Portero recordado, además de por su pobladísimo bigote, por su gran seguridad bajo los palos. Y por ser uno de los héroes del ascenso en Elche.

Como portero destacaba por su valentía y gran agilidad. Cabe recordar que sus primeros años fueron en las filas del CD Pedro Lamata, club formativo de Ceuta. Hasta el primer año juvenil jugó en este equipo modesto tanto de portero como de delantero.

Fichado por el Real Madrid con tan sólo 16 años, volvió pronto a Ceuta, donde el ojeador cadista, Pepe el Moro, lo caza para el club cadista, cuando el Málaga lo tenía ya casi hecho con el arquero. Pasa tres temporadas cedido (O'Donell, Ceuta y Balona) hasta llegar al Cádiz en la temporada 75-76.

Fue en el verano de 1975 cuando, por fin, se incorporó al Cádiz CF. Tras una competencia dura con Bonilla y Luna, consiguió debutar contra el Nàstic de Tarragona en el viejo Carranza (0-0). Participó con éxito en la promoción por la salvación frente al Barakaldo, respondiendo a la confianza que Luis Escarti le dio en esos definitivos partidos. Su temporada fue tan brillante que incluso recibió el Trofeo de Plata El Faro al mejor jugador de la plantilla.

Es rendimiento llamó la atención del Hércules CF, aunque Enrique Mateos, nuevo entrenador del Cádiz CF para la temporada 1976/77 y por consiguiente la del primer ascenso a Primera División, se negó a que Bocoya saliera de aquella plantilla. La realidad es que la llegada del portero vasco Santamaría le cortó su progresión y su participación se redujo a los partidos de Copa.

Sirva como dato llamativo que su debut en Primera División tuvo lugar frente al FC Barcelona de Johan Cruyff en el Camp Nou, con un enorme empate a un gol. Tras dos campañas, 1978/79 y 1979/80, con Roque Olsen de entrenador, asumió el mando Milosevic en la temporada 1980/81 y, aunque fue Recio quién comenzó el curso de titular, esperó su oportunidad, logrando participar en el famoso partido de Elche (1-2), donde el Cádiz CF logró su segundo ascenso a Primera División.

Su última temporada en el viejo Carranza tuvo lugar en la 1981/82, con un Cádiz CF conocido como el "matagigantes", ya que en la capital gaditana perdieron Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid o Sevilla, entre otros. Con sorpresa, descendió de categoría con sólo cinco negativos. Pero peor fue la decisión de la entidad de rescindir su contrato el verano en el que se fichó a Mágico González.

Aunque se había rumoreado que Español y Racing de Santander pugnaban por sus servicios, estas operaciones no salieron adelante y finalmente se marchó al Granada en diciembre de 1982. Lamentablemente, su estancia en Granada no fue favorable porque sólo jugó un partido debido a que el entrenador, Ruiz Sosa, prefería al canterano Verdejo, pero a nivel global ascendió a Segunda División.

De vuelta a tierras gaditanas, se puso a entrenar con el histórico Racing Club Portuense a la espera de ofertas. Ésta le llegó a mediados de la temporada 1983/84 del Algeciras, donde coincidió con su ex compañero Hugo Vaca y dos futuros cadistas como Benito Sánchez y Villa. El equipo el viejo Mirador descendió a Segunda B dejando el club tras sólo seis meses después. Posteriormente viajó a Puertollano para fichar por el club local, si bien la operación se fue al traste y colgó los guantes a los 29 años.