01 de diciembre de 2017
Ha querido el destino que ambas fotos sean de un mes de noviembre. Entre estas dos imágenes hay cinco años de diferencia (cinco años y 26 días para los puristas). La segunda, todos sabemos, corresponde al partido de ayer frente al Betis, que estará ya seguro para siempre en la memoria de todos los cadistas. La primera, es del 4 de noviembre de 2012 y seguro que la mayoría de los aficionados lo recuerdan también.
Ese día, el Cádiz caía en su casa por 2-5. Lluvia de agua y de goles. Era la peor goleada recibida como local, puesto que si bien había dos precedentes (contra Sporting y Betis precisamente) en los que el Cádiz había recibido cinco tantos en su estadio, fueron en superior categoría. Nunca en Segunda B o Tercera se había llegado a esta situación. Si bien es cierto que el partido estuvo condicionado por la expulsión de un jugador local en la primera parte, aquel marcador descubría las vergüenzas de una de las peores plantillas que ha tenido el Cádiz, y las miserias que Sinergy traía con promesas que nunca cumpliría.
Valga esto para, sin quitar un ápice de felicidad en este momento histórico, aprender que el fútbol es cíclico, para lo bueno y para lo malo. Que hay que ver las cosas con perspectiva, que no hay que deprimirse por unos malos resultados, así como tampoco dejarse llevar por la euforia cuando el viento sopla a favor. Y sobre todo, a disfrutar de los buenos momentos, porque ha habido malos, muy malos, y no estamos a salvo de que los vuelva a haber.
Enhorabuena al equipo, al entrenador y a toda la afición. No sabemos lo que pasará en la próxima ronda de esta Copa, lo que ocurrirá en la liga, pero nadie nos podrá quitar esta alegría por muchos años.