Si se preguntara en Carranza cualquier día quien es el mejor jugador que ha pasado por estos lares, la afición al unísono y con total unanimidad, contestaría que Mágico González. Intentar explicar con palabras lo que significó Mágico para el Cádiz, y lo que siempre significará, así como el vínculo que se creó entre jugador y ciudad, es una tarea que roza la quimera. Aún así, intentaremos explicar a continuación como el Cádiz disfrutó de un jugador que técnicamente tiene muy pocos rivales en la historia del fútbol mundial, pero cuya peculiar idiosincracia le impidió jugar en equipos de mayor prestigio que le hubieran catapultado a una fama aún mayor. Él lo tenía claro: quería estar en un sitio donde fuera feliz. Cádiz y Mágico se abrazaron, y todavía hoy es difícil saber quien dio más a quien
EQ. | TEMP. | EQUIPO | CAT | PJ | G |
75-76 | ANTEL | ||||
76-77 | INDEPENDIENTE SAN VICENTE | ||||
77-78 | FAS | 1ªDIV. | |||
78-79 | FAS | 1ªDIV. | |||
79-80 | FAS | 1ªDIV. | |||
80-81 | FAS | 1ªDIV. | |||
81-82 | FAS | 1ªDIV. | |||
82-83 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 33 | 14 | |
83-84 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 31 | 14 | |
84-85 | CÁDIZ | 2ªDIV. | 10 | 1 | |
VALLADOLID | 1ªDIV. | 9 | 2 | ||
85-86 | |||||
86-87 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 34 | 7 | |
87-88 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 30 | 10 | |
88-89 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 33 | 8 | |
89-90 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 17 | 3 | |
90-91 | CÁDIZ | 1ªDIV. | 5 | 0 | |
91-92 | FAS | 1ªDIV. | |||
92-93 | FAS | 1ªDIV. | |||
93-94 | FAS | 1ªDIV. | |||
94-95 | FAS | 1ªDIV. | |||
95-96 | FAS | 1ªDIV. | |||
96-97 | FAS | 1ªDIV. | |||
97-98 | FAS | 1ªDIV. | |||
98-99 | FAS | 1ªDIV. |
Esta historia comienza el 13 de marzo de 1958 (ya en la fecha de nacimiento del Mago comienza la leyenda, hay tantas publicadas como páginas webs hablan de él), con el nacimiento de Jorge Alberto González Barillas en una modesta familia más de San Salvador. Desde pequeño estaba predestinado a ser futbolista, y es que muchos de sus hermanos (era el menos de ocho hermanos) le abrieron el camino, aunque sin duda fue él mejor parado a la hora de ser repartido el talento entre los González. Mauricio, Miguel, Jesús y Efrain, hermanos todos del Mago, y que todos jugaron profesionalmente al fútbol, inocularon en él el interés por el deporte rey.
Su carrera comienza en el club de ANTEL. Pronto empieza a dar muestras de su increíble habilidad con él balón, con la que destroza a todos sus rivales de infancia y adolescencia. El fútbol era su obsesión, y se pasaba mañana, tarde y noche ensayando y practicando más y más regates, que luego ponía en práctica en los partidos.
Es en el equipo de ANTEL donde nace el apodo con el que pasaría a la historia: en un encuentro contra el CD Águilas, Mágico volvió locos a todos los contrarios, y fue el gran responsable de la remontada (3-1) de su equipo, que coronó con el tercer gol. El periodista Rosalío Hernández Colorado, absolutamente exaltado ante el festival que estaba viendo, lo bautizó como El Mago.
