Delantero de importancia capital en la última etapa del Cádiz en Primera, siendo pieza fundamental en el año del ascenso (segundo máximo goleador en aquella campaña con diez tantos, solo superado por Alex Fernández, que era el lanzador de penaltis), gol definitivo del ascenso incluido (en Extremadura), y posteriormente en la permanencia del cuadro amarillo tres temporadas seguidas. Especialmente importante fue su aportación en la segunda (2021-22) con siete dianas, una cifra histórica tratándose de un delantero cadista en Primera. No en vano, en el momento de abandonar el club, forma parte del top10 de máximos goleadores de la historia en el primer escalón de liga de nuestro país.

Futbolista con experiencia ya en la Primera División cuando llega a nuestro equipo (además de haber pasado por los filiales de equipos tan importantes como Valencia o el mismísimo Barcelona) el Choco enseguida se muestra como un delantero inmenso en lo físico, con una capacidad descomunal para parar y bajar el balón, y para echarse el cuero en carrera dejando atrás a sus adversarios como si fueran niños. Sus goles, la mayoría, viniendo desde atrás como si fuera un tren de mercancías. Imparable.

En su debe, no saber medir esa potencia cuando defendía y presionaba, realizando muchísimas faltas en ataque que arruinaban el ejercicio colectivo de presión, y viendo demasiadas amarillas por la aparatosidad de esos encontronazos, donde los árbitros tenían fácil mostrar la cartulina (solo en su primera campaña vio nueve amarillas y una roja).

Su tremenda envergadura y fortaleza física, su zancada brutal, su potencia en el salto...era difícil parar a semejante jugador. Fue uno de los autores materiales (ya hablamos de su primera campaña de amarillo que termina de la mejor forma posible) de aquel octubre de ensueño, en el que, tras el fiasco de Alcorcón, marcó en las victorias frente a Almería, Huesca, Zaragoza y Málaga. Casi nada. Por fin el Cádiz volvía a tener a su nueve de referencia que tanto había buscado durante dos años.

Su estrella se apaga un poco durante los meses de enero y febrero, en los que no ve puerta. Su equipo lo notó y mucho, pero es que el juego de los amarillos estuvo muy lejos de su mejor nivel. Difícil decir si fue antes el huevo o la gallina.

Cuando peor lo está pasando el equipo tras el confinamiento emerge de nuevo su figura. Sus dos goles frente al Oviedo, de delantero puro, nos daban una victoria que casi nos ponían en Primera. Una noche inolvidable para él, y para todo el cadismo. Unos días después, hacía el tanto de la victoria en Almendralejo. Rumbo a Primera a ritmo hondureño.

En el regreso a la máxima competición (tanto suyo personal como sobre todo, colectivo para el Cádiz quince años después), asistimos a una temporada inolvidable del hondureño en las filas del Cádiz, a sumar a la estupenda campaña ya realizada el año del ascenso.

Bien es cierto que Choco Lozano no ha sido un futbolista indiscutible en los esquemas del Cádiz CF. Las convocatorias con la selección hondureña, el positivo por Covid-19 en Guatemala que dejó al catracho reclutado en Centroamérica, alguna que otra lesión y la irrupción con fuerza del cedido Sobrino en el once jugaron en su contra. Pero su papel fue siempre muy destacado, y sus goles; fundamentales para obtener esta permanencia. Algunos de ellos, como el conseguido en Valdebebas para derrotar al Real Madrid, o el "indirecto" que marcó en San Mamés para vencer a domicilio al Athletic Club con nueve hombres, solo pueden calificados como históricos.

Tras seis encuentros consecutivos en el once titular, su peso específico en el equipo hizo que Álvaro Cervera modificara el sistema. Del 4-2-3-1 pasó al 4-4-2 gracias a la excelente dupla atacante formada por Negredo y Choco Lozano. Ganar en Bilbao, Madrid y Eibar siendo un recién ascendido no era cualquier asunto.

El siguiente tramo en el que Choco Lozano fue decisivo tuvo lugar al empezar el año 2021. Primero con un remate acrobático que permitió que el Cádiz CF puntuara en Mestalla ante el Valencia. Justo después un gol suyo ayudó en el triunfo decisivo ante el Deportivo Alavés en el Estadio Ramón de Carranza (3-1).

Tras la goleada sufrida ante el Athletic (0-4) perdió peso en las alineaciones en detrimento de Sobrino y no volvió a tener minutos como titular hasta la recta final. Eso sí, lo hizo aportando velocidad y ayudando a su equipo arriba o más escorado hacia la banda. Se trataba de sumar y eso hizo el catracho.

La siguente campaña, 2021-22, nos deja otro ejercicio fantástico del delantero, que seguramente no disputó todos los minutos que mereció, pero que deja otra vez un rendimiento excelente y momentos de importancia vital para el cuadro amarillo.

