En 1932 un aficionado anónimo donó una copa al Cádiz Sport Club, que lanzó un desafío público para disputarla. Finalmente acudiría a la llamada el Mirandilla, pero un empate entre ambos dio paso a una polémica con ambos clubes enfrentados, y tras la cual, nunca se supo el nombre del aficionado en cuestión

Nos situamos en la primavera del año 1932. La II República está a punto de cumplir su primer año, y ya empiezan a aflorar las tensiones (en agosto de ese año se produciría el fallido golpe de estado de Sanjurjo) que terminarían desembocando en la Guerra Civil. En suma, todo está muy politizado y llevado a los extremos, y Cádiz y su fútbol tampoco escaparían a esta corriente.

Tras la desaparición del Español de Cádiz en 1929 (absoluto dominador hasta entonces) y la crisis futbolística que siguió en nuestra capital a dicho hecho (esa misma temporada se organiza el primer título de liga y Cádiz no cuenta con ningún representante en la nueva competición), los aficionados gaditanos tienen que contentarse con partidos locales. Hay tres clubes que se reparten la supremacía balompédica: SD Mirandilla, Cádiz Sport Club y la FUE (equipo formado por los estudiantes de Medicina y muy próximo y apoyado por la alcaldía, regida entonces por Emilio de Sola Ramons).

En este contexto, se publica un anuncio en Diario de Cádiz el día 8 de abril, en el que se anuncia, para dentro de dos días, un partido entre el Cádiz Sport Club y la “simpática FUE”. Haciendo referencia al partido que ya jugaran ambas escuadras el 20 de marzo (y que acabaría con empate a cero), se intenta, por parte del redactor, motivar al público a su asistencia, citando que acudirían las autoridades, y que cada equipo estaría amadrinado por una elegante señorita, las cuales harían el “kick-off”. Así mismo, se empieza ya a hablar de los posibles actos que se celebren el 14 de abril, primer aniversario de la República, y se rumorea que la FUE puede disputar otro partido con el Cádiz Balompié, equipos que iban a enfrentarse el día 3 del mismo mes, partido que finalmente no pudo jugarse por la lluvia.

Portada del Diario de Cádiz en el que se ven a las autoridades locales, así como a las madrinas de cada equipo, presidiendo el partido y custodiando la copa

Al día siguiente, día 9 de abril, se dan más detalles del partido: la FUE organizará diversos festejos, que concluirán con el encuentro programado para las cuatro de la tarde. El señor Decano de la Facultad de Medicina regalará una Copa al vencedor. Se anuncia también el nombre de las madrinas: Maruja Natividad para el Cádiz Sport, y Carmencita Viar para la FUE. (ver foto anexa) Finalmente llega el día del partido. Tras el saque de honor de las madrinas, y sendas entregas de ramos, el árbitro escogido para la ocasión, Pedro Ramírez, da comienzo al choque a las 16:15. Al final de la primera parte, el resultado es de empate a 1, merced a los dos tantos de penalti marcados por cada equipo. En la segunda parte, cada equipo vuelve a anotar un tanto. Se procede a jugar una prórroga, al comienzo de la cual, el público, no conforme con la actuación del árbitro, comienza a pitar a éste. Ramírez decide dejar el partido, para que arbitre el exjugador isleño Fajardo, que tampoco gustó a los presentes.

Faltando diez minutos para el final de la prórroga, los fusitas marcan su tercer gol. Esto provoca la euforia del público, que se lanza al terreno de juego. El árbitro, Fajardo, intenta haciendo sonar el silbato, restaurar la situación, pero la avalancha ya es incontrolable. El Decano entrega la copa al equipo rojo, mientras que los merengues del Cádiz SC, se retiran. Al tratarse del equipo de la FUE, nadie eleva ninguna protesta, y al día siguiente, el sensacional cronista deportivo Fernando Fernández, comenta sobre el incidente que “ese es sin duda un nuevo artículo desconocido del Reglamento. Pero en fin, el encuentro ha estado bien”. Y eso es suficiente.