Ese mismo año ANTEL terminó en la parte media de la tabla la compañía telefónica retiró su patrocinio del equipo. Muchos jugadores aprovecharon para fichar por jugadores más importes, pero inexplicablemente Mágico se quedó para ser contratado por el Independiente de San Vicente, equipo que compró la categoría al ANTEL, quedándose además con el resto de jugadores. Su debut con el Independiente se realizó en Ahuachapán frente al Municipal equipo de esa localidad. Posteriormente, Jorge "Mágico" González estuvo a prueba en el equipo mexicano Universidad de Guadalajara. Sin embargo, después de estar semana y media siendo observado por los técnicos, los mexicanos decidieron no contratarlo en detrimento de un jugador argentino que ya había militado en el club. Más de uno debe estar dándose aún cabezazos en Guadalajara.
En el verano de 1977, y a pesar de tener aún solamente 17 años, se concreta el fichaje de "Mágico" González por parte de uno de los clubes de más tradición C.D. FAS (de la ciudad de Santa Ana) por la “astronómica” suma de 60000 colones (alrededor de un millón de pesetas), cantidad escandalosa para la época y el país. Pero es que Mágico ya empezaba a ser mucho Mágico.
Allí se consagraría el mito del fantástico jugador que estaba por venir. Su primera impresión nunca era buena: su larga melena, su aire despreocupado, sus medias caídas, su débil físico…antes de rodar el balón nadie apostaría porque pudiera hacer nada de nada. Pero una vez que el esférico caía en sus pies, resultaba imposible arrebatárselo.
El club “tigrillo” alcanzó con él cotas de éxito que hasta entonces parecían casi olvidadas. Conquistó dos veces consecutivas el título de liga, y a punto estuvo de coronarse campeón americano (sólo pudo ser vencido en la final de la Copa Interamericana por el Olimpia de Paraguay), algo impensable para un club salvadoreño.
Ya entonces empezó a dar muestras de su peculiar personalidad y salidas de tono, pero los fasistas, igual que hicieran los cadistas años después, le perdonaron todo, porque cuando salía al campo, les hacía olvidar todas sus trastadas, las cuales pagaba con creces con sus regates, caños y disparos de falta.
A la par que triunfaba en el FAS, Mágico se convierte en el jugador bandera de su selección, que por primera vez y contra todo pronóstico, se clasificó para la fase final de un Mundial, precisamente, el que se había de jugar en España en 1982. Posiblemente de no haber sido por este hecho, Mágico nunca habría recalado en Cádiz.
Fue en el campeonato Hexagonal de Honduras de 1981, que daba billete a España’82.
El camino fue arduo. Para llegar a la final hondureña, antes debieron dejar en la cuneta a Panamá y Guatemala, para de esta manera, proclamarse vencedores de Centroamérica.
Tras esto, debían disputar la plaza mundialista contra Honduras como anfitriona, Cuba y Haití como campeones del Caribe, y sin duda los más peligrosos, Canadá y México por América del Norte.
Todo apuntaba a que todos estos equipos debían disputarse la plaza restante, ya que se daba por hecho que México obtendría la otra. Pero la sorpresa sería mayúscula cuando el 6 de noviembre de 1981 El Salvador derrota a los verdes por 1-0. El gol lo marcó Ever Hernández, pero habría que dárselo a Mágico, que regateó a infinidad de rivales para terminar solo ante el portero, al que fusiló (ver vídeo anterior). El arquero contactó con la pelota, pero dejándola muerta para el remate final. El país enloqueció por completo, y vio su sueño hecho realidad de acudir a un Mundial. Lo haría junto a Honduras, toda una sorpresa.
Como no podía ser de otra manera, Mágico entró en el once ideal de este torneo.
Durante la fase de preparación al Mundial, y tras la exhibición en Honduras, fueron muchos los clubes americanos que se interesaron por hacerse con sus servicios: Aurora y Comunicaciones de Guatemala, los Pumas mexicanos, Los Angeles Aztecas (donde habría coincidido con los últimos coletazos de fútbol de Cruyff) o el Universitario de Perú, pero no se llegó a ningún acuerdo. Especialmente sangrante fue el caso con el Paris St. Germain: los galos cayeron derrotados por 3-1 contra la selección salvadoreña, tras otro festival del Mago. Estaba ya todo resuelto para el fichaje, pero a última hora, Mágico no se presentó en el hotel, donde esperaban los dirigentes franceses. Aquello era muy serio para él, y decidió no presentarse. Ya era Mágico en todo su esplendor.
