Lateral izquierdo de muchísima progresión ofensiva, siendo esta su principal cualidad.

Apadrinado por Ramón Blanco, llega en la campaña 2012-13 como uno de los mejores en su posición de toda la categoría. Por desgracia, las lesiones se cebarían con sus tobillos y le impedirían rendir como él hubiese querido. Se va del Cádiz con un dato tan curioso como demoledor: en tres temporadas, no jugó un solo minuto de playoff, y eso que el equipo disputó nada menos que catorce encuentros de dicha competición entre los tres años. Inaudito.

En su primera temporada, dando un rendimiento muy notable, cae lesionado allá por noviembre, teniendo que estar casi cuatro meses en el dique seco. A su regreso, vuelve a pasar por encima de su competencia (que ese año eran Tomás, en peor situación, lesionado casi toda la temporada; y Dalmau, que apenas contó para ambos técnicos) y a ser titular indiscutible. Sin embargo, cuando llega la hora de la verdad, Calderón lo manda al banco para poner a un central en su lugar (Josete), algo que le ocurriría dos años más tarde.

En la campaña 2014-15 la historia se repite. Le cuesta mucho arrancar la nueva liga, arrastrando lesiones del año pasado, que seguramente explicaban su ausencia del frustrado playoff ante el Hospitalet. Recuperado, es incluso utilizado para cubrir el lateral derecho, ante las ausencias, también por lesión, de Oscar Rubio. La tortilla se da la vuelta cuando llega Claudio, que lo tiene claro y lo alinea en casi todos sus partidos, y en su posición natural. Cuando mejor está, a pocos días de empezar el playoff de ascenso, le llega la grave lesión de tibia y peroné, que lo manda cinco meses a la enfermería. Sin duda, su baja (que ni el fichado Prada, ni Tomás cubren ni por asomo) es uno de los muchos motivos que explican el desastre de no ascender ese año pese a tener dos oportunidades. 

Muy esperado, en la campaña 2015-16, allá por el mes de noviembre, el murciano vuelve por fin al terreno de juego. Pese a que Tomás lo ha jugado todo en el inicio de campeonato, y que también Pavez espera su oportunidad, Claudio no lo duda y en cuanto Andrés está solo bien para jugar, lo empieza a poner. Pero es evidente que, entre la lesión y el síndrome del playoff anterior, este Andrés no es el que el año anterior debió ser elegido como mejor lateral de la categoría.

Sus subidas por la banda ya no hacen el daño que otrora inflingiera en los rivales, y se le empiezan a ver fallos en defensa, algo inaudito en él. Van pasando las semanas, Claudio lo sigue poniendo sí o sí, pero hasta él mismo reconoce que no está al nivel que se espera de alguien de su calidad.

Así que cuando llega Cervera y lo fulmina totalmente para el playoff (no disputó un solo minuto), eligiendo a Servando para su puesto (otra vez un central es elegido en su lugar), hubo sorpresas, pero tampoco protestó nadie (menos aún después de ver al isleño peleando como un jabato en esa posición). Y es que el murciano llevaba una temporada horrorosa. 

Con ese antecedente, y pese a la renovación automática por el ascenso, está claro que su técnico le tiene muy poca confianza, y ante las perspectivas, club y futbolista deciden terminar su relación, y el jugador ficha por el Marbella.