El partido soñado. Victoria, por fin, después de seis partidos. Victoria asegurada y ni siquiera sufrida, mostrando las buenas maneras que pide Cervera en defensa y momentos de brillantez en ataque como gustamos todos los aficionados. Con el VAR siendo justo en las dos áreas. Sin lesiones. Sencillamente, partido redondo.
El duelo era de mucha necesidad hoy en Carranza, con un Cádiz que acumulaba demasiado lastre (dos puntos de los últimos quince), y que se medía a un rival directísimo por la permanencia. Tocaba ya sumar tres puntos, que valían todavía más por la condición del contricante. Pronto se pusieron las cosas de cara con el gol concedido a Alex Fernández tras una coincienzuda revisión del VAR, en una jugada muy complicada, que finalmente caía, justamente, del lado amarillo. La alegría dura poco, solo cuatro minutos, los que tarda en producirse otra acción de VAR, ahora por penalti de Fali, que el Alavés no perdonó.
Con todo, las sensaciones eran muy buenas, con un Cádiz atacando pero con mucha cabeza, sin descuidar jamás, como pedía Cervera tras la debacle de Balaídos, la zona de atrás. Pero a partir del empate, el partido entró en una fase muy fría y nada más reseñable pasaría antes del descanso.
Se reactivó y de que forma el partido cuando a poco de reanudarse el encuentro, el Choco Lozano cazaba un balón de tantos como hace, y metía la directa. El defensa rival no tiene más remedio que tirarlo, viendo la segunda amarilla que dejaba al Cádiz con superioridad. El siguiente acierto fue marcar sin darle tiempo al rival a que se encerrase. Una jugada para ver una y otra vez entre Perea, el Pacha Espino que subió una vez más la banda, y el delantero hondureño que remataba el centro a bote pronto con una calidad excepcional. Golazo que llevaba el 2-1 al marcador, y ponía el duelo en una situación inmejorable.
El Cádiz no perdió la cabeza y continuó atacando sin, de nuevo, dejar agujeros atrás. Dicho lo cual, el Alavés dispuso de una clara ocasión en el minuto 64, pero Ledesma desvió lo justo para que el balón se fuera al palo, y a la siguiente, el Cádiz no perdonó. Esta vez fue Fali, inmenso otra vez en la medular, quien inicia la jugada para que ahora la suba Choco y ceda a Negredo que marcó un golazo de la clase que solo delanteros como él tienen. Espectacular.
Todavía pudo ampliar más la cuenta el conjunto amarillo, pero el palo lo impidió. A partir de ahí, el Cádiz fue dejando morir el partido, para sumar tres puntos que brillan como tres soles y dan calor a este equipo para que no se quede frío. Más vivo que nunca.
Pero recuerden, no se confíen.
Foto: Diario de Cádiz