Así, el pequeño y humilde país centroamericano acudía a la cita mundialista siendo una de las cenicientas, y nada pudo hacer por darle la vuelta a esta situación. Sin embargo, y a pesar de las goleadas recibidas (en su debut mundialista recibieron un duro correctivo de Hungría, que les endosó un 10-1: aún así, Mágico fue elegido el mejor jugador del partido), muchos se quedaron con las cosas que vieron a hacer a un hasta entonces desconocido “Mágico” González (fue nombrado décimo mejor jugador del torneo). Uno de ellos fue el entonces secretario técnico (y que había sido jugador muchos años antes) del Cádiz, Camilo Liz, que enseguida pensó en él como un más que aceptable refuerzo para el cuadro amarillo. No fue el Cádiz el único que se interesó por el joven salvadoreño: el Atlético de Madrid también preguntó por él, pero por fortuna, el interés de los rojiblancos no cuajó, por lo que Mágico terminó fichando por el club de Irigoyen aquel verano. Nadie entonces, ni los mismos protagonistas, podían imaginar que se estaba escribiendo la primera página del capítulo más importante de la centenaria historia del club gaditano. Tras las muchas ofertas recibidas, y otras tantas negativas por el temor al rigor del fútbol profesional, Mágico, que debió intuir que en Cádiz las cosas serían diferentes, terminó por ceder y dar el salto al fútbol europeo, aunque fuera en un humilde equipo de Segunda División. Él no necesitaba más para ser feliz. El Cádiz pagó a FAS la suma de siete millones de pesetas, para tenerlo por un año. Al verano siguiente, si el Cádiz quería quedarse en propiedad con el jugador, habría de pagar otros 12 millones.
Su debut ese verano con la camiseta cadista se produjo en un amistoso ante La Barca en Vejer, y posteriormente, la fecha del 11 de septiembre de 1982 pasaría a la historia del cadismo como el primer día que jugó Mágico un partido oficial con la elástica amarilla. Fue en Carranza frente al Murcia, encuentro que acabó en empate a uno. Mágico era uno de los pocos jugadores que se salía de la estricta política de austeridad marcada por Irigoyen, y gracias a la cual se produjeron aquellos años los mejores talentos futbolísticos salidos de la cantera cadista. Sin embargo, Mágico también tenía su lado malo, y era su poco apego a la disciplina. Tanto era así, que junto con él vinieron a Cádiz Manuel Armando Monedero (dirigente de su anterior club, el FAS) y Jose Ramón Flores, de la Federación Salvadoreña, para intentar meter en cintura al astro. Esa sería la constante durante su carrera: alternaba grandes tardes de fútbol con “espantás” de los entrenamientos (el club llegó a asignar a un empleado la tarea de ir a despertarlo todas las mañanas) y juergas nocturnas que acababan de día.
En su primera temporada de amarillo ya dejó muestras del inmenso jugador que era, y se metió para siempre a la afición en el bolsillo. Carranza no estaba acostumbrado a ver cosas como la “culebra macheteada”, un regate imposible que Mágico hacía casi siempre en la esquina del córner, y los vítores y pañuelos brotaban cada semana que el Mágico lo sacaba de su chistera. Hugo Vaca lo cuenta a la perfección en el reportaje del diario salvadoreño La Prensa Gráfica: “Era un murmullo que pronto se convertía en un rugido. Todos los aficionados aguardaban, comiéndose las uñas, unidos por aquel secreto compartido. Se la va a hacer, se la va a hacer, se la va a hacer. Y se la hacía. Esa culebrita, que aquí también la conocimos como la cola de gato, era la locura en el Ramón de Carranza”. Aquella primera temporada fue posiblemente la mejor de cuantas jugó Mágico en Cádiz: marcó 14 goles, algunos de ellos decisivos para poder celebrar el tercer ascenso del Cádiz a la máxima categoría. Milosevic, que fue como un padre para él, supo entenderlo y sacar lo mejor de él.
