Partido de superioridad indiscutible del Cádiz de principio a fin frente a uno de los mejores equipos de la liga que hasta hoy ha estado siempre por encima de la tabla. Los amarillos pusieron todas las ocasiones, todo el dominio, y se llevaron el duelo en la llegada que menos merecida, en un penalti discutido que transformó Alex.
Cervera volvía a confiar en su once tipo, dando entrada a Manu Vallejo por el tocado Machís, y de nuevo con Edu Ramos y Matos a falta de Garrido y Oliván. Pero este Cádiz, como siempre con el genial técnico guineano, juega de memoria entre quien entre.
Dicho lo cual, los amarillos salieron en tromba a arrasar a su equipo, sin parapetarse tanto atrás. Las ocasiones fueron cayendo pero ni Lekic, ni Salvi y ni Vallejo ni nadie era capaz de acertar con la puerta contraria. Anulando siempre al rival, con Cifuenes totalmente inédito, se llegó al descanso. Tras el mismo, los locales siguieron insistiendo en la misma idea, hasta que llegó el dudoso penalti sobre Manu Vallejo.
Alex Fernández, aunque de forma muy ajustada (a punto de pararlo el portero), la mandaba dentro (tras imponerse por galones al propio Vallejo que también lo quería tirar). A partir de ahí, el Cádiz y Cervera templaron el partido como sólo ellos saben, ninguneando a todo un Albacete que nunca dio sensación de peligro.
Por mucho que Cervera quiera hablar de haber atado la permanencia hoy (que no deja de ser totalmente cierto), la afición se ilusiona con mucho más. Sea, que estamos en Carnaval.
Foto: La Voz