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Tilico

A pesar de haber permanecido en el Cádiz apenas cuatro meses (debutó en marzo del 92, bien avanzada ya la competición), dejó una importante huella en el aficionado cadista de principios de los noventa. Anotó goles decisivos, tendencia que coronó marcando en la promoción ante el Figueras, lo cual elevó a los altares del cadismo. Su elevado precio impidió que pudiera jugar más tiempo de amarillo

 

EQ. TEMP. EQUIPO CAT PJ G
1985 VASCO DE GAMA  
1985 CSA-AL  
1986 VASCO DE GAMA  
1987 NAUTICO  
1988 NAUTICO  
1988 SAO PAULO 1ªDIV. 15 2
1989 SAO PAULO 1ªDIV. 41 12
1990 SAO PAULO 1ªDIV. 38 7
1991 SAO PAULO 1ªDIV. 17 2
91-92 CÁDIZ 1ªDIV. 15 8
92-93 MARBELLA 2ªDIV. 7 2
93-94 ATL. MADRID 1ªDIV. 1 0
93-94 FLUMINESE 1ªDIV.
1995 LEÓN  
1996 UNIAO LEIRIA  
1997 UNIAO LEIRIA  
1998 IT HAAD  
1999 JUVENTUDE  
2000 JUVENTUDE  
2001 CABOFRIENSE  

 

Mario de Oliveira Costa, conocido como Mario Tilico, nació en Rio de Janeiro el 23 de marzo de 1965. Como tantos y tantos compatriotas suyos, soñaba desde pequeño con convertirse en jugador profesional, y defender algún día los colores de la “canarinha” (el mayor honor que puede alcanzar un brasileño). Ambos sueños los vio cumplidos.

Delantero nato, sus principales características eran su habilidad regateadora y su explosiva velocidad. Casi todos sus goles llegaban tras ganarle la espalda a la defensa.

 

Puede decirse que a Tilico el fútbol le venía en las venas, pues es hijo de un jugador del Sao Paulo de los 60, llamado Amaro Gomes da Costa, aunque conocido futbolísticamente también como Mario Tilico, nombre que heredaría su vástago en el terreno de juego.

Sus primeros pasos como jugador los dio en uno de los equipos de su cuidad natal, el Vasco de Gama, al que llegó muy joven, en edad juvenil (15 años). Continuó su formación hasta llegar a la edad de 20 años, en 1985, año en el que debutaría en el primer equipo de la Cruz de Malta.

A partir de ahí, comienza una etapa de continuos movimientos de club, en los que nunca terminaba de asentarse. Así, en la segunda mitad de 1985 (recordemos que en Sudamérica, por el ciclo de estaciones del hemisferio sur, las temporadas comprenden años naturales, que a su vez se dividen en dos campeonatos, separados por el invierno de julio), jugó cedido en el modesto club de CSA-AL (del campeonato Alagoano, que por cierto ganó aquel año Tilico en sus filas), del que salieron en su día sin embargo gente importante como Scolari o Deco.

 



Posteriormente, en 1986 regresaría a su club de origen, el Vasco de Gama, pero sólo un año después volvía a abandonar el club en el que se había formado, para ser ya traspasado al Náutico. Muchas veces conviene dar un paso atrás para saltar dos hacia delante, y esto fue lo que supuso para Tilico su marcha al club del estado de Pernambuco. Allí sus goles fueron fundamentales para que el Náutico se alzara con el título del estado. No sólo eso, por fin su nombre se empezaba a escuchar en el panorama nacional.

 
Volando a España En el Sao Paulo (abajo a la izquierda)


Su excelente campaña no pasó inadvertida, y varios clubes se pelearon por él, siendo finalmente el Sao Paulo el que se llevó el gato al agua, eso sí, tras el pago de casi medio millón de dólares, un verdadero dineral para la época y el país del que estamos hablando (1988). Aunque bien los valió, y es que en el equipo paulista, se hizo en 1991 con el mayor trofeo del fútbol carioca, el campeonato Brasileiro (bajo la dirección de Telé Santana), gracias en parte a uno de sus goles en la final frente al Atl. Bragantino. Era la tercera vez en su larga historia que llegaba a lo más alto del balompié brasileño, laureles que no reverdecería hasta quince años después, en 2006.

 

Tilico marcando en la final de 1991

 

Entre 1988 y 1991, años en los que estuvo en el club tricolor, jugó 111 partidos y marcó 23 goles (entre todas las competiciones), siendo su último tanto precisamente el decisivo para el título recientemente reseñado (ver vídeo adjunto). Allí tuvo entre otros como compañeros a Rai, Leonardo o Ricardo Rocha (que luego recalaría en el Real Madrid).