Al año siguiente, en Primera, pese a que el Cádiz sólo pudo obtener seis victorias en la temporada, Mágico continuó mostrándose como un jugador de una talla excepcional. Esta fue la temporada de su consagración en España. Por todos los campos por los que pasó dejó susurros de admiración. Su aspecto desaliñado dejaba paso luego a una calidad que ya quisieran muchos jugadores de clubes mucho más importantes. Fue en este año sin duda en el que germinó la simpatía por el Cádiz en toda España, que todavía hoy perdura. Su único objetivo era la permanencia, no era un rival para nadie, y sin embargo, ...¿Cómo era posible que un club tan humilde, plagado de jóvenes gaditanos desconocidos, contara con un futbolista de esa talla? Algunos campos, como el Bernabeu o el Camp Nou, supieron reconocer su valía, con aplausos hacia su persona. Podemos destacar especialmente la noche del 31 de marzo de 1984, en un Barcelona-Cádiz que fue televisado a nivel nacional. El Cádiz perdía ya 3-0 y apenas faltaban tres minutos para acabar el encuentro. Sin embargo, Mágico se sacó una jugada espectacular en la que pisando el balón, arrancando y frenando, y haciendo mil diabluras, dejó por los suelos a defensas de la talla de Migueli y Alexanco, para terminar marcando un gol que aún se recuerda en el feudo barcelonista. Fue uno de los 14 tantos que marcó Mágico aquella temporada, un registro sorprendente para el jugador de un equipo que terminaría descendiendo (quedó a tan sólo tres de Da Silva [Valladolid] y Juanito [Real Madrid], los pichichis de aquella temporada).
Su calidad era ya de tal dominio público, que aprovechando un parón liguero en noviembre, Menotti pidió llevarse a Mágico a una gira con el Barcelona por Estados Unidos, para estudiar su fichaje. El salvadoreño pudo jugar al lado del astro Maradona, que ha declarado en multitud de ocasiones que lo consideraba mejor jugador que él. Nuevamente Mágico volvió a sorprender tanto por sus diabluras en el campo, como fuera de él, de forma que se reincorporó nuevamente al Cádiz una vez acabada la gira.
Aquella temporada sin embargo se produjo un hecho que marcaría su trayectoria. Ante la mala racha del equipo, Irigoyen decidió cesar a Milosevic, que fue reemplazado por Benito Joanet. El técnico catalán era de carácter mucho más serio, y no tragó con las irregularidades de Mágico, que ni él mismo ocultaba, como declaró a Diario de Cádiz: “Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme”. Dicho eso, dicho todo. Así que pese a su espectacularidad (en aquel Trofeo Carranza, el de 1984, el técnico lo sacó en el descanso de la final de consolación ante el Barcelona, que ganaba 0-1, y Mágico revolucionó el partido para que los amarillos terminaran goleando por 3-1), Joanet e Irigoyen decidieron que abandonara el club. El técnico llegó a poner al club en la tesitura de tener que elegir entre futbolista o entrenador. El destino fue el Valladolid, que se arriesgó con él en el mercado invernal de la temporada 84-85, y que intentó recuperarlo como profesional. El presidente pucelano, Gonzalo Alonso, que estaba enamorado de su fútbol, lo intentó por todos los medios: incluso le puso a su servicio un psicólogo e incluso un acupuntor. Parecía que surtía efecto, pero enseguida se vio que todo había sido un espejismo. Mágico volvía a ser el que era, y parecía imposible que eso cambiara.
