Jugador natural de Gandía, se formó en su localidad natal hasta empezar a escalar progresivamente en su carrera. Primero en Segunda B en diversos equipos (Ontiyent, Murcia B, Pontevedra y Alavés), luego en categoría de plata (Numancia o Mirandés) para finalmente recalar en la Superliga griega, donde ha permanecido los dos últimos años y medio, ayudando a la permanencia de los mismos.

En contra de lo que suelen ser los hombres en su puesto, se trata de un lateral de mucha envergadura y altura, lo que le ha permitido jugar también en la posición de central.

Llega en el mercado invernal para ponerle las cosas más difíciles a Carpio, que si bien está cumpliendo en el lateral derecho tras un comienzo complicado, a la hora de la verdad, y con todo el respeto, no tuvo competencia en el puesto, dado que Juanjo no daba el nivel necesario para jugar en la categoría.

Debuta testimonialmente en la misma semana de su fichaje (jugó los últimos diez minutos en la victoria ante el Mirandés en casa) en lo que parecía un guiño de su entrenador, pero fue sólo un espejismo. Quitando su sorpresiva titularidad en el campo del Girona (que salió a las mil maravillas, una vez los inventos de Cervera se mostraban cualquier cosa menos fortuitos), el valenciano no tuvo opciones de reales de desplazar a Carpio del titular.

Carpio leyó la advertencia y mejoró su nivel, especialmente en defensa, completando la campaña hasta el final, playoff incluido. Así que Malón, que sólo tenía contrato hasta junio, se fue haciendo el mismo poco ruido que hizo al llegar.

Foto: portalcadista