Central cedido por el Málaga, internacional con Venezuela, venía a competir el puesto con Marcos Mauro y Kecojevic, ya que Servando parecía inamovible en el titular para Cervera.
Le costó mucho entrar en juego (las llamadas de su selección en septiembre no le ayudaron), no fue hasta mediados de octubre que por fin pudo debutar por las lesiones de Servando y Mauro.
Entonces parecía que había venido para quedarse: fue su mejor momento de la temporada y cuajó muy buenas actuaciones. Beneficiado también por las lesiones de los laterales derechos (que desplazó a Servando a esa posición) Villanueva se hizo con una plaza fija en el centro de la zaga durante varias jornadas después de conseguir por fin debutar en liga.
En la segunda vuelta sufrió la bajada de rendimiento de todo el equipo y perdió presencia en las alineaciones. Y de repente Cervera se sacó de la manga utilizarlo en dos partidos como lateral zurdo, por delante de Bijker y Oliván, a pesar de que ambos estaban disponibles. El experimento resultado de lo más fallido, y tras causar una debacle en Pamplona (un error suyo le costó la falta que propició el gol por el que se perdería el partido y una amarilla) y a pesar de que estábamos sólo en la jornada 29 (primeros de marzo), el técnico lo defenestró para el resto de la temporada. No volvió a jugar ni un solo minuto más.
Así pues, y tratándose de un cedido, nadie se sorprendió cuando su nombre estuvo en la lista de bajas anunciada por Cordero.