Tremendo. Hablar de Aridane es hablar del triunfo del trabajo y la fe en uno mismo. En pretemporada y en los primeros compases ligueros, el jugador canario se mostró inseguro, algo torpe, con su tipo desgarbado, y fue mofa de muchos aficionados, que aparte de su particular peinado, no veían nada más en él.
Pero el zaguero ha sabido aguantar, esperar su momento, y cambiar lo que otrora fueron pitidos en su contra, por aplausos, en algunas ocasiones, el único de sus compañeros que los recibía.
Por detrás de Josete y Servando en el inicio liguero, Claudio le dio la Copa, disputando todos los minutos de la misma, incluyendo el esperpento en que se convirtió la visita del Real Madrid. El día del Laredo dejó pifias realmente considerables, por citar un ejemplo.
Pero todo le cambió el primero de noviembre. Jornada 11, frente al Linares a domicilio. Desde entonces, todos los partidos de titular, y sólo fue sustituido en uno de ellos, para perder tiempo a falta de cinco minutos.
Hoy contra el Jaén ha estado magistral, ni un solo fallo de bulto, seguro atrás, sin rifar la pelota, todas las entregas en tiempo y forma. No era raro oír en la grada "increíble como ha sido la progresión de este chico".
Uno de los problemas del equipo parece que se solucina con su participación. Esperemos que sea una de las bases de la remontada a que está obligado el equipo si quiere aspirar de verdad a ascender
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