En la segunda mitad de 1991 marchó cedido al Cruzeiro, para contar con más minutos de los que Telé Santana le daba en el Sao Paulo. Con este nuevo club ganó la IV Edición de la Supercopa de Sudamérica, derrotando en la final (en la que marcó dos goles) a River Plate. En la semifinal de dicho campeonato, frente al Olimpia de Asunción, ya lo espiaron el director técnico del Cádiz entonces, Hugo Vaca (que ya lo conocía de un viaje a Brasil en octubre del 91), acompañado por Lobo Diarte, que le habló muy bien del carioca, cuyas buenas actuaciones (marcó diez goles en cuatro meses con el Cruzeiro) le valieron ser llamado a la selección nacional de su país, con el que jugó cuatro veces. 

 

  A su llegada a Barajas

 

Esto tenía lugar a finales de 1991. Por aquel entonces, como no podía ser de otra manera, el Cádiz se debatía cada domingo entre la vida y la muerte para sumar los puntos justos para eludir el precipicio del descenso. Es por esto que a comienzos de 1992, ante el ofrecimiento de un delantero brasileño que prometía solucionar la falta de pegada, Irigoyen no pudo por menos que interesarse.

Su llegada sin embargo se demoró mucho más de lo previsto, aunque la espera mereció la pena. El 9 de febrero de 1992 Diario de Cádiz anunciaba, tras consultar a su agente, Francisco Monteiro, la contratación del punta brasilero. El jugador llegaría en calidad de cedido por 18 millones de pesetas, con una opción de compra de otros 80 kilos. Ahí es nada, comparado con lo que pagó el club paulista por él. Aunque finalmente, Irigoyen, haciendo una vez más gala de sus artes negociadoras, bajó el precio a 14 millones y la participación del club tricolor en el Trofeo Carranza de 1992. 

Su incorporación final al Cádiz se hizo mucho de esperar. Alrededor del 20 de febrero se confirmaba totalmente el fichaje, y Tilico aterrizaba en Cádiz en medio de una gran expectación. Tras un primer vistazo en su primer entrenamiento, el técnico cadista, Ramón Blanco, quedó muy “contento” con el brasileño: “no hay que olvidar que viene de jugar en Brasil en clubes como Sao Paulo y Cruzeiro, que es como decir aquí Real Madrid y Barcelona”.
Sin embargo, Blanco no pudo contar con él en su primera semana en Cádiz, debido a que el club no pudo obtener a tiempo el transfer para haber debutado en Carranza frente al Albacete.

 

  Su primer entrenamiento en el Cádiz  

 

Esto retrasó su debut hasta el 1 de marzo de 1992, en El Plantío frente al Burgos, donde fue titular y disputó el partido completo. Fue un mal debut (en general todo el equipo hizo un encuentro muy malo), que no hacía presagiar el excelente rendimiento que habría de dar el carioca en los cuatro meses sucesivos.

A partir de ahí disputaría absolutamente todos los partidos de liga, incluidos los dos de la promoción (aunque ya hablaremos de eso más adelante). Sin embargo, parecía que el hecho de cruzar el charco le dejó la pólvora mojada, ya que pasaban las jornadas, y Tilico no “enchufaba” su primer gol. Las voces que no vieron claro su fichaje en su momento (entre ellas un sector de la directiva que se opuso a la operación por su alto coste) empezaron a afilar los cuchillos. Tilico acababa de llegar de un fútbol muy distinto y le costaba adaptarse. 

Así hasta que por fin, el 5 de abril, tras un mes vistiendo la elástica amarilla, marcó por fin por primera vez, y por partida doble. Tilico hacía doblete en los minutos 32 (aprovechando una indecisión de la zaga contraria) y 48 (un golazo por toda la escuadra tras pase de Poli, que sacó pañuelos en Carranza), encarrilando el triunfo de los amarillos frente al Oviedo, y dedicándole el segundo tanto al querido Rovira.

 

 

La prensa se ponía a los pies del brasilero: “…la clave del encuentro de ayer radicó en el resurgir de un hombre que había venido como figura y que hasta la fecha poco había podido demostrar por unas u otras razones. Sin embargo ante el Oviedo, Tilico demostró su clase y el porqué de su fichaje por la entidad amarilla. Ante los asturianos, peleó como nunca y se mostró con una rapidez inusual hasta ahora…”

El brasileño le cogió gusto a eso de marcar, y lo repitió en las dos jornadas posteriores: frente al Atl. Madrid (aunque su gol fue totalmente anecdótico, pues los amarillos fueron vapuleados por los colchoneros por 5-1) y posteriormente frente al Osasuna (salvando así un punto frente a los navarros). 

