Después de la bochornosa temporada pasada que no hace falta repetir como acabó y después de una irregular pretemporada, la peña 1910 sigue sin abandonar al Cádiz y comenzamos con las salidas en esta nueva (y esperemos que breve) andadura por el subsuelo de la 2ª división B en la vecina (para Cádiz) y lejana (para Madrid) ciudad de El Puerto de Santa María.

La expedición en esta ocasión estaba formada por Alfonso (al que debemos las fotos que ilustran este desplazamiento), Estrella y el que escribe esta crónica y comenzó el viernes en los múltiples garitos donde siempre nos han tratado tan bien, y donde no puedo dejar de nombrar ese gran templo del metal que es “La mazmorra” donde uno se siente como en casa.
Tras la ingesta (moderada eso si) de alcoholes varios, el sábado aguardaba con un sol espléndido que nos hacía temer lo que luego confirmamos en el campo, que el jugar a las 18.30 horas con un calor africano es un castigo divino, pero esa es otra historia. Antes de llegar al Coliseo de Valdelagrana y en la playa del mismo nombre se celebraba un acto de hermanamiento entre las peñas del Racing Portuense y del Cádiz en el chiringuito “los toruños” donde entre pescaíto de la bahía, cervezas, finos y alguna que otra copita, pasábamos la tarde de una amistosa manera e incluso y para mejorar estas horas previas aparecieron nuestros amigos de la peña “Los 4 gatos” con sus nuevos y flamantes polos amarillos, que a decir verdad dan bastante envidia, que están realmente muy chulos.

Después seguimos a la enorme expedición cadista hasta la venta “La palmera” donde seguimos a lo nuestro ante unos camareros que estaban completamente desbordados ante tanto tipo de amarillo bebiendo cual cosacos y que ya dio paso a la entrada en el fondo norte del estadio José del Cuvillo donde las aficiones estaban mezcladas, pero en la que siempre se supo mantener las formas.
Del partido se puede contar que cualquiera de los dos pudo ganar y que quizá lo más justo pudo ser el empate, pero que al gol de Iturralde para el Racing en la primera parte siguieron los posteriores de Enrique y Toedtli sobre la bocina, que curiosamente debutaba , en el segundo tiempo.
Todos los goles fueron a balón parado, posiblemente por el estado del terreno de juego que a parte de ser hierba artificial, no había sido regado y por lo tanto el bote era bastante irregular e intentar jugar al fútbol era bastante complicado, pero los tres puntos cayeron de nuestro lado.
Esperemos que aunque lo hemos pasado muy bien por aquí, no tengamos que volver a jugar aquí, señal de que hemos conseguido el añorado ascenso y a la afición del Racing Portuense y a equipo les deseamos la mejor de las suertes y que consigan la salvación un año más.

Jose Luis