La temporada 85-86 se la pasó totalmente en blanco, con intentos de jugar en México y USA, pero sin ningún éxito. Y así, en septiembre de 1986, al comienzo de la nueva temporada, y a pesar de que Irigoyen había declarado que jamás volvería a vestir la camiseta amarilla, el presidente tuvo que ceder a los deseos de su público, que lo acogió cual torero, entrándolo a hombros en Carranza. En principio el presidente intentó guardarse las espaldas de las travesuras del salvadoreño, intentando imponerle una multa por cada acto de indisciplina, algo que el Mago no aceptó: “habría tenido que terminar poniendo dinero de mi bolsillo”. Lo cierto es que Irigoyen lo repescó sabiendo lo que había, y que aquello era solamente un intento desesperado por reconducirlo de alguna manera, ya que si bien fue multado en varias ocasiones, el Mago pocas veces pagó. Irigoyen sabía que su falta de profesionalidad nacía de su carácter solitario e infantil, era como castigar a un niño pequeño.
Esta fue la temporada de la liguilla de la muerte, en la que tanto Manolo Cardo, Milosevic y David Vidal contaron con él regularmente, y pese a que no tuvo el acierto goleador de anteriores ocasiones, fue nuevamente uno de los futbolistas más importantes para conseguir aquella permanencia imposible.
Nuevamente sus hazañas traspasaron fronteras. El Atalanta italiano se plantó en Cádiz con la intención de volverse con Mágico, pero no había nada que hacer. Mágico era como un niño que se agarraba a la falda de su madre ante la llegada de los rígidos profesores: sabía que como estaba en Cádiz y con Irigoyen, no estaría en ningún sitio.
Para la temporada 87-88 Irigoyen fichó a Víctor Espárrago, que como sabemos, consiguió la mejor clasificación para el Cádiz en toda su historia. El técnico charrúa, con esa psicología privilegiada para comprender y dirigir un vestuario, sin broncas y grandes escándalos, supo tratar al genial jugador, y equilibrar su arte con el balón con sus salidas de tono fuera del verde. Mágico brilló otra vez con luz propia, consiguiendo diez tantos para su equipo.
El éxito de Espárrago le catapultó al Valencia, por lo que Irigoyen tuvo que buscar nuevo técnico para la campaña 88-89. Se decidió ascender del filial a David Vidal, que ya había dirigido al primer equipo el año de la liguilla de la muerte. El gallego fue seguramente el técnico que mejor supo llevarse con el Mago, con las que alternaba una de cal y otra de arena. Contaba con él casi siempre, pero a la vez, ejercía de padre y casi de guardaespaldas, saliendo a buscarlo por la noche gaditana, mientras Mágico intentaba zafarse de la vigilancia igual que sobre el campo se libraba de los defensas contrarios.
En julio de 1989 tuvo lugar un hecho que marcaría a Mágico para siempre, y que supuso el principio del fin del genio. Fue acusado por María del Carmen Coca de violación. El salvadoreño, que como va dicho, era en muchos aspectos un niño, se sintió abrumado por todo lo que rodeó a aquel asunto y como el niño que era, lo encaró: “Sí, claro, hubo besos y caricias, pero ella al final se puso muy nerviosa y salió corriendo. Eso fue todo”. Aunque fue absuelto en el juicio, aquello hizo mella en el futbolista, que ya no sería el mismo en las dos siguientes temporadas. Eso, y la muerte de su amigo Camarón (ambos estaban predestinados a encontrarse, siendo como eran, niños en cuerpos de adultos, generosos, desprendidos, despreocupados, soñadores, pero sobre todo, queridos), comenzaron lo inevitable: la luz de la estrella empezaba a apagarse.
Si se le permitían cosas de joven, que decir cuando ya era un mito adorado en todo su país. La directiva del club tigrillo le permitía este proceder, se trataba de Mágico. Su sola presencia en el campo infundía respeto a los rivales (muchos no se atrevían a tocarle o robarle el balón, aún cuando debido a su forma física era más que posible), y poblaba las gradas de entusiasmados e incondicionales hinchas. Poco importaba que sobre el campo su rendimiento fuera más que cuestionable, Mágico era un dios.
Incluso llegó a ser llamado por su selección de nuevo en 1998, pero nuevamente, se trataba de algo meramente testimonial.