 

Gol en promoción vs. Figueres Contra el Barcelona (Nando)

 

Tras tres jornadas de sequía, llegaron los mejores partidos del brasileño, que como rey midas, todo gol que marcaba lo convertía en oro en forma de puntos. Tras la jornada 34, en la que los amarillos cayeron en casa frente al FC Barcelona, el Cádiz ocupaba el último puesto de la clasificación. Pero una vez más resurgiría de sus cenizas para conseguir la salvación en el último momento. Y aquí es donde Tilico se convierte en fundamental. En la jornada 35 volvió a hacer doblete, esta vez en Zorilla, consiguiendo para el Cádiz un punto in extremis al empatar en el tiempo de descuento, poniendo así un broche de oro a una excelente actuación. Este gol puede considerarse como realmente decisivo, y es que los pucelanos aventajaban en un punto a los gaditanos antes de comenzar el encuentro, ventaja que no se aumentó a resultas del empate. Tras la última jornada, serían precisamente los vallisoletanos los que descenderían a un solo punto de los andaluces.

A la semana siguiente, un tanto del de Rio daba la victoria en Carranza frente al Athletic de Bilbao. En sólo dos semanas y con tres goles, Tilico había aupado a su equipo del farolillo rojo, al puesto 18 (que obligaba a pasar el calvario de la promoción, pero que eludía el descenso directo). Tras el empate en la penúltima jornada ante el Sevilla, el Cádiz recibía en la última fecha del campeonato al Sporting de Gijón. Un empate aseguraba la promoción, y un empate se consiguió (1-1). Por supuesto, el gol del Cádiz lo convertía Tilico en el minuto 42 de partido. No deja de ser curioso que la semana previa a este partido, el delantero declarara a Diario de Cádiz: “Quiero celebrar el cumpleaños de mi hijo con un gol, y que ese gol sirva para jugar la promoción”. Profético.

 

 

Salvado el descenso directo, ahora tocaba sortear el último escollo, la promoción frente al Figueres. Nuevamente la figura de Tilico sería decisiva. En la ida, que habría de jugarse en Carranza, el carioca abría el marcador, en el minuto 40, encarrilando el partido, que se ganaría por 2-0. El resultado fue contundente y suficiente, ya que en la vuelta se registró empate a uno. Una vez más, el Cádiz obraba lo imposible y se quedaba en Primera División, junto a los mejores. 

A pesar de su fantástico rendimiento, esta promoción con el Figueres fue lo último que jugaría Tilico con los amarillos. Como hemos reseñado anteriormente, Tilico llegó cedido al club cadista, y a pesar de que Irigoyen tenía una opción de compra sobre él, el precio era absolutamente prohibitivo, y Tilico tuvo que dejar la disciplina de nuestro equipo.

 

En el Marbella (92-93) En el Juventude (1999)

 

Jesús Gil, que entonces barría con todos lo bueno que salía del Cádiz, aprovechó la oportunidad y se hizo con los servicios del delantero brasileño para el Atlético de Madrid. No obstante, viendo que no iba a poder disputar de muchos minutos en el cuadro rojiblanco, se decidió cederlo al Marbella, que acababa de ascender a Segunda División. Allí dio con Sergio Kresic, que confió en él en un primer momento (en su segundo partido marcó dos goles) pero que luego lo relegó a la suplencia. 

Aún así, concluida la temporada 92-93, marchó al club colchonero. Sin embargo en el Calderón no pudo repetir nada de lo que hizo en Carranza. Aunque lo más justo sería decir que jamás tuvo oportunidades para demostrar sus cualidades. Su triste bagaje en el club colchonero son 13 minutos disputados en liga, motivo por el cual los aficionados rojiblancos guardan un pésimo recuerdo de él. Ante este panorama, Tilico decidió volver a su tierra, y fichar por el Fluminese, donde jugaría en el segundo semestre de 1994.

A partir de ahí comenzó un verdadero peregrinar por muchísimos equipos: León (México),  Uniao Leiría (Portugal), It Haad (Arabia Saudí), Juventude (Brasil) y finalmente Cabofriense, también en su país natal, donde se retiró definitivamente en el 2001. Como buen brasileño, quiso apurar hasta la última gota sus minutos como futbolista. 

 

En el Cabofriense (2001) Tilico en 2005

 

Después de su carrera como jugador quiso seguir ligado al mundo de fútbol como técnico, aunque en los banquillos no le ha ido tan bien, hasta ahora, como le fue sobre el tapete. Trabajó algunos años como segundo entrenador de nombres tan importantes como Telé Santana o Cilinho. Y en este año 2007 fue contratado como segundo entrenador del Juventude (donde ganó la Copa de Brasil en 1999) por su antiguo compañero (en el mismo equipo) Flavio Campos, técnico del club carioca. Si bien la aventura apenas le duró un par de meses (cuatro victorias, dos empates y cinco derrotas), tiempo tras el cual la directiva cesó al técnico, y con él, a Tilico (sólo un mes después volvería a haber relevo en el banquillo del club blanquiverde).

Pese a esta decepción, el brasileño no ceja en su empeño y espera poder ser algún día, desde su ciudad natal de Rio de Janeiro, contratado como primer entrenador de algún club.

 

Fotos (como jugador cadista): Hemeroteca Diario de Cádiz

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CREACIÓN FICHA: 30/09/2007

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 30/09/2007

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