Según las crónicas periodísticas, ese mismo día, se jugaron en Cádiz otros dos partidos: los equipos de Cádiz Bote Club e Hispania Sporting Club, en el antiguo campo del Español, juegan un emocionante encuentro que acaba con la victoria de los primeros, tras remontar en la segunda parte un 0-2 del Hispania; y la SD Mirandilla golea por 7-0 al Racing Club Portuense, adjudicándose así una Copa donada por la “colonia montañesa” (de Cantabria), encabezada por los señores Hidalgo. 2000 personas en el campo de Tiro presencian la goleada. Como anécdota señalar que en la segunda parte, los jugadores Domínguez y Mercedes tuvieron un encontronazo y se enzarzaron en una pelea. Ambos fueron expulsados. El Portuense pudo sustituir a su jugador (entonces la expulsión implicaba la retirada del jugador, y su lugar podía ocuparlo otro compañero), mientras que el Mirandilla, por no disponer de recambios, quedarían con diez. Aún así, conseguiría la victoria.

Los jugadores mirandillistas, aún con sus camisetas a rayas, se marchan a las calles de Cádiz a celebrar su título. En estas celebraciones se encuentran con los jugadores y seguidores de la FUE, con los que compartieron la fiesta. Todo ello es reflejado por la prensa que aprovecha la ocasión para reclamar el apoyo de las autoridades al nuevo deporte.

El 12 de abril aparece una carta publicada en Diario de Cádiz, firmada por las iniciales E.J.R, que felicita a los clubes de FUE y Mirandilla por sus triunfos, y aprovecha para ofrecerse como árbitro en cualquier partido que pueda surgir.

Formación del Mirandilla en 1932

Y por fin llega el gran día del aniversario de la República. Finalmente, el gran partido para ese día sería el duelo entre la FUE y el Mirandilla, seguramente acordado en la celebración mencionada anteriormente. Ante una cifra entre 2000 y 3000 espectadores (para la época en la que estamos, es un número muy importante de aficionados), en el campo del Velódromo, los fuistas derrotan con claridad a los del Mirandilla por 3-0, con arbitraje de Paquito González (exjugador del Español). Marcarían Hidalgo, Fuentes y Romero, aunque el gran protagonista fue el guardameta fuista Cristino, que pararía un penalti a los cuatro minutos, y salvaría otro gol al poco, todavía con empate a cero. El guardameta recibió la copa que donaba el Ayuntamiento, de manos del alcalde, y el cancerbero es paseado a hombros, con la copa en sus brazos, por toda la ciudad.

Ese mismo día, en la edición de la mañana del Diario, antes de que se jugara el partido, apareció una nota enviada por el Cádiz Sporting Club (que ese mismo día golearía al Balompié por 4-0), en la que anunciaba que había recibido una copa de un aficionado (sin revelar su nombre), y para honrar dicho regalo, proponían disputarla con el vencedor del choque que ese mismo día habían de jugar FUE y Mirandilla, añadiendo al final que esto “no es una oferta, sino un desafío”. El partido habría de jugarse en el Campo de las Balas el día 17 (tres más tarde).

Sin embargo, pasan los días, y nadie en la FUE parece recoger el guante. Varios aficionados escriben cartas al Diario que son publicadas, en la que se quejan amargamente del comportamiento de los estudiantes, y piden respeto y una respuesta para el desafío lanzado por el Cádiz Sporting Club.

Finalmente, el Mirandilla, en nota publicada el día 19 en el Diario (en la que trata de explicar derrota sufrida ante la FUE), dado que los estudiantes no parecen aceptar el desafío, (se encuentra preparando “los próximos exámenes”), se ofrecen para el mismo. Dos días después, también por el mismo medio, el Cádiz Sport acepta. Tras días de deliberación, se acuerda disputar la copa en dos partidos, uno en el campo de las Balas, y otro en el del Velódromo, los días 8 y 15 de mayo. El primer partido se jugó en el campo del Mirandilla (Velódromo), y el resultado fue 1-1. Una semana después los equipos volvían a verse las caras en el campo de las Balas, y nuevamente el partido acaba en tablas, esta vez sin goles.

