16 de abril de 2023
Ficha en la web:
Hay formas de perder. La de hoy del Cádiz fue de las que dejan la única de opción de aplaudir al equipo por hacer todo lo que pudo ante una fueza que muy superior y que no hubo manera de parar. Los amarillos resistieron cuanto pudieron el empuje de un Madrid más motivado e incisivo que nunca, e incluso se permitieron tener alguna ocasión, pero la presa se terminó desbordando. Era inevitable.
Pese a algunos de los cambios y ausencias en el cuadro merengue, los visitantes embotellaron a su rival desde el primer minuto. Nada más pitar el árbitro todos entendimos que la noche iba a ser larga y complicada. Rodrygo y Asensio hacían muchísimo daño por las bandas, Benzema culebreaba por todo el campo, Tchoameni llegaba con mucha fuerza,...Tenía mala pinta.
Curiosamente, el que primero marcar sin embargo fue el Cádiz, con una contra (las tenía que haber, dado el número de efectivos que los visitantes ponían en la delantera) que culminó el Pacha Espino con un chutazo que se encontró con el poste.
Pero fue solo un espejismo. A partir de ahí empezaron a caer las ocasiones blancas, que milagrosamente no entraban, bien fuera por el fallo en el último momento de los delanteros, por la madera, o por las paradas estelares de David Gil, de largo el mejor de los de Sergio. Menudo recital dio el guardameta madrileño, que demostró que no está en la plantilla para rellenar. Benzema y Rodrygo (que volvió loco a Parra) no se podían creer que sus opciones de gol no acabaran en las mallas, el primero contra el larguero, y el segundo contra el arquero. Bufando, pero el Cádiz llegaba al descanso imbatido. A seguir peleando.
Pero claro, en la segunda parte, las fuerzas ya no eran las mismas. Al menos, para los locales. Porque los de Anceloti, no paraban de meter balones al área. Una, una y otra vez. Los cadistas no pasaban del medio campo ni despejando. Cansaba solo de verlo sentado.
Así las cosas, solo podía ocurrir lo que terminaría llegando en el minuto 72, cuando Nacho, con un derechazo desde fuera del área, llevaba finalmente el cuero al fondo de las redes. Sin tiempo para digerirlo, tres minutos más tarde Asensio conseguía el mismo resultado, en su clásica jugada de regate hacia fuera y disparo con la zurda.
Marcado el segundo tanto, se acabó el encuentro. El Madrid, obtenido su premio, levantó el pie del acelerador y se puso ya sí, a pensar en su partido de Champions (hasta el punto de que su técnico dio entrada a Hazard) y el Cádiz bastante tenía con poder recuperar el resuello. Negredo, motivado por los minutos que le daba su técnico, fue el único que pudo incomodar algo a la defensa rival, sin más historia.
No hubo posibilidades. Pero hubo dignidad. Mucha. La que nos debe salvar en las nueve jornadas que quedan.
Foto: cadizcf.com