Incombustible delantero que, tras formarse en el Málaga y jugar con el Cádiz en tres categorías distintas (tuvo la mala suerte de ser parte activa en los dos descensos consecutivos de comienzos de la década de los noventa), pasó por los equipos de Gavá, Málaga, Recreativo y Badajoz, para luego vivir la experiencia de jugar en una liga extranjera (en Escocia) y terminar volviendo a España, para regresar al Gavá. Parecía que sería una última y breve etapa antes de retirarse, pero terminaría jugando la friolera de siete temporadas más, entre las que tuvo el placer de devolver al cuadro blaugrana a Segunda B.

Tras estos siete años, el club le negó la renovación (aunque la afición lo pedía a gritos, y su rendimiento en el campo era todavía más que aceptable), pero él, inasequible al desaliento, aceptó un último reto, al enrolarse en las filas del cercano conjunto del Begues, en Segunda Regional, a punto de cumplir los cuarenta.