En el acuerdo inicial se contemplaba que llegada esta posibilidad, se jugarían otros dos partidos. Pero el día 28 de mayo, la directiva del Cádiz Sporting Club publica una nueva carta, en la que expone que tras ofrecer a los rectores del Mirandilla que los dos nuevos partidos se jugarán en los días 22 y 29 de mayo, éstos no dieron respuesta hasta el día 23, haciendo imposible por tanto ya que se aceptara esta posibilidad.
El Mirandilla, en dicha carta de respuesta, ofrecía tres posibles vías de solución:

- un partido de desempate, a disputarse en San Fernando o Jerez
- un partido de desempate, a jugarse en el campo del Mirandilla, el 29 de mayo
- jugar nuevamente dos partidos, siendo el primero de ellos el día 5 de junio en el campo del Mirandilla, y una semana después en el campo del Cádiz Sport

Asimismo, los mirandillistas hacían ver que de no recibir respuesta por parte del Cádiz SC, se desligaban del compromiso adquirido.

Equipo del Cádiz Sport Club en 1932

A esto respondieron (en la misma carta del día 28 publicada en el Diario) que eran ellos los que, totalmente ofendidos, se desligaban del compromiso, dado que consideraban que los mirandillistas habían roto el acuerdo inicial. Y emplazan al campeón de la Copa Durán (una competición entre clubes menores de la época) de 1932, a disputar con ellos la copa del todavía desconocido aficionado.

El Mirandilla contesta a los cadistas el día 2, nuevamente a través del Diario (carta en la que por cierto se cita la fundación del Mirandilla FC, predecesor del actual, en 1910, algo que trataremos de investigar próximamente), entrando así en la polémica, en la que de forma velada, se acusa a los “sportinguistas” de estar movidos únicamente por la cuestión económica.

Dos días después aparecen varias misivas de aficionados criticando duramente al Cádiz SC, acusándolos abiertamente de materialistas, de preocuparse únicamente por la recaudación e incluso llegando a dudar de que la copa realmente estuviera donada por un aficionado, argumentando que era únicamente un invento del Cádiz SC, que buscaba así “hacer caja”.

Pasan los días sin que el Cádiz Sport ejerza réplica alguna, hasta que aparece publicado en prensa un anuncio de un partido entre el Cádiz y el Aurora de San Fernando (que había ganado la mencionada Copa Durán), que se disputarían la tan cacareada copa. Ante esto, un aficionado publica el 18 de junio (¡hace más de dos meses que comenzó la polémica!) una carta en la que pide al supuesto donante que se identifique: “¿señor donante, no ha leído usted la prensa?”, y que interviniera, ya que entendía que la copa pertenecía a Mirandilla y al Cádiz (dado que el enfrentamiento para ganarla había acabado en empate), y que los últimos no podían disponer de ella libremente, estando obligados a aceptar una de las tres propuestas que había dado el Mirandilla para deshacer el empate.

Finalmente, el Cádiz Sport Club derrota al Aurora el domingo 19 de junio al Aurora por 3-0 en el Campo de las Balas. Rafael Fernández Llebrez hizo entrega a los merengues de la copa.

Al día siguiente, a la vez que se publicaba la victoria cadista, éstos, en una nueva carta, pedían disculpas por no haber respondido antes, y ante las acusaciones de poca transparencia sobre este asunto, invitaba “a quien así lo desee se pase en días hábiles de 9 a 11 de la noche por su domicilio social, Sagasta 7, donde podrá obtener todos los detalles y explicaciones que estimen oportuno”.

No sabemos si alguien hizo uso de esta invitación, pero lo cierto es que nunca más se hizo referencia a la copa que posiblemente ya, nunca sabremos quien donó realmente.

<b>Fotos: Hemeroteca Diario de Cádiz</b>