Formado en el club de Universidad de Concepción, ha sido internacional en todas las categorías inferiores de la selección de Chile, hasta llegar a la sub20

Navarrete fue el primer fichaje de la temporada 2014-15, cuando todavía estamos digiriendo el fracaso de la promoción frente al Hospitalet. Es un completo desconocido, pero llega con el aval de ser otro fichaje más de la factoría Pina. Por tanto, estamos ante otra cesión más del club nazarí al Cádiz.
Se trata de un centrocampista de clase y calidad, de visión de juego, con un excelente golpeo de balón, y llamado a liderar a su equipo desde la medular, si bien no se esconde a la hora de ejercer tareas defensivas.
Durante la pretemporada empezamos ya a adivinar esas cualidades, y se intuye ya que Calderón va a confiar en él para la labor de la organización del juego desde la medular.

Sin embargo, un error a tres bandas entre club, representante y jugador impide que Navarrete pueda estar disponible en las dos primeras jornadas de liga, al no tener los papeles en regla para poder ser inscrito. El futbolista se tiene que marchar a su Chile natal, para arreglar el asunto en el consulado correspondiente.

Es el único resquicio que deja a sus competidores por su puesto. Pese a su juventud, va sobrado de calidad, y en cuanto vuelve y se engrana con el resto de sus compañeros, sería difícil verle apartado de la titularidad como hombre encargado de crear peligro en línea de tres cuartos y habilitar a los killers del área. De hecho, el día de su debut como titular, que se produjo en Copa frente al CD Lealtad, muestra sus credenciales con un señor golazo.

Sin embargo, su estrella no iba a durar mucho y casi de un día para otro, habría de pasar a tener un papel mucho menos importante. De ser titular, a salir desde el banquillo, si es que lo hacía. Espinosa, que cada día está mejor, lo desplaza definitivamente fuera del once inicial, quedando para él la función de contemporizar los partidos en la segunda parte cuando éstos están resueltos.
La situación no mejora para él con la llegada de Claudio, que en lo que respecta a la medular, no introduce cambios significativos. Para colmo, cuando se le abre un hueco para recuperar minutos por la lesión de Garrido allá por la primavera, unas inoportunas molestias musculares que no terminan de desaparecer le impiden rendir con toda la eficacia que se espera de él.

En los playoff de ascenso su rol se mantendría muy similar, dando aire a la gente del centro del campo. Fue sin embargo titular en el duelo final frente al Athletic B en Carranza. Peor que sus compañeros en San Mamés no lo podía hacer, y tenía más fuelle. En ese partido pudimos ver de nuevo cosas muy interesantes sobre él, que debieron convencer a Claudio también, que pidió, ya en pretemporada, que el chileno siguiera en Carranza. Finalmente, sin embargo, el Granada no accedería a una nueva cesión, y el chileno pasaría a engrosar las filas del filial blanquirrojo.
 

Foto: portalcadista.com