La perseverancia tiene su recompensa. Que se lo pregunten a uno de los viejos rockeros excadistas, Sergio Iglesias. Criado en la cantera amarilla, parte del plantel que asciende en 2003, tuvo un comienzo muy complicado de temporada: tuvo que dejar un Lucena en descomposición, con problemas de impagos y que terminó con la disolución del club cordobés.
De ahí marchaba al Antoniano de Lebrija, donde el fútbol le ha recompensado con un merecido ascenso a Tercera. Vaya desde aquí nuestra felicitación