantizaba el bienestar de los suyos.

A pesar de hayarse lejos de sus raíces, siempre estuvo conectado a su tierra, pasando muchísimas horas en la Casa de Andalucía de la ciudad canaria.

Mariscal sin embargo, no dejó de practicar deporte, ahora a nivel amateur. Fútbol, natación, ciclismo...era un apasionado de la actividad física.

Por desgracia, habría de perder la vida muy joven, con tan solo 52 años, en una de esas actividades. El 23 de octubre de 1986, jugando un partido de veteranos, su vena aorta estalló y no se pudo hacer nada por reanimarle. Falleció en el mismo campo de fútbol. Dejaba una viuda con tan solo 39 años, que habría de hacerse cargo de cinco hijas. Una muerte que todavía hoy perturba recordar a sus descendientes, pues se trataba de una persona muy sana, tanto dentro como fuera del terreno de juego.

El Córdoba CF, club con el que estaba más vinculado emocionalmente, se desplazó meses después para disputar un partido amistoso en su honor.

Hoy, la gran mayoría de sus nietos juegan también al fútbol, a los que sin duda hubiera querido ver. Pero su recuerdo permanece imborrable en sus hijas, que no olvidan su carisma y su bonda en vida.

Queremos agradecer de forma muy especial a su familia y descendientes que hayan compartido con nosotros tantas anécdotas y fotos de él, y que hayan tenido la paciencia de esperarnos hasta ver publicado este artículo.

Y a Paco Delgado, incansable cordobesista, que también nos facilitó información sobre él.