05 de enero de 2021
Ficha en la web:
Seguramente muchísimos cadistas (incluido nosotros) habríamos firmado el empate antes de empezar el partido, pero una vez visto éste, el punto nos sabe a muy poco, porque el Cádiz tuvo la victoria en sus manos. La dejó escapar, y luego el Valencia, mostrando porque está donde está, se la volvió a ofrecer al equipo amarillo, pero las obscenas limitaciones de los que entran de refresco lo dejaron todo en tablas. Pocas veces estará el Cádiz tan cerca de ganar en el mítico escenario valencianista.
Con la alineación habitual de los últimos partidos (ya no nos sorprende encontrarnos a Fali en el centro del campo), el equipo de Cervera mostró muy buena cara en la primera mitad, haciendo el juego que sabe y que tantas veces ha predicado el técnico que es la única vía que tenemos. Esperando el fallo de su rival y sin permitirle a éste que se acercara con peligro, por mucha sensación de dominio que éstos tuvieran. Así, llegaron las ocasiones de Alex Fernández que desgraciadamente, el madrileño no supo aprovechar. Pero se veía claramente que el cuadro visitante estaba a gusto.
Esas sensaciones continuaron en la segunda mitad, y así, los amarillos encontraron por fin el premio que andaban buscando, tras el acrobático gol de Choco Lozano, precedido de una jugada maestra del Pacha Espino. El Cádiz volvía a marcar después de mucho tiempo, y volvía a adelantarse en el marcador frente a su rival, lo que dispara las posibilidades de victoria en el esquema de Cervera.
Por desgracia, el conjunto cadista se metió atrás una vez conseguido el tanto, demasiado, y dio alas a un rival que tampoco tenía muchas armas con las que meterle mano a los de Cervera. El balón no duraba nada en las piernas cadistas, y el Valencia tocaba cada vez más cerca del área. Así fue varias veces hasta que la calidad de Gayá centrando, y la de Maxi López rematando (totalmente solo, que ya hay que ser osado para dejar sin marca a un delantero de esa talla) niveralon el marcador.
Tal y como iba el partido, muchos nos temimos lo peor, pero lo cierto es que fue entonces cuando el equio che, yéndose arriba con muy poco orden, y el físico ya agotado, mostró sus peores vergüenzas y el porque de su pésima clasificación este año. Al Cádiz, a este Cádiz de Cervera que apenas suspira por dos o tres contras cada partido, le pusieron en bandeja, solo en los últimos veinte minutos, cuatro o cinco de clara superioridad numérica. Pero para entonces se habían ido Choco y Negredo, y entrado Giménez y Malbasic, y claro, no es lo mismo. El rosario de errores infantiles, fueras de juego de infantiles e imprecisiones fue desesperante. El Cádiz indultó una y otra vez a un rival que pedía a gritos el cadalso.
Se llegaba así al final del partido, con un punto que sabe a poco, porque ya se adivina que el ritmo de sumar se va a reducir, como ya lo está haciendo. Le toca ahora a la directiva mover ficha en este mercado, o todo lo bonito que hemos vivido hasta ahora se puede quedar en anécdota.
Foto: cadizcf.com