Jugador que personifica, mejor que nadie, el desastre de temporada que fue la 2012-13.

Llega de la mano de Monteagudo, para el que ha sido un jugador básico en el Badajoz. Su posición natural es la de extremo izquierda, y se espera de él, a tenor de su historial, no sólo buenos centros, sino también, que aporte en materia ofensiva y de goles.

En principio parece que va a ser titular en dicha banda, pero el espejismo dura sólo cuatro jornadas, y es que la evidencia es muy clara. Su rendimiento no es ni de lejos el esperado, y empieza a perder el sitio en las alineaciones. 

Agné parece darle bola al aterrizar en Carranza, pero nuevamente, se trata sólo de un espejismo. En cuanto llegan Granell y Peragón, el de Aranda pasa primero a la suplencia, y posteriormente a la grada, sin solución de continuidad. Entre la jornada 25 y la 29 disputa únicamente 80 minutos, y a partir de entonces, ni una sola presencia más en el campo. No era para menos, sus supuestas condiciones por las que se le ficharon no se aprecian casi en ningún momento, y su contador de goles termina a cero.

Ni que decir tiene que el club no se plantea en ningún momento su renovación, por lo que su paso por el Cádiz queda retratado de esta manera.

Foto: portalcadista.com