Ya es totalmente oficial. Ayer lo era su rescisión con el club amarillo, y hoy lo es su nuevo destino, el Mirandés, recién ascendido de nuevo a Segunda División. Un delantero que se va sin haber marcado ni un solo gol con la camiseta amarilla, pero que se ha ido trabajando y con humildad, y reconociendo que no ha sido su año.
Mira que empezó bien en el debut liguero (y el suyo) frente al Almería, dejándole el balón muerto a Alex que daría los tres puntos aquella tarde. Pero a partir de ahí...poco, muy poquito más. Otro delantero que como todos los de esta temporada, naufragó sin paliativos. Tuvo sus oportunidades, pero la pésima racha del equipo entre septiembre y octubre lo enterró para siempre.
Enseguida fue perdiendo protagonismo, Lekic, Dani Romera, incluso Carrillo le quitaron la titularidad, hasta caer en el ostracismo más absoluto. En siete meses, jugó solo un partido de copa (y fueron ocho minutos, en el colmo de la mala suerte, se lesionó nada más salir). Ocho minutos en siete meses, hasta que sorprendentemente Cervera lo llamó como titular para el partido ante el Málaga en la jornada 37. Fue solo un espejismo.
Todavía tuvo una última oportunidad de al menos ceder un gol frente al Extremadura que nos habría llevado a la jornada definitiva aún dependiendo de nosotros mismos. En una jugada que se fabricó él mismo, pudo dejarle el gol en bandeja a Querol, en una jugada de dos contra el portero, que el delantero marró entregando el balón al guardameta en vez de a su compañero. El enésimo ejemplo del mal hacer de los delanteros este año.
Con un bagaje muy pobre de partidos y minutos (goles por supuesto no hizo ninguno) solo quedó que saliera del equipo como así ha hecho, con destino el Mirandés, como se ha confirmado hoy.
Foto: La Voz