El caso de Ramón Blanco, al que sucede ya en el cargo Raúl Agné, es único en la historia del Cádiz.
Ya anteriormente hubo entrenadores que estuvieron tres o menos partidos sentados en el banquillo cadista, pero fueron siempre técnicos interinos, de transición, mientras se buscaba una alternativa. Así fueron los casos, por ejemplo, de Luis Escarti, Aurelio Omist, Antonio Rodríguez El Antequerano, Luis de Miguel o Guillermo Delgado, entre otros.
Lo más parecido que hemos encontrado ha sido el episodio de Julián Rubio, que como sabemos, fue contratado para las tres últimas jornadas del campeonato 2007-2008, con la misión de evitar el descenso a Segunda B (lamentablemente, como recordamos, no fue así). De todas formas, el castellano-manchego y el club ya sabían de antemano que sería una aventura de 20 días, pasara lo que pasara.
Sin duda, un triste epílogo a la carrera y relación de Blanco con el Cádiz, especialmente como técnico, dado que anteriormente había escrito algunas de las páginas más brillantes de la historia reciente de nuestro querido club.