Un curso más el hondureño es pieza fundamental para Cervera, que juega con él y con Negredo a despistar al rival. Unas veces entra por banda y otras hace más de delantero mentiroso. Pero su esfuerzo, su pelea y su calidad son incuestionables.

Tras superar (otra vez) problemas físicos en pretemporada, inicia la liga con mucha fuerza, brillando en los dos empates, frente a Levante y especialmente en el campo del Betis, en el que forzó el penalti, tras robar el cuero a un defensa bético, que marcaría Negredo, y luego dejó solo a Alarcón una gran asistencia que el chileno mandó al palo.

Fue cuajando buenas actuaciones aunque llegó el terrible día en Vallecas. Ya en el campo estuvo mal, aunque podía tener la disculpa de que el equipo entero naufragó, pero es que luego fue uno de los integrantes de la salida nocturna por Madrid esa noche. Como todos, Cervera lo mandó a la nevera, pese a que el equipo necesitaba de sus goles y su potencia.

Así que Cervera no tuvo más remedio que recuperarlo pronto, y pronto se resarció. Toca el cielo el día que marca un histórico hat-trick en Villarreal (solo Mágico González había logrado algo así en Primera con esta camiseta, palabras mayores), aunque terminaría con sabor amargo, ya que el equipo castellonense terminaría empatando en el minuto 95.

A partir de aquí firmó sus mejores actuaciones en la temporada, estelar y pleno de forma, haciendo goles aquí y allí, y eso que el equipo entraba en una racha desastrosa. Racha que no parecía ir con él, que se mostraba fortísimo.

Tras un pequeño susto en el Bernabeu (donde pareció sufrir una lesión muscular grave que al final no fue tanto), volvió de nuevo con la misma fuerza e intensidad. No le afectó el cambio de técnico, y es que Sergio González (y cualquiera) vio enseguida sus capacidades y lo incorporó en la limitada nómina de jugadores en los que confiaba semana tras semana.

Es verdad que tras marcar el citado hat-trick al Villarreal y posteriormente, un tanto inútil en el naufragio en casa frente al Atlético, el hondureño entró en barrena goleadora (estuvo más de cuatro meses sin marcar) pero eso no hizo que perdiera peso en el equipo. Su función primera no es la de anotar goles (aunque lo haga gracias a su poderío físico) sino facilitar que otros compañeros lo hagan, gracias a los huecos que abre. Algo que vio perfectamente Sergio González, que lo siguió utilizando de forma intensiva todo este tiempo.

Por fin vio puerta en casa frente al Elche, en el día que más había que ganar, aunque sin duda nadie se va a olvidar de que fue el autor del gol en Vitoria que nos daba la salvación. Con su fuerza habitual, entró entre tres defensas y el portero para mandar a las mallas el centro medido de Iza, llevando la locura absoluta a la grada de cadistas en esa misma portería, y a todos los que lo seguían desde casa.

Su última temporada, casualidad o no, es sin duda la más pobre en su bagaje ofensivo y en general en su rendimiento en el campo. Si bien es pieza clave para Sergio González en la primera vuelta del campeonato, donde lo alinea de titular en la gran mayoría de partidos que lo tiene disponible, el hondureño no ve puerta y los amarillos sufren las consecuencias (aparte del horroroso inicio liguero tras cinco jornadas perdiendo y sin ver puerta). A partir del mercado de enero su papel en la plantilla cambia radicalmente. La llegada de Sergi Guardiola y Roger, pero sobre todo de Chris Ramos (que podría asemejarse más a su perfil) le cierra la puerta de la titularidad. No en vano, desde la jornada 19 (última antes de cerrarse esa ventana de fichajes, disputada el 28 de enero) hasta la última una vuelta después, solo repite en el once inicial en las dos últimas jornadas.

Este bajo rendimiento, en el que solo marcó un tanto (eso sí, de una belleza descomunal, en el Metropolitano, aunque solo sirvió para maquillar el resultado), se vio embarrado con los rumores que empezaban a situarlo en el Getafe (rumores que luego se demostraron ciertos, cuando el presidente del club madrileño confirmaba que lo había firmado ya en abril), abriendo incluso un debate en la afición sobre si el catracho debería participar más en lo que quedaba de liga, o si debía ser apartado considerando que se iba a marchar a un rival directísimo por la salvación. Lo cierto es que aunque no pudiera ver puerta, en todas sus apariciones posteriores a la firma de dicho contrato, el Choco lo dio todo y buscó la portería rival con el mismo ahínco y molestando a los defensas rivales como siempre había hecho.

Su despedida, por el intento fallido de renovación por parte de Vizcaíno, su salida ya explicada y por el enfrentamiento que sobrevino entre los presidentes de ambos clubes, quedó algo embarrada, pero con el tiempo seguro que absolutamente todos los cadistas le darán el sitio que merece en nuestra historia, en lso que dejó goles vitales como los ya referidos en Extremadura o Vitoria.