Por un momento, Bienve pareció llamado a resucitar a una cantera cadista que no daba muy buenos síntomas. Debuta en Ferrol con el primer equipo, temporada 2007-2008, y una semana después vuelve a aparecer en el campo de Anoeta. Bienve, un perfecto desconocido entonces, pasa a la primera plana de la actualidad cadista, dado que los términos de su cesión (el jugador procede del Puerto Real), obligan al club amarillo al pago de unas cantidades a los blanquiverdes, para que el joven interior puede seguir jugando a las órdenes de Antonio Calderón.

Pero la estrella de Bienve dura muy poco. Tan sólo haría una aparición más, en liga, contra el Hércules, para luego ser fagocitado por la vorágine de acontecimientos de aquella terrorífica temporada, que ya sabemos cómo acabó.

Un año después, y cuando parecía que la puerta del primer equipo, condenado a pelear en los infiernos de la Segunda B, se le debía abrir de par en par, llega Javi Gracia, que no confía en él, y lo relega al filial. Ni una sola participación liguera en toda la temporada, y eso que ésta fue relativamente plácida y tranquila.

Llega la campaña siguiente, de nuevo en Segunda, y Bienve sigue sin aparecer por las convocatorias. Hasta que por fin, en abril, estalla el escándalo. La entidad amarilla anuncia que expulsa a tres canteranos por no seguir el régimen del club, entre los que se encuentra Bienve. Termina así la carrera cadista de un jugador que parecía que iba a consolidarse entre los amarillos, pero que finalmente se quedó por el camino.

Al poco de ser expulsado firma por un equipo de regional castellano-manchega (no puede participar en Tercera), el Villarrubia CF de la provincia de Ciudad Real.

Más adelante celebraría dos ascensos a Segunda B, con La Hoya Lorca y UD Socuéllamos.