Uno más de los desprópositos de la temporada 2007-2008, que si se mira con lupa, puede ser la peor de la historia del Cádiz, que ya es decir.

Bangoura es uno de los jugadores de más triste recuerdo para el cadismo, por razones que ahora explicaremos. Llega en el mercado invernal siendo un total desconocido para el gran público gaditano y español. Recala, tras negociar Barla por él, en la disciplina amarilla procedente del Boavista portugués, en el que apenas ha disputado minutos en toda la campaña. Es un intento desesperado por reforzar el club, pensando todavía incluso en ascender (la caída sería más dolorosa).

Cual gaseosa, su irrupción fue tan rápida como su caída. Debuta el 3 de febrero frente al Tenerife, y una semana después, marca su primer (y único gol con el Cádiz) en Salamanca, tanto que vale un punto. Así hasta encadenar nueve partidos jugados. Tan pronto como llega Procopio al banquillo amarillo, éste prescinde totalmente de él. Razones tenía para ello. El guineano se muestra como un jugador lento y carente de la chispa necesaria para ser un killer. Su rendimiento fue, cuando menos, bastante cuestionable. De ahí a final de temporada, sólo jugará cuatro minutos, dos semanas antes de que Procopio sea también cesado.

A todo esto, por si fuera poco, tenemos que añadir que fue detenido como sospechoso de malos tratos y puesto en libertad con una orden de alejamiento, lo que le costó la expulsión fulminante del equipo y su retorno al Boavista, antes incluso de que terminara la liga.

Pues eso, lo que no pasara en esa dichosa temporada....