Gran pérdida la que hace hoy oficial el Cádiz, que le dice adiós nada menos que a Aridane, defensa central que ha sido fundamental en los dos últimos años en Carranza. Primero para un ascenso que nos ha devuelto la vida, y luego para rayar a un nivel inesperado en la vuelta a la Segunda División.
Quién lo iba a decir. Porque sus comienzos fueron realmente malos.
Un resbalón en Bahía Sur anunciaba lo peor. Su peluca, su envergadura, la lentitud ante la falta de ritmo… otro desastre. Sus errores en el inicio provocaron la burla de los aficionados. Incluso la prensa granadina hacía sangre de sus actuaciones.
Pero creció tanto que ha sido el mejor en la segunda vuelta, y seguramente del playoff. Poco a poco, Claudio lo va poniendo delante de Josete, al que terminaría “echando” no sólo del once, sino del equipo. Rompió a brillar en el triunfo en Linares, y ya no pararía de crecer. De los pocos puestos que Claudio mantuvo constantes el resto de la temporada.
Y qué decir de su actuación en el playoff. Sencillamente imperial. Ya sin sorprender a nadie dada su excelente progresión, el canario fue seguramente el mejor jugador de los amarillos en la ronda final, el más constante desde luego. Qué despliegue, que seguridad. No es coincidencia que el Cádiz sólo recibiera un gol en seis partidos. Muchísimo de ese mérito le corresponde a él. Precisión en el corte, sin arriesgar, infranqueable por arriba, siempre llegando el primero al corte.
Así que con la temporada terminada y el ascenso conseguido, el cadismo entero suspira porque el canario permanezca en la disciplina amarilla. En principio el central pertenece al Granada y debe regresar al cuadro nazarí, pero con los rojiblancos en Primera, Quique Pina ya fuera de Los Cármenes, y el tremendo overbooking de efectivos que se encuentra Paco Jémez al llegar a Granada, éste decide soltar lastre, y entre ellos se encuentra Aridane, con el que enseguida se llega a un acuerdo para estar tres años en Carranza.
Su temporada en Segunda ha sido también sencillamente brillante, descomunal. Titular desde el primer minuto, ha jugado prácticamente todo y ha sido el líder de la zaga que ha permitido al Cádiz no solo no pasar apuros, sino llegar al playoff de ascenso a Primera.
Ahora, el Osasuna, dopado financieramente por las ayudas de la LFP a los descendidos, se lo lleva pagando millón y medio, una barbaridad para la categoría, que hace imposible retener al jugador. Le deseamos toda la suerte del mundo, ¡nunca te olvidaremos!
Foto: La Voz