Auténtico enamorado del fútbol base, hay que destacar que Escarti estuvo casi dos décadas ligado al Cádiz CF, en las que llegó a entrenar a todos los escalafones del club: infantiles, juveniles, filial y primer equipo. Estuvo también muchísimos años como segundo entrenador, haciendo de enlace entre el primer técnico (trabajó con Milosevic, Mateos, Olsen, Barinaga, ...) y la cantera, aconsejando siempre sobre posibles futbolistas que llevar al primer equipo. Con él en el staff técnico, surgieron y debutaron muchísimos jugadores que él recomendó personalmente, la lista es enorme: Escobar, Botubot, los hermanos Mejías, Juan Jose, Villalba, Mané,....

La cantera era su verdadera pasión, pero no por ello le asustaba el fútbol profesional, teniendo dos experiencias en el mismo con el primer equipo cadista.

En la primera, hizo de entrenador para una única promoción (por la permanencia en Segunda), contra el que era precisamente el equipo de su tierra, el Barakaldo, tras una desastrosa campaña en la que Escarti era ya el cuarto en sentarse en el banquillo de Carranza. El doble enfrentamiento, especialmente tenso para él, se resolvió finalmente en favor del Cádiz, pero para él, ambos eran sus equipos.

Posteriormente, en el año de debut del Cádiz en la máxima categoría, cuando Enrique Mateos es cesado tras la octava jornada, es Escarti quien se hace cargo del conjunto amarillo, situación que se prolongaría tres semanas, en las que Escarti consiguió el primer positivo de la historia en Primera (empate en el campo del Hércules), derrotar a Las Palmas (que ese año iría a Europa) de Miguel Muñoz en Carranza, y finalmente, cayó derrotado en El Helmántico. Fue sustituido por Mariano Moreno.

Tras el ascenso en Elche, Irigoyen quiso renovarle por cuatro años más para el cuerpo técnico, pero Escarti declinó el ofrecimiento, había llegado la hora de dedicarse a su carrera profesional y su porvenir y el de su familia, fuera del fútbol.

Muchos años después formó parte del Consejo de Administración del club como responsable de las categorías inferiores, por las que se desvivió, viajando casi siempre con los equipos, visitando a los jugadores en los entrenamientos, sus pisos,...Es difícil encontrar a alguno de los jugadores que haya pasado por sus manos, que no hable maravillas de él.