El origen del Trofeo no es como muchas veces se ha contado, siendo el presidente de aquella época, Ramón Cilleruelo, su creador

Se ha escrito y hablado mucho sobre la génesis del Trofeo Carranza, cuya primera edición, como sabemos, se disputó en el verano de 1955, entre Sevilla y Atco. Portugal a partido único. Pero, seguramente por desconocimiento, no siempre se ha contado todo como fue.

Al Cádiz, por ser el club más representativo de la ciudad, le fue concedida por el Ayuntamiento - cuando éste era regido por Ramón de Carranza - una subvención de 100.000 pesetas, a entregarse durante el verano, cuando más necesario era el dinero, para firmar jugadores y liquidar contratos pendientes. El club gaditano, a pesar de ver por fin construido su nuevo estadio, y haber conseguido ascender a Segunda División, seguía padeciendo importantes problemas económicos que nunca terminaban de resolverse, y la citada subvención era recibida siempre como agua de mayo por los dirigentes amarillos, que aún así se las veían y deseaban para cuadrar las cuentas.




Esta subvención, sin embargo, llegaba con cuentagotas, y no siempre era entregada en verano, que como va dicho, es cuando era más necesitada. Ante la continua falta de liquidez, Ramón Cilleruelo, presidente cadista y director de la Fábrica de Tabacos y su equipo directivo empezaron a darle vueltas a la cabeza para ver cómo aumentar el capítulo de ingresos, y se les ocurrió organizar un torneo estival en Cádiz, aprovechando la inauguración del nuevo campo, imitando así la fórmula que desde 1946 existía ya en La Coruña con el Trofeo Teresa Herrera.

Así las cosas, el mandamás cadista decidió visitar al alcalde de entonces, Jose León de Carranza, hijo del inolvidable alcalde Ramón. Cilleruelo le pidió permiso a Jose León (que era un hombre de toros y al que no le gustaba mucho el fútbol) a poner al Trofeo el nombre de su padre, ofreciendo como contrapartida renunciar a la ya citada subvención de 100.000 pesetas. Jose León de Carranza quiso asegurarse de que tuviera el torneo tuviera la categoría que merecía el nombre que llevaría, a lo que Ramón Cilleruelo le respondió que harían todo lo posible. De esta manera, el Ayuntamiento dejó en manos del Cádiz la organización del Trofeo, que cargó con toda la responsabilidad.

Ya había acuerdo, y la prensa local publicaba el 7 de julio de 1955 el siguiente anuncion: "El Ayuntamiento crea el trofeo anual ‘Ramón de Carranza’. Valorado en 100.000 pesetas, será disputado entre equipos de Primera División, a fin de mejorar y dar renombre a la ciudad. Se celebrará durante los festejos del mes de Agosto”.

Dicho y hecho, los cadistas se pusieron manos a la obra. Se decidió que el torneo se disputara a partido único, y se pensó en el Sevilla como el primero de los equipos a concertar. Se buscaba así atraer a los muchos veraneantes sevillanos que ya entonces disfrutaban de nuestras playas. La contratación de los hispalenses fue fácil, ya que su presidente Sánchez Pizjuán, era uno de estos veraneantes que sentían un cariño muy especial por Cádiz y su club.

Para el segundo equipo hubo muchas dificultades. En un primer momento se confirmó la presencia del Sporting de Lisboa, pero los portugueses fallaron a última hora, por coincidirle el choque con otro amistoso frente a la selección de Yugoslavia. Hubo que buscar otro equipo a la carrera, y sólo se pudo contratar al Athletic de Portugal. Como éstos no eran un equipo puntero del país vecino, se anunció que vendría reforzado por internacionales del Sporting.

Finalmente encargaron la copa de campeón a un orfebre cordobés, que llevó nada menos que 100.000 pesetas de la época. Por fin, después de tantos avatares, el que pasaría a llamarse Trofeo de los Trofeos celebra su primera edición el 4 de septiembre de 1955. Los sevillistas se impusieron a los lusos por 2-1, abriendo así el palmarés del Trofeo. El Trofeo fue todo un éxito, y el Cádiz consiguió unos beneficios netos de 200.000 pesetas, el doble de lo estipulado a entregar por el Ayuntamiento, y que además, como ya hemos relatado, llegaba tarde y mal. Ni que decir tiene que el Cádiz, al año siguiente, repitió la experiencia, después de los excelentes resultados de la primera edición. Esta vez fueron Sevilla y Atlético de Madrid los participantes, siendo nuevamente los blancos los que levantarían la copa de campeón tras derrotar a los colchoneros por 3-1. Una vez más, los ingresos superaron con mucho los gastos, dando así un respiro a la maltrecha economía cadista. Era la recompensa al tremendo esfuerzo que tuvieron que realizar Cilleruelo y su directiva para mantener los problemas financieros a raya y que los amarillos pudieran seguir compitiendo en nivel profesional. Al tercer año sin embargo (primero en que el torneo sería cuadrangular, participando nuevamente Sevilla, además de Ath. Bilbao, Os Belenenses y Racing Paris), viendo la alta rentabilidad económica del Trofeo, el Ayuntamiento, por medio

de su alcalde, Jose León de Carranza, decidió hacerse con las riendas de la organización, con el argumento de que querían "darle más auge al Trofeo". El Cádiz volvió a recibir la subvención que le era asignada anteriormente como compensación. Pero lo que nadie podía quitarle ya era el honor de haber concebido el Trofeo Carranza.