19 de marzo de 2023
Ficha en la web:
Habrá seguramente muchas lecturas del partido de hoy, tantas como aficionados, y algunos dirán que el trencilla volvió a alargar demasiado el partido, o que el Almería debió quedarse con uno menos nada más empezar el choque. Todo discutible y opinable. Pero la realidad es que el Cádiz tenía hoy los tres puntos vitales frente a un rival directo faltando 30 segundos de partido, y que un penalti grosero e innecesario de Momo (que ya ha dado muestras otras veces de jugar pensando que es mucho de lo que en realidad es) restó dos puntos de oro que se echarán de menos en la jornada 38.
Sorprendió hoy Sergio González con un nuevo sistema con doble pivote, y con muchos nombres nuevos. Algunos obligados por la vergonzante sanción a Iza y Ledesma (que posibilitaron la entrada de David Gil y Parra) y otros elegidos, como el de Meré o el de San Emeterio. Y no le fue mal a los amarillos, que entraron muy entonados en el partido. El Almería tenía la posesión pero daba la sensación de que se jugaba a lo que querían los visitantes, que eran los que más sensación de peligro daban.
Tras el enésimo mangazo arbitral, con Del Cerro grande viendo a un metro como Robertone daba una coz al estómago de Escalante sin mediar balón, empezaron a caer las llegadas cadistas. Primero Ely cometió penalti sobre Sergi Guardiola pero el ariete había arrancado en un ajustado fuera de juego, que fue lo que señaló el colegiado. Poco después el árbitro pitaba penalti a favor del Cádiz tras una zancadilla sobre Bongonda, pero el VAR le corregía, sacándola fuera. Rondaban los cadistas la portería contraria, pero no encontraban el camino al gol.
Despertó eso sí el equipo local en los últimos compases del primer tiempo, y por poco no se fue al vestuario con ventaja en el marcador. David Gil demostró que él también es un portero de garantías, con dos salvadas soberbias a sendas ocasiones almerienses, una en un mísil desde fuera del área, y otra en un remate a bocajarro sobre línea de gol. El pitido llegaba como agua de mayo para los nuestros.
Y tras la reanudación, el mazazo del Cádiz. Catapulta de Luis Hernández y Roger a la media vuelta se la lia al defensa y la manda a la red. Algarabía en el sector visitante, muy poblado de camisetas amarillas. El tanto dejó noqueado al rival, y llegaron los mejores minutos de los cadistas, que por desgracia, no supieron aprovechara para sentenciar el duelo.
Y claro, por lógica, llegó el asedio de los locales buscando el empate. Lázaro Vinicius y Melero fallaban cabezados impensables, para suspiro de los gaditanos, que empezaban a resoplar, achicando agua aquí y acullá. Sergio González no daba abasto para ir dando cambios a los suyos, que caían como moscas por el esfuerzo. Los minutos iban pasando y se tocaba un triunfo vital con los dedos ya.
Hasta que llegó el temido descuento. Bongonda tuvo el 0-2 pero llegó reventado al uno contra uno y la tiró fuera. El belga no podía con su vida, y de hecho tendría que haber sido sustituido pero el tirón de San Emeterio mandó de nuevo al banco a Iván Alejo, que iba a ser el que entraría en su lugar. Quien sabe que hubiera pasado.
Y acto seguido, el enésimo guantazo en la prolongación. Pero esta vez, fue el Cádiz el que se dio un tiro en el pie. Como ya hemos narrado, Momo hacía un penalti innecesario en una pelota que ya había cerrado el Pacha. David Gil no pudo redondear su tarde, y Melero ejecutaba a su merced. Dos puntos, distancia de cuatro con el descenso y goal-average sobre un rival directo al garete. Todo en un segundo. Todo en una acción más que evitable. Porca miseria.
Foto: cadizcf.com