Tras pasar algunos meses más en Estados Unidos jugando algunos encuentros, y posteriormente como segundo entrenador, Mágico desapareció de la vida pública hasta que en 2001, dos terribles terremotos arrasaron su país, que quedó en la ruina. Como no podía ser de otra manera en alguien tan desprendido, Mágico acudió a cuantas llamadas recibió para jugar encuentros amistosos para recaudar fondos. Una de esas llamadas supuso el regreso de Mágico, diez años después, a la que siempre fue su casa, el Carranza. En febrero de 2001 el diario MARCA traía a Mágico a Cádiz para jugar un partido amistoso, frente a la selección española sub21, con la finalidad de recaudar fondos para los damnificados. La locura se desató en Cádiz, ante la posibilidad de volver a saber de su ídolo, que llevaba varios años en paradero semidesconocido. Sobre el campo apenas se pudo ver lo que Mágico había sido, pero el jugador estaba rodeado por una especie de halo divino, y muchos de los aficionados más jóvenes, que no pudieron disfrutarlo en su momento, pudieron acercarse al mito.
En 2002 Mágico recibe en su país el galardón que lo acreditaba como el mejor futbolista de su país de todos los tiempos, fallado por unanimidad por un grupo selecto de periodistas. Todavía en 2002 volvió a jugar en la liga de su país, en el equipo de nueva cuña “San Salvador FC”, proyecto personal de su gran amigo Jaime “La Chelona” Rodríguez. El debut de Mágico con su nuevo equipo se produjo precisamente contra el que había sido su equipo siempre en su país, el FAS. El choque despertó un gran morbo en su país, pero Mágico lo tenía claro, su corazón estaba con los tigrillos.
En 2003 seguían cayéndole más premios y homenajes. Fue nombrado Hijo Meritísimo de su país por el presidente de la nación, Francisco Flores, y posteriormente, recibió uno de los mayores honores que pueda recibir un futbolista: el estadio nacional de El Salvador, donde la selección juega sus encuentros, fue rebautizado con el sobrenombre del mítico futbolista: Estadio Nacional Jorge “El Mágico” González.
Finalmente, el 29 de agosto de 2004, Mágico jugó otro partido homenaje, esta vez en su país natal. Fue un partido de lo más emotivo. Por un lado, los que fueron sus compañeros en el Cádiz, que cruzaron el charco para una ocasión tan especial. Del otro, sus amigos salvadoreños de toda la vida. Y en toda esa ensalada, también el hijo de Mágico. Por supuesto, Mágico jugó un tiempo para cada equipo, en una noche inolvidable en la que volvió a dejar destellos de su calidad, anotando nada menos que tres goles (dos con los cadistas, y un tercero con sus amigos), para terminar siendo manteado por unos y otros.
La última gran aparición en público hasta la fecha de publicar este reportaje fue el 28 de octubre de 2006. Maradona organizó un partido de “showbol” al que como no podía ser de otra manera, fue invitado Mágico González. En la presentación de dicho partido (que por cierto ganó el combinado argentino por 5-1, siendo el gol salvadoreño, anotado, como no podía ser de otra manera, por el que fuera jugador cadista), el diez argentino recordó aquella gira realizada por Mágico con el Barcelona, y volvió a asegurar que el salvadoreño le parecía uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol.
Y hasta aquí da la biografía del que es considerado como el mejor jugador del Cádiz en toda su historia, y del que se podrían escribir ríos de tinta. Todo para él en la vida era diversión y un juego, seguirá siendo un niño inocente, casi inconsciente de sus actos, y de ahí nace el mito, un dios para muchos tanto en El Salvador como en Cádiz.
Todas aquellas fotografías no marcadas con nuestro logotipo han sido tomadas de <a target=_blank href=http://www.laprensagrafica.com/especiales/2003/magicogonzalez/parte11/default.asp><b><u>La Prensa Gráfica</b></u></a>
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ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 03/10/2013
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